Dónde es Piedad Moya?

Dónde es Piedad Moya? Esta es la pregunta que la familia de la mataronina no deja de hacerse desde hace casi tres años. Desde que, el 4 de abril de 2014, no fue al trabajo ni a recoger su hija a la escuela. La madre y los hermanos de Piedad no tienen ninguna esperanza de volverla a ver viva. Están convencidos que su exparella, Mohamed T., es quien la asesinó y se deshizo del cuerpo en algún lugar todavía para determinar. La familia no es la única que lo cree: la jueza que instruyó el caso envió Mohamed T. en prisión provisional en base a la multitud de indicios que lo incriminaban, a pesar de que él no reconoció el crimen y que el cuerpo no ha aparecido nunca.

El cuerpo de la mataronina no se ha encontrado y su familia, sumida en la incertidumbre, reclama que se retome la investigación

Pasó más de dos años entre rejas y ahora es en libertad provisional, a la espera del juicio contra él que empieza este viernes, día 24, a la Audiencia Provincial de Barcelona. El fiscal y la acusación particular piden 17 años de prisión por el acusado por los delitos de homicidio y contra la integridad moral. Los familiares de Piedad confían que el juicio ayude a esclarecer donde es la mataronina, pero reclaman que se retome la investigación, hasta hoy infructuosa. Creen que la respuesta puede estar en el pozo de una finca que la familia tiene en Dosrius.

Retrato de Piedad Moya, desaparecida hace tres años

Presunta violencia de género

Piedad y Mohamed vivieron juntos durante 24 años. "Durante todo este tiempo sabíamos poca cosa de ella, porque el marido no quería que tuviera mucho relación con la familia, todo el día lo estaba controlando", recuerda Gloria Moya, la hermana de la mataronina. Hasta que hace de tripas corazón y decide separarse. "Si la Piedad no lo hizo antes, fue por miedo", afirma sano germana. Marcha con las dos hijas del matrimonio, que hoy tienen 18 y 15 años, del hogar familiar del Plan de en Boet a un piso de alquiler de Rocafonda, y desde entonces la presión se acentúa.

"Le dice 'si no eres mía, no serás nunca de nadie'", recuerda la madre de la Piedad

La familia relata que Mohamed "se obsesiona" trucándola hasta 20 veces al día, inundándola de cartas y ramos de flores, rondándola siempre que sale a la calle y también amenazándola. "Le dice 'si tú no eres para mí, no serás nunca para nadie", recuerda la madre de la Piedad, que se llama como su hija desaparecida.

El día de la desaparición

El viernes 4 de abril de 2014, Piedad no va al trabajo, ni tampoco pasa por la escuela a recoger su hija pequeña. Compañeras de trabajo y amigas comunes alertan a la Gloria, que se intenta poner en contacto con su hermana. La truca y tiene el móvil apagado, no contesta por el Messenger, los mensajes de Whatsapp no le llegan... Entonces avisa a la familia más cercana que Piedad no da señales de vida. Y todos, dice la Gloria, piensan el mismo. "Ha sido él". "Cuando decimos a sus hijas que no sabemos donde es la madre, el primero que responden es: 'el padre ha tenido nada a ver'? Imagínate qué deben de haber visto las pobres criaturas", asegura. Pasan dos días y Piedad sigue sin dar señales de vida, así que la familia interpone una denuncia a los Mossos d'Esquadra. Cuando la Gloria aparca el coche en una calle cercana a la comisaría, en el mismo barrio del Plan de en Boet donde siempre ha vivido la familia, se encuentra el coche de la Piedad. "Estaba sin cerrar con clave, yo misma lo abrí, pero no encontré nada suyo, ni la bolsa, ni el móvil... nada", recuerda.

"Cuando mi hermana dejó de dar señales de vida, todos pensamos el mismo: 'ha sido él'" (Gloria Moya)

Los Mozos empiezan la investigación, trabajando con la hipótesis que Mohamed T. habría muerto su ex mujer y lo habría enterrado al bosque de los entornos de una finca que la pareja tenía al término municipal de Dosrius. A la cabeza de exactamente un mes de la desaparición de la Piedad, el 4 de mayo, detienen Mohamed T. No hay rastro del cuerpo, y el hombre niega los hechos, pero la investigación aporta muchos indicios que lo señalan como autor del crimen. Tal y cómo relata en la interlocutoria lo juzgo instructor del caso, del juzgado de Mataró, el mismo día de la desaparición de la víctima el acusado hizo varios viajes a la finca de Dosrius. "Lo sabemos porque no paramos de trucarlo y el registro de su móvil determina que recibió las llamadas allá", explican desde la familia. Mohamed T. afirma a la policía que fue para dar de comer a unos perros, pero la investigación determina que estos animales no existen.

