Capgròs
La Policía Local y los Mossos d'Esquadra han redoblado en los últimos tiempos sus operativos conjuntos en los establecimientos considerados conflictivos, de los barrios de Cerdanyola y Rocafonda. Locales que acumulan quejas vecinales por ruidos y problemas de convivencia, y donde las actuaciones policiales suelen saldarse con cifras muy altas de personas denunciadas por diferentes motivos.
El último caso no fue una excepción. Según ha informado la Policía Local de Mataró, tuvo lugar el viernes pasado, día 17, por la tarde. Un numeroso grupo de agentes de los dos cuerpos policiales entró en un total de 9 locales de estos dos barrios, todos ellos bares además de un comercio. El balance de la inspección fue de 75 personas identificadas, de las cuales 22 fueron denunciadas.
En la mayoría de los casos, un total de 14, las denuncias se debieron a la tenencia de sustancias estupefacientes. Algo que subraya el hecho denunciado por los vecinos y analizado previamente por la policía; que algunos de estos establecimientos pueden ser puntos donde se lleva a cabo el tráfico de drogas.
Además, un total de cuatro personas fueron denunciadas por tenencia de objetos peligrosos, como armas blancas, y cuatro más lo fueron por irregularidades en materia de extranjería, como la falta de permiso de residencia. En este último ámbito, los casos se trasladan a la Policía Nacional, que es quien tiene las competencias y que, de hecho, también es habitual que participe en este tipo de dispositivos policiales en la ciudad.
Con estas intervenciones, se quiere dar respuesta a la conflictividad social y en materia de seguridad que se vive en los barrios de Cerdanyola y Rocafonda, "puntos calientes" de la ciudad por problemas como peleas, robos o tráfico de drogas.
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