¡Que suenen Les Santes!

Todo está preparado. Del mismo modo que los ciclistas del Tour cuando hacen una contrarreloj se esperan arriba de la rampa a que la cuenta atrás acabe y un silbato los autorice a arrancar, los mataronins llevamos semanas con las fuerzas a punto para cuando haya que empezar. En Francia pedalean, en Mataró hacemos Las Santas. Cada cual tiene sus tradiciones, pero cuando julio anda hacia su fin y la canícula se hace más bochornosa, en la capital del Maresme sonreímos porque han llegado nuestros días. Y es entonces cuando todo tiene sentido y no necesitamos maillots amarillos para sentirnos los mejores del mundo.

Llegan Las Santas, esta fiesta de ritual concatenado que son prácticamente siempre iguales de un año al otro. Como cuando relees un libro o vuelves a mirar una película o una serie, cada vez le encuentras nuevos detalles. Esto son Las Santas, una fiesta-culebrón que queremos calcada cuando llega el momento. Una fiesta que se anticipa ya desde el momento en que se presenta el cartel o en cada tertulia de bar o ascensor sobre todo lo que sea criticable. Y a la vez una cita fija a partir del Estreno del 19 de julio, del volador que inicia el Llamamiento del 25 y de todas las citas memorizadas hasta el ocaso del amanecer del 30 de julio.

El programa destaca por sus pocas novedades

Las Santas son, entre muchas otras cosas, una biblioteca de sueños. De melodías y músicas variadas que van desde instrumentos tradicionales a los modernos, desde interpretaciones a pie de calle haciendo danzar una figura hasta los grandes escenarios como los de las Dissantes. El sonido, musical o no, es el que indica la fiesta. Cada trueno anuncia algo, cada campanada tiene un significado, cada nota de una canción es para que el acto prosiga y cada tiempo de la parte 'baja' del Bequetero se convierte en un número en el recuento celestial a 15.

Los sonadors de Las Santas

No forma parte de la nomenclatura convencional de Las Santas pero en este Capgròs especial nos queremos fijar en los sonadors. Aquellos que hacen sonar la Fiesta. Músicos, cantantes, campaneros, intérpretes. Buscamos que esta sea una revista para leer mientras se para la oreja, una invitación a escuchar Las Santas y reivindicar la música en directo, de autor, de más o menos proximidad, el mensaje que lleva y los actos que acuna con las melodías que nos podemos saber de memoria.

Unas Santas con pocas novedades y algún cumpleaños. Hablaremos un golpe más de las nuevas campanas de Santa Maria que ya se han convertido en noticia destacada de la temporada y daremos el peso que tiene y merece una efeméride cómo son los 40 años de la Agrupación Musical del Maresme. La Banda, la banda de casa que con sus camisas rojas hace años acontecieron el temple musical que rubrica muchos actos y la gasolina sonora que hace rodar los engranajes motores de algunos de los actos más relevantes de la fiesta. De ellos y también de los otros músicos de pandillas o de los grupos locales que ven el escaparate de Las Santas como oportunidad. Y también de quienes se atreven a hacerlo un poco diferente y enmiendan desde dentro o fuera del programa esta rigidez tan propia del programa.

Esta es una revista de Santas, que repasa los días y los actos, que habla con protagonistas y desgrana el menú de los próximos días para el goce del máximo de gente. Un ejercicio periódico cada año antes de que se encienda la traca, que se fija con el sonido y sobre todo con el significado de las músicas. Una revista más por una colección, la de lecturas previas, que sirve para acabar de calentar la voz y dejarlo todo en solfa por cuando de verdad pase el que todos deseemos y de repente, puntual y asertiva, llegue la gran hora de sentir sonar la fiesta.

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