Josep Lluís Checa fue nombrado el mes de julio pasado nuevo director general de la Fundación TecnoCampus, en sustitución de Jaume Teodoro. Por primera vez la selección del director general se llevó a cabo en un proceso abierto de libre concurrencia. La Fundación escogió Checa entre una veintena de candidatos, avalado por su grande currículuum. Checa es Ingeniero Técnico Industrial y PDG (Programa de Dirección general) por la IESE y máster en Business Research. Es un directivo con más de 20 años de experiencia en lugares de responsabilidad tanto en el ámbito público como en el privado. En su trayectoria profesional ha ocupado varios cargos directivos en empresas como Gas Natural y en instituciones como el CTTI o Cetemmsa. Hasta el año pasado fue director ejecutivo del centro tecnológico Leitat en Chile. Hoy el TecnoCampus es su gran reto profesional.
Por qué decide presentarse como candidato a la dirección del TecnoCampus?
Conocía el proyecto por mi experiencia previa con Cetemmsa y tenía una imagen muy positiva. Uno abre y cierra ciclos y hay que saberse reenganchar a nuevos proyectos que ilusionen. Este era uno de ellos; la dirección del TecnoCampus es algo tremendamente atractivo.
El TecnoCampus tiene una misión muy ambiciosa, transformar la economía de Mataró. Lo está logrando?
Ha conseguido un gran impacto, pero el más ilusionante del proyecto es que todavía le queda recorrido. El objetivo es situar Mataró y su ecosistema, el Maresme, en el mapa, algo que se ha ido ganando con credibilidad.
"No podemos permitirnos rechazar las demandas de empresas de venir a nosotros por carencia de espacio"
Es un verdadero motor de transformación, capaz de irradiar en su entorno, o tan sólo una isla?
Que se visualice como una isla todavía tiene que ver con su ubicación en un sector en pleno desarrollo. Hoy tenemos más de 3.500 alumnos, más de 120 empresas y una necesidad creciente de nuevos espacios para proyectar el Distrito TecnoCampus, nuestro gran horizonte. Iremos creciente. Hay espacios disponibles, inmuebles vacíos que podemos ocupar, pero tenemos que pensar que la colaboración privada es necesaria. Pueden haber propietarios privados decididos a invertir en inmuebles y a cedernos la gestión TecnoCampus gracias al elemento atractivo de nuestra marca. No podemos permitirnos rechazar las demandas de empresas de venir a TecnoCampus por carencia de espacio.
Por qué necesitáis más espacio?
En el ámbito académico no tanto, porque hay un elemento limitativo marcado por nuestro vínculo con la Universitat Pompeu Fabra, que prioriza la calidad por encima del volumen. Donde no hay límites es en la capacidad de acoger empresas. Y en este ámbito es donde Mataró tiene una gran oportunidad.
"Barcelona se ha visto saturada su capacidad de acoger empresas, pero nosotros somos la trae norte, es una gran oportunidad"
Por qué?
La marca Barcelona sigue siendo atractiva para empresas internacionales que se lo miran de lejos y a quienes los cuesta delimitar donde empieza y acaba realmente la ciudad. La capital catalana ha visto saturada su capacidad de acoger empresas, pero nosotros somos la trae norte. Nuestra ubicación es una gran oportunidad para atraer estas firmas.
Y a nivel de empresas más locales que conocen el territorio?
Competimos con municipios como Sant Cugat, Reos, Rubí... Qué nos diferencia? Las empresas cada vez tienen más cuento ofrecer a sus trabajadores un buen entorno donde trabajar, un buen ecosistema, con calidad de vida. Mataró y el Maresme pueden jugar esta carta muy fuerte. Nos diferencia que no somos un simple business center, sino que nos vinculamos a la academia, con la emprendeduría como hilo conductor. Hoy muchas universidades están desarrollando parcos científicos y tecnológicos donde se transfiera aquello que enseñan, algo que nosotros estiércol desde el principio. Tenemos un histórico de emprendedores que estudiaron en nuestra universidad, se han desarrollado con nosotros y hoy son casos de éxito empresarial instalados a nuestro parque. Otros lo querrían tener, también.
Que más piden las empresas?
Cada vez valoran más las personas, el talento y la capacidad de retenerlo. Actualmente, en el ámbito tecnológico, se vive en un ecosistema muy agresivo porque el talento es escaso y difícil de retener. En Barcelona no hay bastante talento para alimentar todas las iniciativas que se están generando en este ámbito y las empresas sufren tasas de rotación muy importantes. Los procesos de reclutamiento de personal son caros y difíciles, cuando tienes un profesional trabajando y generando valor no quieres que marche, sino generarle las mejores condiciones posibles porque se quede. En Mataró esta tasa de rotación es más baja, hay más estabilidad.
"En el futuro la mayoría de profesiones de éxito estarán vinculadas en la tecnología: hay que generar más vocación tecnológica entre las mujeres"
Por qué hay carencia de talento?
Antes del tumbando de siglo hubo un gran 'boom' de carreras tecnológicas, pero el sector se estancó, dejó de absorber toda la demanda y mucha gente lo dejó para hacer el salto a la gestión empresarial y similares. El descrédito de las ingenierías o la informática fue fuerte, y ahora que vuelve a haber demanda, se han perdido las vocaciones tecnológicas.
Sigue costando, especialmente en el sector femenino.
Al contrario que en otras áreas, no se ha visto compensado por la entrada de la mujer, por el reequilibre que ha supuesto el factor de género; sigue costando mucho que las chicas se interesen por este tipo de carreras. Por eso promovemos proyectos como TecnoGirl, que es modesto pero diferenciador. En el futuro la mayoría de profesiones de éxito estarán vinculadas en la tecnología, y la mujer tiene que subir al carro si no queremos establecer una barrera más en su logro de derechos.
"La industria es más cohesionadora socialmente, Mataró tiene que recuperar su legado histórico industrial".
El futuro es sólo tecnológico?
Por mí sobre todo es industrial. Hablamos de la industria 4.0, que integra plenamente el hecho digital en sistemas de producción industrial, que permiten fabricar productos y materiales muy sofisticados en espacio mucho más reducidos, consumiendo mucho menos recursos que en el pasado. Algo que nos permite un regreso de la industria a la ciudad, produciendo en series pequeñas, muy personalizadas, sofisticadas y de proximidad. Es una gran oportunidad porque Mataró vuelva a ser aquello que fue, una ciudad industrial con capacidad de producir dentro de su entorno urbano, y de forma no necesariamente masiva, pero basada en la calidad. La industria es más cohesionadora socialmente, hay que apostar. Mataró tiene que hacer valer su legado histórico, una ciudad hecha de personas que producen cosas de valor.
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