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La Torre Barceló: un monstruo o un icono?

Vern Bueno Casas FOTO PORTADA: vista aèria 1 2

Muchos mataronins ven con estupefacción cómo crece en primera línea de mar el que será el edificio más alto del Maresme. Un proyecto que genera gran controversia pero que sus promotores defienden que es coherente con su entorno.

 

Se convertirá en un ícono de la ciudad, querido por la mayoría, o será visto como un monstruo sin sentido? Es difícil que, con la Torre Barceló, la cosa quede en un término medio, ya que hablamos de una torre de 26 plantas que casi duplica en altura al segundo edificio más alto de Mataró, en primera línea de mar y visible desde cualquier punto de la ciudad. Por ahora, los vecinos en general ven con mucha estupefacción cómo crece -muy rápidamente- el inmueble residencial, que estará terminado a finales de este 2024. Las redes sociales están llenas de comentarios de incredulidad o directamente negativos.

 
 

La sección 'La voz que importa' de Capgros.com ha recogido opiniones que paseaban por sus alrededores, y la mayoría eran poco alentadoras. "La encuentro exagerada, comunidades de vecinos tan grandes no me gustan", decía un testimonio. "Yo no viviría nunca en un bloque así, tan bestia, con tanta gente", decía otra vecina. "No creo que acabe de encajar con el litoral de la ciudad, me sorprende tener un edificio así", añadía un transeúnte, que aseguraba: "Quizás para las nuevas generaciones pueda convertirse en un símbolo, como lo era la Torre Maresme con el cartel de Caixa Laietana, pero para nosotros lo dudo mucho". "Me parece un espanto que creo que arruina esta zona de Mataró", defendía un tercero, mientras que otra de las personas entrevistadas aseguraba que "venía paseando por la zona y cuando lo he visto me he asustado". Sin embargo, no todas las opiniones son negativas. "Está bien para Mataró, porque faltan pisos para alquilar, creo que es una buena idea", señalaba el propietario de un bar cercano, que aseguraba que "irá muy bien para el 'business' de los locales del paseo marítimo". Otro testigo afirmaba que "en el futuro, cuando haya más edificios altos construidos a su alrededor, se integrará mejor y quedará mejor".

 

 

Un proyecto que se arrastra desde hace 25 años

De hecho, la controversia siempre ha acompañado a este proyecto, que se remonta a hace más de 25 años. La Torre Barceló ya era el elemento definidor del proyecto ganador del concurso público promovido en 1998 por el Ayuntamiento para reurbanizar la ronda Barceló, que en el Plan General de Ordenación Urbanística aprobado dos años antes se preveía como una de las vías de la nueva centralidad urbana de Mataró y un punto clave en la conexión del núcleo histórico de la ciudad con los nuevos sectores en desarrollo en el frente marítimo de levante, como el Puerto, Iveco y El Rengle. Ha llovido mucho desde entonces; el desarrollo de la ronda Barceló y su entorno ha experimentado todo tipo de contratiempos, la mayoría motivados por la crisis económica de 2008, y el proyecto de la torre parecía que podía quedar en un mero boceto sobre plano. Pero el frente marítimo mataronense es un espacio libre muy codiciado en primera línea de mar, con buenas conexiones y proximidad con Barcelona y precios más competitivos que en la capital, lo que lo mantiene como una pieza apetecible para el sector inmobiliario. Las promociones inmobiliarias han ido floreciendo y finalmente Stoneweg, un fondo de inversión con sede en Suiza, se ha decidido a impulsar la torre, el proyecto más ambicioso de todos, que contará con 192 viviendas de una a tres habitaciones, todas de alquiler, además de locales de restauración y comerciales en planta baja. Un edificio gigante, que ocupa un total de 16.300m2 y que conlleva una inversión de 21 millones de euros.

Una 'fita' en els nous sectors en desenvolupament | R. G.
Un 'hito' en los nuevos sectores en desarrollo | R. G.
 

