A pesar de que pueda parecer empezar por el final, la foto política con la que acaba 2023 es la del último Pleno Municipal, el que aprueba ordenanzas fiscales y presupuestos y que timbró el primero de los aumentos tributarios que, ya se sabe, marcarán todo el mandato hasta el 2027. El gobierno de Mataró no ha tenido más remedio pero además ha sabido encontrar complicidades y entente más allá de sus dos partidos. Así, si las elecciones dibujaban un consistorio fragmentado y las negociaciones posteriores un gobierno sin mayoría, los acuerdos han permitido validar la siempre controvertida y nunca popular subida de los impuestos locales. Algo que, es humano y previsible, tocará las narices al contribuyente durante el año que ahora empieza.
L'incremento se ha decidido para dar estabilidad a la cartera de servicios del Ayuntamiento e irá acompañada de un nuevo plan de racionalización. El incremento de los tributos afectará en el tipo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y también en la tasa de la basura. Se prevé que el impacto económico de esta subida será de unos 5 millones de euros y suponga para el contribuyente 5 euros mensuales más, de media.
Por barba que supone? Un aumento del 7 % en el IBI y del 19,7 % en la tasa de gestión de residuos, a excepción de los barrios con sistema diferenciado.

El gobierno a dos firma, sin mayoría
Horas antes de la constitución del nuevo Ayuntamiento, PSC y En comú Podem Mataró sellaban la perllongació de su matrimonio gubernamental con un ejecutivo en el que Bote hacía pocos cambios. Vadell, Moreno y Gomar se reparteixien la 'mochila Jerez' de competencias.
Junts: gobierno no pero estabilidad sí
Después de sumar un regidor más y quedarse con 3 de los 27 del Pleno, Junts eor Mataró negoció entrar al gobierno pero finalmente no cristalizó. El acuerdo sí que se firmó a nivel presupuestario y tributiu, dando protagonismo al grupo de Alfons Canela.
El PP también, pero solo con el PSC
El gobierno también tiene otro aliado en términos fiscales y de presupuesto: el PP de Cristian Escribano, que después de devolver al Salón de Sesiones con dos sillas quiso salir en la foto con acuerdo propio. Quién se borró fueron los comunes: el acuerdo es entre PSC y PP, solo.
El reto por el 2024: concretar el horizonte de la región metropolitana
A pesar de que durante años haya parecido el cuento de nunca acabar. el horizonte de una mayor integración metropolitana de las ciudades que -cómo Mataró- forman parte de la segunda corona alrededor de Barcelona ha vuelto a estar sobre la tabla. Jaume Collboni, investido alcalde de Barcelona, le ha posado incluso data: 2030. A nivel maresmenc se ha empezado a articular cómo podría ir y que supondría una ampliación del actual AMB que, a nivel de comarca, se queda a Montgat y para de contar. Mataró, con voz propia al Arco Metropolitano -precisamente las ciudades capitales que se captarían con esta ampliación- ve con buenos ojos una propuesta que hay que pulir y detallar: la de una región de 5 millones de habitantes.
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