Las ciudades están todas ellas repensando su movilidad interna
Mataró se ha ido readaptando, como están haciendo el resto de municipios, a esta nueva necesidad que tenemos de concebir las ciudades para las personas que viven. Es decir, eliminar el número de vehículos que circulan por sus calles y a cambio ganar usuarios de transporte público y peatones. El problema es que las ciudades urbanísticamente están concebidas para mover coches.
Y el coche, para mucha gente, es un derecho intocable
Si quieres pacificar la ciudad peatonal tienes que ampliar las aceras a costa de eliminar aparcamiento, pero este es un tema sagrado que genera una revolución social cada vez que se toca. Nadie quiere pagar ni un céntimo para disponer de m2 gratis a la calle para dejar su coche, para convertir en privado un espacio público, que pertenece a todo el mundo y que pagamos entre todos.
Si la gestión de la movilidad urbana ya era difícil, ahora nos aparecen los patinetes eléctricos
La ley hasta ahora era muy clara estableciendo la diferencia entre los vehículos a motor, que se tienen que mover por la calzada, y los desplazamiento a pie, que lo tienen que hacer por la acera. Pero la aparición de nuevas tecnologías y soluciones en la movilidad urbana han roto esta división entre peatón y vehículo a motor. Ahora nos encontramos con una repentina convivencia entre los llamados VMP (vehículos de movilidad personal) y los peatones a la acera, y los vehículos a motor a la calzada. Y cómo que no hay una ley o una ordenanza a nivel estatal que lo regule, los Ayuntamientos hacen el que pueden estableciendo normativas para sus calles. Y por eso pasa que en Mataró te dirán que una bicicleta no puede circular por una calle de determinadas características y a Premió, el contrario.
El peatón tiene que disponer de su espacio, que no puede verse invadido por vehículos de motor o eléctricos.
Y que tenemos que hacer con estos nuevos vehículos?
La instrucción de la DGT es clara: los VPM son vehículos, están catalogados técnicamente y jurídica como tales. La cuestión es que no están homologados del mismo modo que los vehículos a motor, así que no necesitan seguro, impuesto específico, etc. Hace falta una regulación específica, pero como lo hacemos? Es un buen dilema porque hay de tipos muy diferentes: con y sin motor eléctrico, en forma de patinete, de segway, de uniroda, plataformas, que pesan 25kg o 300, plegables o no... No se adecúan a ninguna normativa vigente, pero está claro que son vehículos, y como tales de ninguna forma tendrían que poder circular por la acera.
Y entonces donde los colocamos?
Tienen que poder circular por toda la red de carriles bici, y si no existen lo tienen que hacer por la calzada. Porque puedan circular de manera segura, hay que establecer una jerarquización del viario de la ciudad, vinculado a la velocidad. En aquellas calles de red interna pacificada donde no se pueden superar los 30km/h o en los viales de prioridad invertida, el patinete tiene que poder compartir la calzada perfectamente con otros vehículos. Y en aquellas calles de red arterial donde se puede circular hasta 50km/h, hay que establecer carriles bici.
A partir de enero viviremos un 'boom' todavía mayor, porque este tipo de vehículos serán el regalo estrella de Nadal
Hay que empezar a regular ya antes de que el tema se descontroli del todo.
A partir de enero viviremos un 'boom' todavía mayor, porque este tipo de vehículos serán el regalo estrella de Nadal. También hay que tener en cuenta que se nos venden como un medio de transporte sostenible, pero bien es verdad que no están ayudando a sacar coches de nuestras calles. En Cataluña cada vez hay más, y muy pocos conductores de coches lo dejarán en casa para moverse en VPM. Por lo tanto no es un elemento que colabore en el objetivo final que tienen las ciudades, eliminar el máximo posible la presencia de coches a las calles para poder mejorar el espacio público aumentando las aceras, pacificant los viales, reduciendo el ruido y consiguiendo una mayor calidad ambiental.
Son, por lo tanto, más un problema que una solución?
Aportan soluciones interesantes, pero también nuevas problemáticas que pueden costar de eliminar en un futuro. Lo vemos hoy con las bicicletas, que hemos dejado que se acostumbren a circular por las aceras. Cómo lo evitas ahora? Cómo pasas a aplicar la tolerancia cero? El mismo nos puede pasar con el resto de VPM. Pero esto hay que cambiarlo, porque el peatón tiene que disponer de su espacio, que no puede verse invadido por vehículos de motor o eléctricos.
En Cataluña cada vez hay más coches, y muy pocos conductores lo dejarán en casa para moverse en VPM
El peatón también topa con las motos aparcadas a la acera.
La moto es el vehículo mimat de la ciudad. Contamina mucho, produce un gran ruido y, en definitiva, hace el que le eructa. Son demasiados años permitiéndolo por parte de todo el mundo. Pero hoy muchos usuarios de motocicleta se están cambiando a los VPM. Cómo que de momento no los obligan ni a matricular el vehículo, ni a traer casco, ni pagar impuesto de circulación... Es una bicoca.
Cómo lo tenemos que hacer para reducir el número de coches?
Hace falta una revolución en materia de transporte público, una apuesta mucho más firme. Es la única vía, los VPM no lo serán nunca. La gente que se mueve de una ciudad a otra lo hace mayoritariamente en coche, y sigue insistiendo a hacerlo dentro de su ciudad, a pesar de que los impedimentos son cada vez más numerosos. Pero esto pasa porque no se los mujer ninguna alternativa. Mientras tanto vamos poniendo carriles bici, ampliando aceras, aplicando elementos dissuasius, pero el número de coches no para de subir. Es una paradoja.
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