Capgròs
Unas Dissantes redondas y espectaculares, con muchísima participación, sumaron el sábado una nueva página a la historia particular de este queridísimo acto de la Fiesta Mayor de Mataró. La Fundación El Maresme lo volvió a hacer y triunfaron tanto las novedades como el Tardeo con bingo musical, así como los conciertos, con 31 FAM capitalizando la noche y, también, obviamente, el momento mágico, simbólico y emotivo que siempre es la flashmob del Jo soc com tu.
Las Dissantes volvieron a ser un gran evento impulsado por la Fundación Maresme y hecho posible gracias a sus usuarios y trabajadores, además de todo un ejército de voluntarios. El Tardeo con bingo musical, novedad de este año en el Pati del Cafè Nou, fue un éxito rotundo. Atrajo a un público joven y mayor y se prevé que se repita en futuras ediciones.
La marea roja
El momento de máxima fraternidad y de visualización de la diferencia llega con la multitudinaria flashmob, donde miles de personas crearon una gran marea roja bailando el Jo Soc Com Tu de este año, versionado por Sara Roy y coreografiado por la compañía de danza Dans Invitro, que año tras año demuestran su compromiso con la inclusión.
La noche de conciertos, protagonizada por Sara Roy, 31 Fam y el grupo de versiones Angangas, llenó el Parque en todo momento. El momento más álgido de la noche fue la espectacular actuación de 31 Fam, que sorprendió al público con una invitada sorpresa muy aclamada por el público joven: Mushkaa. La artista catalana más escuchada del momento, alter ego de la vilassarense Irma Farelo, desató al público con una colaboración excitante. Todo el concierto de 31 Fam fue una exhibición del tirón que tiene el urban hoy en día.
Las Dissantes se extendieron hasta las 12 horas de programación que visibiliza las capacidades poniendo en valor la inclusión y la normalización de la diferencia. El colofón habitual fueron los Angangas y sus versiones remixadas y alocadas que, allí en el Parque, remitieron incluso a otras noches de Santes. Tanto, que incluso aparecieron los primeros castells de sillas, una tradición localista que siempre es indicio de que la gente se lo está pasando bien.
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