 

No ha sido Stoneweg, sin embargo, quien ha decidido que el edificio pueda tener 26 plantas. Así lo establece el proyecto urbanístico aprobado por el Ayuntamiento, desde donde se defiende que no es ninguna locura, sino un proyecto con sentido. "Entiendo perfectamente la polémica", resuelve Xavier Alemany, Director de Urbanismo y Planificación del Ayuntamiento, que reconoce que "un edificio tan alto y con esta ubicación de entrada puede parecer un elemento distorsionador y generar un cierto rechazo". Entonces, ¿por qué se plantea una apuesta arquitectónica tan radical? El objetivo, según el Ayuntamiento, es dotar a la ciudad y su frente marítimo de un nuevo punto de referencia, como símbolo y emblema de su crecimiento y de la nueva realidad urbana que esto ha comportado. "En las últimas décadas se había ido produciendo un desplazamiento del centro geográfico de la ciudad, que se ha acabado situando en el eje de Via Europa y las rondas", explica Alemany. El cruce de la ronda Barceló y la avenida Maresme es el punto central exacto del frente marítimo, con 1,5 km al oeste hasta la riera de Sant Simó y 1,5 km al este hasta la Torre d'Ara y el límite del término municipal. Es en este punto donde se busca erigir "un hito, un punto de referencia visual bien reconocible, que se convierta en un elemento identificativo de la ciudad", como dice Alemany

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Recreación de la Torre Barceló y sus entornos, una vez construída

Con referentes como el de Barcelona

Mataró no inventa precisamente la rueda en este sentido. Los edificios que se elevan mucho por encima de los de su entorno, ya sean de viviendas, hoteles, oficinas o de cualquier otra tipología (véase el caso de la Torre Eiffel), siempre han cumplido esta función identitaria, destacando entre el entramado urbano más anónimo para ayudar a reconocer la ciudad donde se encuentran con solo un vistazo de pájaro. En Barcelona, por ejemplo, cumplen esta función las torres gemelas de la Vila Olímpica, en un modelo bastante similar en ubicación y entornos al que se quiere replicar en Mataró. Sin embargo, se trata de una operación arquitectónica y urbanística muy compleja, donde se deben ejecutar correctamente muchos elementos a la vez o el pretendido emblema corre el riesgo de ser un elemento odiado por los ciudadanos. No se trata solo de lograr un diseño atractivo y esbelto del edificio en sí, sino de garantizar su encaje en el skyline de la fachada marítima, haciendo que destaque pero a la vez sea armónico con el resto de edificaciones; y ofrecer un espacio público de calidad en su entorno.

 

Desde el Ayuntamiento se asegura que se han trabajado estos aspectos de manera muy específica. De hecho, el proyecto ha cambiado mucho desde su esbozo original. El dibujo de la primera torre planteaba un edificio elíptico y situado más cerca de la línea de mar. Posteriormente, la torre pasó a ser circular, tal y como se promocionó en diferentes 'renders', pero en su proyecto final el edificio ha tomado una forma más romboidal que presuntamente le dará más esbeltez, y con una nueva ubicación más adentrada en la trama urbana para dejar más espacio a La Farinera, una antigua fábrica catalogada que se convertirá en equipamiento municipal. Otro cambio muy importante respecto a los planos iniciales es la supresión de la plaza deprimida de los alrededores del edificio, que se había ideado como entrada al futuro acceso subterráneo al Puerto. "La idea actual es soterrar lo mínimo imprescindible y mantener tanto espacio como sea posible en superficie, para disfrutar de un entorno de mayor calidad y evitar generar zonas inseguras", relata Alemany. El proyecto de la nueva estación de Rodalies, que se quiere hacer justo frente a la torre, también se enmarca en la misma línea: que actúe como nudo ferroviario y a la vez como paso entre la ronda y el Puerto, con mucho tránsito a todas horas y con el máximo de luz natural posible con múltiples aperturas, como antídoto a los peligros propios de las zonas subterráneas. Desde este paso, además de dar acceso a la estación, los peatones podrán enlazar directamente con el puerto y su nueva zona de restauración y ocio.

La torre destaca de manera claríssima a l'skyline mataroní | R. G
La torre destaca de manera clarísima en el skyline mataroní | R. G
 

 

Otros elementos importantes en los alrededores de la Torre Barceló serán la ronda que le da nombre, que en este tramo tendrá 34 metros de ancho; la avenida Maresme, convertida en bulevar desde este punto hasta Laia l'Arquera; o el nuevo paseo paralelo a las vías que enlazará con el Parque del Mar, el TecnoCampus y el sector del Rengle. La torre se plantea, por lo tanto, como el eje sobre el cual pivotará todo el ámbito del frente marítimo y su conexión con el centro de Mataró y el resto del núcleo urbano más consolidado. Todo ello, huyendo del concepto de plaza dura ya que se prevé mucha arboleda y zona verde, aprovechando el proyecto Re-Natura, que busca dar más presencia de la naturaleza en el entramado urbano del conjunto de la ciudad.

