Los cantaires de la Missa de Les Santes hemos recibido, a mediados de junio, un comunicado donde se nos informa que "se ha creído oportuno contar con la participación de un Coro estable y la participación de unos representantes del Coro popular de Las Santas habitual". Se llama que las medidas son excepcionales, "solo por este año", y lo firman la Administración y los Directores de la Misa de las Santas. El coro popular, fiel y voluntario, no había sabido nada antes y la medida ha generado malestar en algunos cantaires, que se han sentido desterrados.
Precisamente este año ha hecho 50 de acá que Jordi Arenas dirigió por primera vez la Missa de les Santes y posó las bases para la interpretación actual. Arenas aceptó dirigir la Misa de Mosén Blanch con algunas condiciones: tenía que ser el pueblo quién la cantara y se tenía que empezar a ensayar pronto, para garantizar la calidad.
La Missa de les Santes es, sin duda, una pieza singular. Muchos pueblos celebran un oficio por su Fiesta Mayor, y, para hacerlo más solemne, contratan un coro que canta una Misa determinada. En el caso de Mataró , la Misa es propia, solo se puede interpretar a Santa Maria el 27 de julio, y el coro es popular. Por eso en 2010, cuando la Generalitat declaró fiesta patrimonial de interés nacional Las Santas de Mataró, hizo especial mención, además de la familia Robafaves con los enanos y el ritual de la dormida, a la Misa de Gloria de Padre Blanch.
Tiene un gran valor desde tres puntos de vista: religioso, musical y tradicional. Es una misa, un acto litúrgico, que ha costado mucho poder celebrar. El Vaticano la prohibió porque no era bastante austera y mucha gente intervino (el cardenal barcelonés Salvador Casañas, el sacerdote mataroní Josep Recoder y, muy probablemente, el confesor del Papa Pius x, el cardenal Vivas y Tutó, llavanerenc educado a Mataró) para conseguir el privilegio papal que la fes posible. Es una obra musical de suficiente valor, con ecos operísticos que los musicòlegs han subrayado. Si se ha conservado la partitura es gracias a Marià Ribas, que, al estallar la guerra civil, la escondió. Y es un acto popular y tradicional, puesto que es el pueblo quién la canta, año tras año. Jaume Ayats, en el Estreno del año 2014, decía que "la tradición es la voluntad de construir la continuidad". Y es esta continuidad la que los mataronins hemos construido a lo largo del tiempo.
Son estos tres aspectos, y no solo uno o dos, los que hacen de esta Misa el que es, patrimonio del pueblo, que la canta, el boy escout, el oeix, la reivindica o, incluso, la ignora. Esperamos que el 2022, con la mayoría de la población vacunada y la pandemia erradicada, sea otro golpe el coro del pueblo, v voluntario y fiel, quién la cante. Lo debemos de a Mosén Blanch, a Josep Recoder, a Marià Ribas, a Jordi Arenas... y a tantos y tantos cantaires y devotos de las Santas, Nos lo debemos de, mataronins.
Gloria a las Santas!
Un grupo de cantaires de la Misa de les Santes
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