-
-

V. B.

Mohamed El Ghacham, a caballo de la calle y la galería de arte

El artista urbano mataroní sale de la norma con una gran formación académica y referentes clásicos, para moverse en dos mundos aparentemente antagónicos

Nacido hace 22 años en Tánger, Mohamed El Ghacham llegó a Mataró cuando era un bebé. Desde siempre ha sido uno enamorado del arte. "Todo el mundo dibuja hasta que lo deja, pero yo seguí", explica. Pronto se interesó por el graffiti, pero también por el cómico, la ilustración y el arte más académico. "Me dicen grafiter, street artist... pero la palabra que me define simplemente es pintor", resume. Desde su taller en el centro autogestionado de Can Fugarolas, una antigua nave en el barrio de La Habana que hoy es un hormiguero de artistas y creadores, El Ghacham prepara cuadros para varias exposiciones en galerías de arte que tiene previstas por este 2016, sin perder nunca de vista la calle.

Has apostado por una formación bastante académica.
Muchos jóvenes vuelven a las recetas antiguas, pero no se me puede tildar de academicista, no me interesa el discurso artístico académico, sino conocer el oficio, la técnica, saber pintar y contextualizarlo al 2016.

Entre esto y tus referentes artísticos clásicos, tu perfil es poco común en el mundo del arte urbano.
Me gustan Velázquez, Degas, Casas, Rusiñol... También recrear algunos cuadros antiguos en forma de grafiti, obras que me llaman la atención a nivel estético y que me interesa sacar de su contexto habitual, de la galería, para ubicarlas en lugar más decadentes.

Qué eres, un grafiter, un artista urbano, un pintor?
Soy un muralista que pinta cuadros. Trabajo en un estudio como un pintor convencional, pero mi arte más conocido está en la calle, y creo que es mejor que mi pintura de estudio. Es donde me he formado, y me parece más fácil, haciendo poca cosa ya consigues mucho, la ciudad te hace de marco. En la calle el espectador se encuentra con la obra, sin esperársela, en cambio a una exposición en una galería de arte el público ya va con un ojo crítico. Es como encontrar un músico en el metro o irlo a ver a un concierto, el nivel de exigencia es diferente.

No son dos móns muy diferentes, el del grafiti y la galería de arte?
En el mundo del arte urbano no hay intermediarios, ni galerías ni promoción, a veces no hay ni un discurso detrás de la obra. No piensas al gustar a la gente, si yo quedo contento ya estoy bien. Si encima consigues alegrar la vida de algún peatón durante unos segundos, ya es mucho. Pero en una galería sí que es importante satisfacer al público, que será quien te dará de comer.

Has tenido problemas a la hora de encajar en el mundo del grafiti y el arte urbano?
El grafiti purista es escribir tu nombre. Mis obras en cambio son cuadros a la pared, sueño más figurativas, más bonitas si lo quieres decir así, y esto gusta a algunos y no tanto a otros. Cuando sales de la zona de confort los puristas quieren encasillarte. Todo son códigos.

Es un arte con cerca de 40 años de historia pero todavía mucho incomprès
Creo que el problema es que no vendemos nada, y esto hace que nos vean como unos locos. Si no peines para venderlo, por qué lo haces? Pero yo cuando miro por la ventana prefiero encontrarme la obra de alguien, me guste más o menos, que no un cartel enorme de la Coca-cola.

En el arte urbano qué es más importante, la obra o el lugar donde la peines?
El contexto es básico, el marco que te da la calle tiene a menudo más importancia que aquello que acabas representante. En cambio, en una galería de arte el marco es un espacio en blanco, así que si el cuadro no es bueno el lugar no te lo salvará.

Cuáles son tus lugares preferidos?
Espacios abandonados, decadentes, derruidos, lugares donde no sé si es legal o no pintar, pero dónde está claro que no molestas a nadie. En plena calle sólo pinto cuando hay festivales, que cuentan con permisos correspondientes. En Mataró solemos hacerlo a los entornos de Laia el Arquera, pero ahora lo están derruyendo. Pero es igual, allá donde hay ciudades hay paredes, sólo hay que buscar. Tengo murales en Barcelona, Murcia, Valencia, Pamplona, Huesca, y parece que este año podré pintar fuera de España, seguramente a un festival de Nápoles.

No te sabe mal que una obra tuya desaparezca?
Si quieres conservarla por siempre jamás, píntala/repíntala en un cuadro y escóndela. Pero un mural tiene que ser efímero, es más importando el proceso que la finalidad, te acabas quedando con la experiencia de haberla pintado. El arte urbano tiene que evolucionar como lo hace la ciudad, si los barrios cambian, si la gente cambia, la pared también lo tiene que hacer, no puede ser que el mural se mantenga como siempre porque le sacas el alma. No te tiene que hacer pena que desaparezca o que alguien te pinte encima.

Próximamente expondrás a La Destilería, y también en Valencia y Madrid. Qué tipo de pinturas traerás?
Retratos y paisaje urbano. En los cuadros quiero reflejar la vida cotidiana, la de la gente que me rodea. No quiero hacer ficción a la hora de pintar, sino plantear una obra mucho más documental, que capture un momento.

Te sientes cómodo en el ámbito de una galería de arte?
Por mí es más difícil encajar en este mundo que no en la calle, a pesar de que no sea un grafiter al uso. Pero no cambiaré mi manera de pintar por el hecho de exponer en una galería, para adaptarme a un público que quizás en realidad ni existe. Si con 22 años haz esto, a los 30 ya estaría totalmente vendido.

Archivado en:

Comentarios