El alcalde, David Boto, y el consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña, Damià Calvet, han firmado este viernes el convenio de cesión de la N-II a la ciudad de Mataró en el tramo que pasa por el municipio. El acto ha tenido lugar en el Ayuntamiento y ha servido para rubricar una demanda histórica del consistorio mataroní: convertirse en el titular de la carretera para poder hacer obras y arreglos de manera directa -sin depender del permiso de la Generalitat. Con qué objetivo? Convertirla en una vía urbana y pacificada, más "amable" que sea parte del entramado de calles y no una barrera con el frente marítimo como hasta ahora. "Queremos que se asemeje mucho más en una calle que no a una carretera", ha dicho Boto, que también ha definido el futuro del vial como "boulevard".
El traspaso se hará en dos etapas. La primera, que ya se ha realizado, incluye el tramo entre Laia el Arquera y el paso del Tornillo. La Generalitat subvenciona el Ayuntamiento con 240.000 euros porque pueda llevar a cabo mejoras en el alumbrado, asfalto y señalización de la vía. Parte de las obras irán a cargo de los propietarios del sector Iveco-Pegaso, como cargas urbanísticas de este ámbito. El tramo entre el Tornillo y la Riera de Santo Simó se traspasará de aquí a unos dos años. Mientras tanto, Territorio y Sostenibilidad construirá una nueva rotonda a la altura de Santo Simó, con un coste de 565.000 euros. En paralelo, se desarrollará el proyecto constructivo de otra rotonda, en este caso a la altura del Paso del Tornillo.
El proyecto prevé, en varias fases, la construcción de dos nuevas rotondas, a la altura del Tornillo y de Santo Simó
Estas dos nuevas rotondas ya dan una idea de en que se quiere convertir la N-II; una vía mucho más pacificada y con un tránsito menos intenso y a menos velocidad. Todavía no hay planos de cómo quedará la carretera un golpe se complete todo este proceso. El consejero Calvet ha afirmado que la reducción de carriles es "una de las posibilidades" que se están estudiante. El alcalde, por su parte, considera que la Nacional tiene que perder su carácter de "ronda" de Mataró, el cual tiene que asumir plenamente la autopista que rodea la ciudad por la banda de montaña. "Tiene que dar servicio al tránsito del centro de la ciudad, quien quiera usarla de ronda ya tiene la otra opción", ha asegurado. Hay que tener en cuenta, pero, que actualmente la N-II a su paso de Mataró soporta un paso superior a 13.000 vehículos diarios por sentido.
La operación está vinculada al desarrollo urbanístico de sectores como Iveco-Pegaso y La Ringlera, en los cuales la N-II es un elemento clave puesto que actualmente separa estos distritos de los otros ya consolidados. La carretera se quiere hacer mucho más permeable (por ejemplo, más fácil de cruzar peatonal) de cara a facilitar el acceso al TecnoCampus y en otras zonas en desarrollo. El otoño pasado, el entonces regidor de Vía Pública, Juan Carlos Jerez, explicaba que "hoy en día cualquier obra que quieras hacer requiere de una burocracia que lo retarda mucho, por eso reclamamos la cesión de cara a poder salir adelante los diferentes proyectos a un ritmo más normal". El convenio firmado este viernes tiene que permitir que estas tareas sean mucho más sencillas de llevar a cabo a partir de ahora. Boto ha apuntado que estas obras también tienen que ayudar a apuntal·lar el potencial turístico y de "captación de visitantes" de Mataró vinculado a su frente marítimo.
Futura estación y nuevo paso subterráneo
La reconversión de la N-II en vía urbana también se alinia con otra operación clave de futuro a la ciudad: el desarrollo de Ronda Barceló y la creación de una nueva estación de tren sepultada, a tocar del actual. El proyecto prevé la construcción de un paso sótano para acceder des Ronda y la N-II hasta el Puerto, y la construcción de un rascacielos de 26 plantas. En este ámbito también se plantea una remodelación del paso del Tornillo, el más antiguo de la ciudad que conecta con el frente marítimo.
Comentarios