Arquitectos de prestigio para hacer frente a un reto mayúsculo

 

Batlle & Roig es el estudio de arquitectura encargado de la Torre Barceló. La promotora del inmueble ha querido jugar lo más seguro posible y ha recurrido a uno de los despachos más prestigiosos y solventes del país, con una larga lista de proyectos que incluyen edificios residenciales y de oficinas (también de gran altura) y equipamientos de diferentes características, pero también proyectos de remodelación urbanística y de reordenación o diseño de zonas verdes, con el objetivo claro de integrar ciudad, paisaje y naturaleza para hacer frente al cambio climático. La Torre Barceló forma parte de esta filosofía, tal y como insisten en explicar Eirene Presmanes, arquitecta responsable del edificio, y Helena Salvadó, subdirectora del departamento de edificación de Batlle & Roig. Aseguran que el proyecto pone un fuerte énfasis en la sostenibilidad, tanto en aspectos pasivos como activos, considerando aspectos como la protección solar, la ventilación natural y el aprovechamiento de recursos como el agua pluvial o la conexión con el TubVerd, "que para nosotros era clave y presionamos mucho para que se pudieran hacer coincidir calendarios y un edificio tan grande como este pudiera alimentarse de energía verde", aseguran. Las arquitectas también constatan que "es muy importante la presencia de naturaleza, que colonizará el edificio y los espacios comunes y públicos".

Render i aspecte actual de la torre
Render y aspecto actual de la torre

Lo que principalmente inquieta a los mataronenses, más allá de la huella ecológica del edificio, es su impacto en el skyline de la ciudad y su relación con el entorno. Desde Batlle & Roig aseguran que entienden "la preocupación" de los ciudadanos y destacan que han puesto especial énfasis en definir tanto la forma del edificio como su integración en la ciudad. En el primer caso, desde el estudio señalan que la concepción de la forma de la torre se basó principalmente en las ideas del arquitecto catalán José Antonio Coderch, uno de los más importantes de la segunda mitad del siglo XX y con una larga lista de proyectos residenciales emblemáticos. "La forma fragmentada del edificio permite una mejor integración con el entorno y una reducción progresiva del impacto visual a medida que se eleva, con menos superficie según va ganando altura", explican las arquitectas. Esto se traduce en un diseño basado en la descomposición volumétrica, con plantas más pequeñas en las partes superiores, creando una silueta más amigable y menos masiva desde el punto de vista urbano, una forma diamantada contraria "a la idea de bloque uniforme que predomina en otras torres del frente marítimo, que hemos analizado y estudiado", señalan.

 

En el diseño del proyecto, según destacan en Batlle & Roig, se ha dedicado especial atención a las terrazas habitables como elemento clave de la vivienda. Estas terrazas no solo proporcionan espacio exterior privado sino que también contribuyen a la diversidad visual de la fachada y al confort de los residentes. Su ubicación y tamaño son diversos, para evitar la monotonía y la sensación de bloque. La elección del material para la fachada ha sido la cerámica, un material local y sostenible que se integra bien con el entorno mediterráneo de Mataró y que también es un material de proximidad, que se quiere que aporte una apariencia moderna y cálida.

En cuanto a la relación del edificio con su entorno, las arquitectas afirman que se ha analizado detalladamente el planeamiento anterior y se ha optado por una disposición de la torre que "minimice el impacto visual y favorezca el espacio público alrededor del edificio". "La altura, superficie y características generales del inmueble nos vienen dadas, pero nosotros trabajamos mucho la integración en su entorno", señalan. Por eso propusieron que el edificio se construyera más atrás y generara más espacio público aprovechable en el entorno de la Farinera. La forma que adquiere la torre también va en este sentido. "Se pretende que el edificio no sea simplemente un bloque monolítico, tal y como estaba más previsto inicialmente, sino que contribuya a la vitalidad del frente marítimo de Mataró y promueva una convivencia armónica entre los diferentes usos urbanos", constatan. Además, aseguran que el proyecto contribuye a la regeneración urbana y la creación de un nuevo polo sociocultural en el frente marítimo, con un importante techo terciario en la planta baja y primera planta, espacio público en el entorno de un nuevo equipamiento y alargando el tejido residencial hacia el puerto y hacia los nuevos sectores en crecimiento del frente marítimo. "La regeneración de espacios urbanos obsoletos es clave hoy en día, como ocurre en la zona de Iveco con una parte de actividad industrial en desuso", apuntan.