El exparella de Piedad fue a la finca de Dosrius las horas posteriores a la desaparición de la mataronina

El mismo 4 de abril por la tarde, el día de la desaparición, la hija grande de la pareja va al domicilio familiar donde ahora sólo vive el padre. quiere recoger ropa que todavía guarda allá, pero Mohamed T. no le abre la puerta. Ella lo siente moverse por casa, la televisión encendida, cuando lo truca el móvil suena en el interior del piso, pero la puerta sigue cerrada. Más tarde, el padre la truca y le dice que no se lo ha abierto porque estaba "cansado". Un comportamiento más que sospechoso que también recoge el juez. Esto, sumado al acoso de los días previos y a las incongruencias que Mohamed T. muestra durante el interrogatorio, hace que el magistrado lo envíe a prisión provisional. Entonces se inhibe del caso, que pasa a manso del Juzgado de Violencia sobre la Mujer. La jueza ratifica la prisión preventiva para el mataroní. "Muy claro lo tenían que ver para encarcelarlo sin que apareciera el cuerpo", explican desde la familia, que consideran que "no hay ninguna gran prueba concluyente pero sí muchos indicios" para acusar de los hechos al exmarit de la Piedad.

Investigación infructuosa

La mataronina, pero, continúa oficialmente desaparecida. La investigación no sirve para encontrar su cuerpo, ni rastros de una posible ocultación, ni tampoco ninguna posible arma homicida. La Unidad Canina de los Mozos la busca por los entornos de la finca familiar. Cómo que la investigación no mujer ningún fruto, la familia promueve un vareo ciudadano resiguiendo la Riera de Argentona desde Mataró hasta Dosrius, pero tampoco aporta ninguna pista.

Investigación de los Mossos d'Esquadra a la finca de la pareja en Dosrius. Foto: ACN

Desesperados por la carencia de resultados, se ponen en contacto con el padre de Marta de Castillo, la joven sevillana desaparecida y presuntamente asesinada en 2009, el cuerpo de la cual tampoco se ha encontrado todavía. Antonio de Castillo los hace de puente para contactar con Luís Avial, un geofísic que ha participado en la investigación de su hija a través de un sistema de georadar. "El georadar es como un TACO de hospital pero móvil, que realiza radiografías del terreno", explica Avial a Renacuajo. A través de este aparato se establecen puntos de calor en el terreno analizado, que indican si hay algún punto que se ha podido remover para enterrar algo. Avial ha aportado su tecnología a casos tan mediáticos como el de la propia Marta de Castillo –su rastreo a los entornos del Guadalquivir hizo reabrir la investigación de la Guardia Civil- o el de José Bretón y el horno donde habría quemado los cuerpos de sus hijos. Con este sistema el equipo de Avial ha detectado ya nueve víctimas de crímenes, entre ellas una mujer asesinada en Lloret. Además, ha encontrado más de 100 fosas comunes de la Guerra Civil.

El georadar es como un TACO de hospital pero móvil y que realiza radiografías del terreno, pero no se puede aplicar al bosque de Dosrius

"Me reúno con la hermana y otros familiares de Piedad, y después la Unidad Central de Desaparecido de los Mozos me pide que me traslade al terreno para analizar si se puede hacer la prospección", explica Avial. Un golpe a la finca de Dosrius, pero, el geofísic comprueba que no es posible pasar el georadar. "El bosque es muy extenso y muy denso, sólo se podría revisar con un perfilòmetre", asegura. A esto se suma que la jueza decide que para continuar con la investigación, antes hay que concretar el ámbito geográfico de la misma, puesto que hasta ahora la zona delimitada es tan extensa y boscosa que es como buscar una aguja en un pajar.

