Objetivo: desalojar locales y bajos ocupados en Mataró

La Policía Local de Mataró tiene en la ocupación ilegal uno de sus grandes dolores de cabeza. Hasta septiembre ya ha habido 585 casos, más de los registrados en todo el 2021 (574) y el triple de los que había antes de la pandemia. De todas, las de locales comerciales y viviendas ubicadas en bajos son las que más problemas generan. No son las más abundantes, pero cualitativamente su impacto es mucho más grande, puesto que se acaban convirtiendo en "campo base" para delincuentes. Actualmente hay 'censados' una decena de espacios que se intentan desalojar administrativamente porque se trata, en el fondo, de infrahabitatges con riesgos asociados. El ACN ha acompañado la policía y técnicos municipales a la inspección de un inmueble que no reúne las condiciones para vivir.

El espacio que se ha inspeccionado este miércoles era una antigua casa unifamiliar sin luz ni agua. Su inquilino ni siquiera la tenía pinchada. Además, las técnicas de Salud Pública han encontrado cucarachas y desde Urbanismo se ha analizado la estructura de la construcción, que en algunas partes está apuntalada.

Aún así, recientemente un joven ha hecho del espacio casa suya. Duerme en un colchón en tierra, no té comer ni enseres para cocinar y en una de las salas acumula zapatos y otros objetos que dice que son para vender. El olor a marihuana también es muy presente. El joven dice que marchará en pocos días, una explicación que ya le dio a la policía en una primera inspección, semanas atrás.

Entretanto, la Policía Local ha pedido el apoyo otros departamentos del Ayuntamiento para intentar justificar documentalmente ante el juez la necesidad de desalojar el espacio por el riesgo potencial que suponía hacer vida en su interior. El inmueble, de hecho, tenía que ir a tierra y en los suyo lugar se prevé la construcción de pisos.

Una de las "soluciones imaginativas"

El responsable de la Unidad de Civismo y Convivencia (UCC) de la Policía Local de Mataró, Marco Coromines detalla que las inspecciones multidisciplinarias de inmuebles ocupados es una de las "soluciones imaginativas" que ha adoptado el cuerpo para combatir el fenómeno con la mayor eficacia posible. "Las ocupaciones sueño continúas y nos hemos tenido que reinventar porque ni a nivel legislativo ni a nivel social se estaban aportando soluciones", se lamenta Corominas. En el caso de los locales y viviendas en planta baja, además, se trata de ocupaciones que preocupan especialmente porque normalmente están asociadas a otros tipos de delitos.

El subjefe de la Policía Local, Xavier Santajuliana, lo explica de manera gráfica: "El local mujer pie a situaciones alejadas del concepto de familia". Sin decirlo de manera explícita, la dirección policial se refiere a delincuentes multireincidents que hacen del local su centro de operaciones y que no los preocupa que los puedan desalojar fácilmente.

En este sentido, la Policía Local alerta que hay muchos locales vacíos en la ciudad y, por lo tanto, el "potencial" de ocupación de este tipo de inmuebles es también muy grande. Corominas, pero, apunta que el problema es más cualitativo que no cuantitativo porque la conexión directa de las plantas bajas con el espacio público hace que aumente notablemente la inseguridad en el vecindario.

Otros dos casos de locales que son sobre la tabla el juez son antiguas oficinas bancarias al centro de la ciudad. Una es a la misma Riera y la otra al Camino real, en la zona del barrio de la Habana. Hace más de un año que están ocupadas y el Ayuntamiento ha pedido autorización para poderlas desalojar por riesgo energético, por la deficiencia de la instalación de los suministros.

Trabajo conjunto con grandes tenedores

Además de las inspecciones multidisciplinarias, la Policía Local también ha intensificado las relaciones con grandes tenedores porque "protejan" sus propiedades. La instalación de alarmas y puertas blindadas, así como la denuncia policial de las ocupaciones que se tengan constancia facilita en grande mesura el trabajo de los agentes sobre el terreno, explica Santajuliana.

Esto pasa sobre todo en bloques de pisos, donde la mayoría de personas que viven no son las mismas que han forzado las cerraduras, sino perfiles vulnerables que "han pagado 2.000 euros por una clave". En muchos casos, además, son personas que no están arraigadas en el país y habitualmente son poco colaboradoras con los cuerpos de seguridad.

Corominas lamenta que el gran número de vivienda vacío a la ciudad haya convertido la ocupación social en un negocio para las mafias. A diferencia del que pasaba hace unos año, pero, las 'nuevas' ocupaciones se pueden resolver de manera relativamente rápida. La existencia de medidas e seguridad y la denuncia de los propietarios permite llevar el caso por la justicia rápida.
"Si tenemos capacidad efectiva para desalojar, el mercado negro de viviendas vacíos ya no es tan lucrativo", defiende el responsable de la UCC. Actualmente, pero, todavía hay muchos casos de ocupaciones de larga duración pendientes de resolver, tanto por la vía civil, cómo por la vía penal , con procedimientos que se eternizan.