Mataró continúa con la implementación de sistemas innovadores de recogida de residuos y, de cara al segundo semestre de 2025, prevé establecer en el sector de Centre-Mar una nueva zona de contenedores cerrados, un sistema inédito hasta ahora que se combinará en esta área con la recogida selectiva móvil, ya probada con éxito en el casco antiguo. Esta doble iniciativa, que se llevará a cabo en el ámbito delimitado entre la Avenida del Maresme, el Camí Ral, y los barrios de Sant Agustí y Sant Pere, forma parte del plan de mejora de la recogida selectiva de residuos en el municipio y del objetivo de establecer una tasa variable según las buenas o malas prácticas ciudadanas en generación y separación de residuos.
Según el concejal de Ecología Urbana, Xesco Gomar, el proyecto combina dos sistemas innovadores: la recogida selectiva móvil, ya en funcionamiento en otras zonas del municipio, como el casco antiguo (donde los contenedores de cada fracción varían según el día y se retiran de la vía pública durante el día), y el nuevo modelo de contenedores cerrados, que aún no se ha aplicado en ninguna otra zona de Mataró, salvo un sistema similar en algunas comunidades de Vista Alegre.
Cómo funcionan los contenedores cerrados
El contenedor cerrado se asemejará al modelo convencional de contenedores lineales divididos por fracciones, que, a diferencia de la recogida selectiva móvil, estarán disponibles las 24 horas del día en la calle. La principal diferencia es que su acceso solo será posible con un identificador que se entregará a los vecinos de la zona y, en el caso de algunas fracciones, como los restos, solo se abrirán ciertos días de la semana. Por tanto, puede entenderse como una combinación de modelos, ya que adopta características tanto de la recogida selectiva móvil (fracciones por días) como de los lineales fijos (mayor capacidad y permanencia en las calles).
En el caso de los contenedores cerrados, que ya se están implementando en diferentes municipios del país, existen diversas opciones tecnológicas para su apertura, como aplicaciones móviles o tarjetas físicas. En Mataró, se prevé que puedan abrirse con un llavero similar al que ya utilizan los vecinos del centro o de Vista Alegre, otro de los barrios donde se están desarrollando nuevos modelos de recogida (en este caso, una combinación de puerta a puerta y contenedores comunitarios cerrados).
Más reciclaje y tasas individualizadas
Este sistema, al igual que la recogida selectiva móvil o el puerta a puerta comercial o residencial (aplicado en Vista Alegre y en urbanizaciones), ofrece dos ventajas en la gestión de residuos. Por un lado, obliga al ciudadano a separar las fracciones, ya que debe depositarlas en el contenedor correspondiente según el día en que esté disponible. Por otro, permite identificar individualmente a cada vecino cuando desecha sus residuos.
Este último punto es clave para cumplir con la normativa actual, derivada de una directiva europea, que obliga a todos los municipios a establecer una tasa variable en función de la participación en la recogida selectiva. En otras palabras, cobrar menos impuestos a quienes generan menos residuos y los separan correctamente, y "penalizar" a quienes no lo hacen bien.
Uno de los principales objetivos del proyecto es aumentar la colaboración ciudadana en la recogida selectiva, reduciendo al mínimo la fracción de rechazo. El contenedor cerrado, según destaca el consistorio, permitirá realizar un seguimiento más preciso de las aportaciones ciudadanas y aplicar una parte variable de la tasa, que se reducirá para quienes reciclen más. Este nuevo modelo de tasa ya se está comenzando a implementar con los residentes del casco antiguo y los comerciantes que participan en el puerta a puerta, y el próximo año también beneficiará a los vecinos de Vista Alegre y de las urbanizaciones.
Centro-Mar, un punto negro
Esta implementación se llevará a cabo en una zona como Centre-Mar, que incluye puntos con problemáticas importantes, como los lineales de contenedores ubicados en las calles Ibran, del Cós o Damià Campeny, que durante el último año han sido espacios conflictivos. El hecho de ser una zona limítrofe con el ámbito donde ya se aplica la recogida selectiva móvil y el puerta a puerta comercial ha provocado que, ya sea por incivismo o por disfunciones en la recogida, muchos de estos contenedores estén permanentemente desbordados.
El contenedor cerrado se generalizará en la ciudad
Gomar ha destacado que el sistema de contenedores cerrados será una prueba que proporcionará información valiosa para la elaboración del nuevo contrato de gestión de residuos, previsto para 2026. Por las características de Mataró como ciudad, tanto por el número de habitantes como por la densidad de la mayoría de sus barrios, esta tipología de contenedores será la que se implementará de forma generalizada en buena parte del municipio en el futuro.
Un proyecto alineado con la normativa europea
Por su parte, el alcalde de Mataró, David Bote, ha subrayado la importancia de esta prueba piloto: “Necesitamos implementar las mejores tecnologías para cumplir con la obligación legal de diferenciar quién recicla y quién no recicla". En este camino, el contenedor cerrado es una pieza clave”.
Cabe recordar que en 2025 entra en vigor la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que adapta una directiva europea y que, siguiendo la premisa de "quien contamina paga", obliga a ajustar las tasas a los costos reales del servicio, cubriéndolos en su totalidad y no solo parcialmente como hasta ahora. Si antes los ayuntamientos asumían parte del déficit del servicio, ahora la ciudadanía deberá cubrir el 100% del costo real. Esto ha llevado a que la tasa de residuos aumente en la mayoría de municipios; en el caso de Mataró, un 12%, mucho menos que en otras ciudades como Badalona o Girona, donde esta tasa estaba ausente o desajustada respecto al coste real del servicio.
Aunque esta medida implica un aumento de costos a corto plazo para los vecinos, se prevé que en un futuro cercano también ofrezca oportunidades de ahorro para quienes adopten prácticas responsables de recogida selectiva, haciendo que quienes más reciclen paguen menos.
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