Vareo popular para encontrar el cuerpo de Piedad Moya (foto: ACN)

Para hacerlo intentan convencer el acusado de someterse a un test neurofisiològic voluntario, conocido como el P300. A través de la respuesta de las señales del cerebro ante varias imágenes, el test tiene que servir para averiguar qué pasó el 4 de abril y, sobre todo, el lugar donde se habría enterrado el cuerpo. Los investigadores confían que, aunque Mohamed no reconozca el crimen, la prueba los aportará suficientes pistas como para delimitar el ámbito de investigación. El acusado firma la autorización para someterse a este "test de la verdad", aplicado también en el caso de Marta de Castillo a Miguel Carcaño, el principal sospechoso. Pero un golpe trasladado en el centro hospitalario de Zaragoza donde se le tiene que practicar la prueba, se niega. "Está claro que algo tiene a esconder", resuelve hoy la familia. El problema es que, sin este test y las concreciones que habría podido aportar, la jueza no da la autorización a continuar con la investigación puesto que no se puede delimitar el perímetro de la misma.

La familia sospecha que el cuerpo puede estar escondido al pozo de la finca porque ha sido tapiat recientemente con hormigón

La familia no entiende por qué, a pesar de esto, no se ha continuado buscando la Piedad. Y más cuando todavía resta para explorar el pozo que hay al terreno de Dosrius propiedad de la pareja. El pozo, construido sin permisos por el propio Mohamed, trae un motor incorporado para sacar el agua. Tiene unos 8 metros de profundidad y la madre y la hermana de la Piedad explican que ellas mismas lo habían utilizado más de un golpe, en alguna comida familiar hecho a la finca. "Buscando el cuerpo de mi hermana descubrimos que el pozo había sido tapiat con hormigón a unos cinco metros de profundidad", explica Gloria Moya, que añade: "Es evidente que lo habían manipulado recientemente y que aquello esconde algo".

En libertad desde hace medio año

El mayo de 2016 Mohamed cumplió dos años en prisión preventiva. La abogada de la familia presentó un recurso para ampliar la prisión provisional y la jueza se lo concedió. Pero la defensa de la exparella de Piedad recurrió a la Audiencia Provincial y esta estableció, el mes de septiembre, que Mohamed podía salir en libertad condicional, entendiendo que no había riesgo de fuga y que la instrucción del caso se había demorado mucho en el tiempo (el juicio llegará casi tres años después de su detención).

Desde que ha quedado en libertad, el acusado a vuelto a vivir en Mataró

Este hecho ha supuesto un golpe mucho llevar para la familia, porque desde que quedó en libertad, Mohamed vuelve a residir en Mataró. "Vive dos calles por encima de casa mía, y ya me lo he encontrado tres veces. El último golpe él iba mirando el móvil y cuando me vio sonrió, como diciendo 'ya soy aquí'", explica Gloria Moya. "Yo es que no quiero ni verlo, ni pensarlo", añade la madre de la Piedad.

"Vive dos calles por encima de casa mía y ya me lo he encontrado en tres ocasiones por el barrio" (Gloria Moya)

El regreso del acusado también ha supuesto un shock para las hijas de la pareja, según la familia. La grande ya vive independizada con su pareja, mientras que la pequeña reside en un centro de menores de Mataró. "No quieren saber nada de su padre", resuelve la hermana de Piedad. A partir del 24 de marzo tanto ella como las hijas y la madre están llamadas a declarar a la Audiencia de Barcelona. Saben que el juicio será llevar porque removerá el episodio más llevar de sus vidas, pero esperan que aporte luz para descubrir el paradero de Piedad. Cómo dice su madre, "el único que pido es que antes de que me muera lo hayamos encontrado y le hayamos dado un entierro digno".

Concentración sábado ante el Ayuntamiento

La familia ha convocado una concentración el próximo sábado 25 a las 18h ante el Ayuntamiento. Reclaman el apoyo de la ciudadanía porque no se olvide el caso y para hacer presión para reabrir la investigación del cuerpo de la Piedad. También quieren pedir más colaboración por parte del Ayuntamiento de Mataró. "Con el anterior alcalde, Joan Mora, mantuvimos una breve reunión, pero nunca han movido un dedo por nosotros", lamentan desde la familia, que aseguran que no quieren dinero, pero sí más apoyo. "Que se preocupen por el que los pasa a unos mataronins como nosotros".