Capgròs
Ha sido una tónica de los últimos tres lustros hasta el punto de convertirse, casi, en una tradición más intrínseca de Les Santes: algún día llovía y desbarataba el programa. Esta amenaza parece, a poco de comenzar la serie de días principales de Fiesta Mayor, totalmente descartada. No está previsto que ningún día entre el 24 y el 29 de julio tenga que llover. Santes aseguradas, pues, y paraguas en casa. A preocuparse por el calor y el bochorno, que es lo que toca. Y nada más. Los mataronenses pueden respirar tranquilos.
Les Santes 2024 no tendrán que preocuparse por la lluvia, a menos que las predicciones cambien drásticamente. La probabilidad de lluvia es menos que mínima y, además, no será hasta el epílogo de la Fiesta Mayor (domingo 28 y especialmente lunes 29) que llegará lo que podríamos asimilar más a una ola de calor. La previsión es de un tiempo más santero imposible: sol, calor y bochorno típicos de la canícula pero sin grandes picos ni olas, de momento. Las máximas subirán hasta los 30 grados o alguno más, pero la sensación térmica será lógicamente más alta por el bochorno en las horas de máxima radiación de mediodía y tarde. Las noches serán pasables, con mínimas alrededor de los 22 y 23 grados. Unas Santes de abanicos y buscar la sombra, como todas. Pero sin lluvia y eso parece toda una novedad.
Una 'tradición' moderna de Santes Después de muchos años en los que la lluvia parecía esquivar providencialmente la Fiesta Mayor de Mataró, los últimos tres lustros han visto varios capítulos de una nueva tradición: que un día llueva y que el programa se resienta. Así, se han visto por ejemplo actos suspendidos del todo como el Anem a Tancar del 2010 o el Baile de Fiesta Mayor y el resto de actos de víspera en 2011, un gran aguacero que precipitó el final abrupto del No n’hi ha prou! en 2013 o el cambio de día de los Fuegos, del 27 al 28, decidido también por la lluvia en Les Santes de 2019. También se han tenido que suspender conciertos como el de Melendi en 2016 o el de The Tyets hace un año, que se reanudó después de un gran aguacero la noche del 27.
Un hecho curioso de los diferentes episodios de lluvia que fastidian Les Santes es que la Noche Loca, de momento, siempre ha salido indemne. Sí que llovió y de forma intensa la tarde del día 25 en 2016, pero un retraso de la Crida y la aparición de un miembro de la Brigada que con un soplador secó la entrada del Ayuntamiento permitieron mantener el ritual del día que comienza lo mejor de Les Santes.
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