Golpe muy duro a la cultura popular mataronina con la muerte, a los 71 años, de Lluís Hugas Roca. Hugas era un auténtico palo de pajar de Les Santes y estaba vinculado a numerosas entidades locales. Sin él no se pueden entender fiestas o actos que las generaciones mataronines actuales y de futuro creen de toda la vida. Un hombre bueno que daba impulso colectivo a todo lo que hacía. Y que disfrutaba mucho haciéndolo.
Lluís o directamente 'el Hugas' es el geganter más icónico y reconocible de la Familia Robafaves. Por historia, por continuidad y también por una manera de entender la fiesta y la función digna de las figuras institucionales como representantes de la ciudad. Los geganters de Mataró son cómo son por Hugas y por el añorado Joan Fradera 'Uanxo'.
Padre de Les Santes
Hugas fue junto con el propio Uanxo el primero geganter que entró a la pandilla de portadores de los Gegants de Mataró en la década de los 70, cuando este cuerpo cobraba para hacer bailar las figuras. Se los conocía como mercenarios. Ellos dos nunca cobraron, empezaron a cambiar la historia desde dentro y con el dinero sufragaron la Momerota, en 1979. La suya es la línea que se impone y poder llevar la camisa blanca con el escudo de la ciudad bordado al pecho era lo que más le gustaba.
Cuándo todo esto pasaba, Hugas ya era un puntal de la generación surgida en el Foment mataró que creó la campaña de 'Les Santes, Fem-ne Festa Majorr' y que encarnó después la Comissió de Les Santes, pariendo el actual modelo y esquema de fiesta. No ha dejado de trabajar para completar ésta, es quien impulsó l'Estrena del mismo modo que fue padre directo del mejor acto creado: el Desvetllament Bellugós.
Ese mismo tiempo forma parte del Nou Gremi de la Carnestoltada, acontece el primer Botargue de empuñar la escoba para encender carretilles. También forma desde los inicios la Confraria de les Set Setmanes, el grupo que lleva más de cuatro décadas haciendo la Vella Quaresma de Mataró. Debe de ser quién más veces ha subido arriba una de las dos escalas allá en la Peixateria para hacer cantar el Serra la Vella y los Miércoles de Ceniza acompañaba la imagen con traje de gala y rostro serio.
Su pasión por las fiestas populares lo lleva a ser también geganter de Solsona y patumaire en Berga. Precisamente por Corpus de este año empezó a complicársele la salud.
Electricista de profesión, muy manitas, amante de las diferentes técnicas y tecnologías cómo la radio, Lluís no se sabía estar quieto. Pessebrista, técnico durante años en los Pastorets de la Sala Cabanyes, amante de las maquetas ferroviarias y sobre todo un apasionado de la natura y las montañas. Miembro de l'Agrupe, que tanto ayudaba a organizar tanto la Marxeta cómo la Marxassa o se encargaba de hacer de guía por alguna sierra catalana. Ningún tan suya cómo la Sierra de Busa y a sus pies el la Vall d'Ora de la que es uno de sus vecinos más queridos. Mataroní y valldorenc, era. También había estado en más de una ocasión en el Nepal, cumpliendo sueños de poder hacer alpinismo en el Himalaya.
La dimensión colectiva
Todo el que ha hecho Lluís tiene poso en cómo es Mataró ahora y cómo somos los mataronins que hemos disfrutado de su obra. Una obra común puesto que nada le gustaba más que la dimensión colectiva de muchas de las movidas que él había hecho nacer y crecer. Ha sido lo gran conector de gentes y tradiciones, la grasa que ha hecho funcionar todos los mecanismos festivos de esta ciudad y todo lo ha hecho con el ser carácter único. Apacible y paternal, genial y geniüt a la vez. Muy magnético, Lluís
Mataró le debe de muchísimo a Lluís Hugas. Le debe muchas cosas muy muy hechas. Era más que un amigo que hablaba siempre con el corazón en la mano. Sus discursos antes de un Desvetllament o una Barram eran el resumen de una manera de ser, hacer y de actuar. Ha sido un ejemplo de perseverancia y un privilegio por toda la gente (que es mucha, muchísima) que hemos intentado aprender de él, siguiéndolo. A partir de ahora cada repique de campanas o cada baile de Robafaves tendrán un sentido añadido: la gratitud por todo el que ha hecho Lluís Hugas.
Comentarios (14)