Imagen de archivo de un robo de móvil
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Anuario 2020: las lecciones de la inseguridad ciudadana

La crisis de la Policia Local ha culminado un año en que ha sido evidente que se han multiplicado los delitos

La inseguridad ciudadana es, como todas las percepciones, algo subjetivo. Desde un punto de vista personal pero también colectivo. Pero el día a día, las noticias y las estadísticas pueden reforzar estas percepciones y la sensación que Mataró ha estado durando buena parte del 2020 una ciudad más insegura en las calles ha sido compartida. Del primero hasta el último de los ciudadanos (puesto que fue un problema reconocido por el propio Ayuntamiento y los cuerpos de seguridad, sobre todo a inicios de verano con el desconfinament) han notado este problema, que se ha intentado mitigar como se ha podido.

El Ayuntamiento reconoció el problema en este ámbito

El relato oficial del Ayuntamiento atribuía la crisis de diferentes robos y sucesos (muchos por la noche pero también de día) a dos causas principales. La primera, la relacionaba con algunas de las ocupaciones conflictivas que había en la ciudad y que concentraban algunos de los autores de estos delitos de diferente índole. De la otra, atribuía a una mayor presión policial en Barcelona capital el ‘desplazamiento’ de algunos individuos y problemáticas asociadas, de la cual Mataró habría sido un receptor singular. La sucesión de noticias alrededor de problemas de seguridad acabó, incluso, para hacer nacer un polémico movimiento denominado Patrulla Vecinal de supuestas patrullas ciudadanas para garantizar la seguridad y la convivencia.
 



1. Los delitos que crecen

Durante los últimos 12 meses el número de robos ha aumentado un 46% respecto al mismo periodo del año pasado. Entre octubre de 2019 y el septiembre de este año se han registrado 234 robos, respecto a los 160 del años anterior. Unos datos muy preocupantes, que se acompañan del aumento de robos con intimidación y violencia a la vía pública (13,7%), así como en el interior de empresas (14,6%), a pesar de que el número total de delitos en la ciudad ha vivido un descenso generalizado del 5,9%. Por lo tanto se aprende cuál es la tipología delictiva creciente y qué han sido sus víctimas propiciatorias.
 

2. La sensación se retroalimenta

La especialización de algunos individuos o grupos organizados en operaciones relámpago ha hecho en muchos casos casi imposible de pillar in fraganti los autores de esta tipología de robo. De lo contrario, es peligroso que se alimenten los discursos de exclusión y ocio hacia colectivos, y no personas, así como la percepción que se puede actuar con impunidad en ámbitos tanto nocivos por la convivencia como los propios robos con violencia o el tráfico de drogas. Que territorialmente las problemáticas estén localizadas y arraigadas tampoco ayuda a frenar la espiral.


3. La Policía Local se pasa de la raya

Hablar de seguridad también es hacerlo de los cuerpos policiales y a Mataró, además de la ya citada demanda de más efectivos de Mossos d'Esquadra elevada en la Generalitat, ha habido la problemática de la Policía Local que ha chasqueado, traspasando todos los límites, justo el último mes del 2020. La mala marejada interna al cuerpo, junto con problemas de absentismo profesional y tensión laboral entre el sindicato mayoritario y los mandos venían de lejos pero han acabado para dejar la ciudad noches enteras sin ningún agente en la calle, en una huelga encubierta no reconocida ante la cual el Ayuntamiento ha admitido la gravedad del problema y ha intentado resolverlo sin demasiado convencimiento. Una ciudad con problemas de seguridad no puede tener un cuerpo policial propio que no esté al 100% implicado.

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