Apuesta por el alquiler y por la variedad de dimensiones

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FOTO: torre barcelo (1)

Otro hecho que ha generado bastante sorpresa entre la ciudadanía es que los 192 hogares de la torre estén destinados al alquiler. "Queremos elaborar un 'portfolio' de alquiler de calidad, teniendo en cuenta que en España hay mucha demanda y el parque disponible está por debajo de la media europea, además de ser de baja calidad", explicó la portavoz de Stoneweg en la presentación del proyecto en Mataró, en el año 2021. Al anunciarse que serían apartamentos de 2 o 3 habitaciones, surgió el temor de que acabara siendo un edificio "rascacielos" de viviendas pequeñas y apretadas en altura. Los promotores aseguran que no será así. "La apuesta es por una variada oferta de viviendas, desde pequeños apartamentos hasta pisos más grandes, que reflejen la diversidad de la población y permitan adaptarse a diferentes necesidades y estilos de vida. De 45 a 100m2, de una a tres habitaciones, para todo tipo de personas y familias", constatan desde Batlle & Roig. Sus residentes, además, disfrutarán de una amplia gama de espacios comunes, como es ya habitual en la mayoría de las nuevas promociones de viviendas. Se pretende que el edificio no solo sea un espacio residencial sino también un punto de encuentro para la comunidad local, con espacios comunes como gimnasio, sala social, coworking, piscina, terrazas, "que son un complemento a la vida que haces en tu hogar", afirman las arquitectas.

Por qué tantos edificios altos en primera línea de mar?

A tocar de la Torre Barceló, en el sector Iveco, se prevén siete torres de 15 plantas, una redefinición del skyline mataroní que trae polémica
 
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La Torre y el sector de Iveco vistos desde la Porta Laietana. Foto: R. G.

 

La Torre Barceló, con sus 26 pisos, destacará de manera muy notable en el skyline mataronense, pero en todo el nuevo sector de levante no será el único edificio alto. Además de las torres ya existentes en El Rengle, en el sector de Iveco (el tramo entre Porta Laietana y la ronda Barceló) se prevén hasta siete torres de 15 pisos. Algo que hace llevarse las manos a la cabeza a muchos mataronenses, que temen que la ciudad se convierta en un nuevo Benidorm, pero que no es exclusivo de Mataró, como se puede ver en desarrollos urbanísticos cercanos como los frentes marítimos de Barcelona, Sant Adrià o Badalona.

¿Por qué se apuesta por este tipo de edificios, a pesar de que suelen generar rechazo ciudadano? Porque se compensan con mucho más espacio público. "La edificabilidad en altura conlleva que sus promotores hagan cesiones de terreno gratuitas y urbanizadas para aprovechamiento del ciudadano", destaca el director de Urbanismo del Ayuntamiento. Si los 192 hogares de la Torre Barceló se colocaran en un edificio de, pongamos, 7 pisos, este ocuparía lógicamente mucha más superficie, dejando menos terreno libre para zonas verdes, espacios de paseo o futuros equipamientos. Las arquitectas de Batlle & Roig comparten la misma opinión que Urbanismo del Ayuntamiento. "Las construcciones en altura tienen un gran impacto a la vista pero a cambio generan una gran cantidad de espacio público abierto al conjunto de la ciudadanía. La misma superficie a menor altura ocuparía mucho más espacio y sería mucho menos amable para el ciudadano", defienden.

Por otro lado, la construcción en vertical en lugar de horizontal también configura un frente marítimo más permeable hacia el interior urbano, al contrario que el sector consolidado de poniente integrado por edificios antiguos más bajos pero alineados en total continuidad, ejerciendo de muralla con el resto de la ciudad.

La clave, la relación y el encaje con el entorno

Más que su diseño o altura, lo más importante es que el edificio no sea un nodo aislado y mantenga un equilibrio dentro de la estructura urbana, explica Josep Camps, especialista en arquitectura y territorio
 
Vistes des del Castell de Mata
Vistas del frente marítimo de Mataró desde el Castillo de Mata

 

La mayoría de ciudadanos consultados se muestran, por ahora, bastante en contra del proyecto. Sus promotores, evidentemente, lo defienden. Para intentar encontrar un término medio, en forma de análisis desde el conocimiento y sin implicación directa, consultamos a un académico especialista en la materia. Se trata de Josep Camps, profesor del departamento de Arquitectura e Ingeniería de la Universidad de Girona, y miembro del Grupo de Investigación en Arquitectura y Territorio. "Entiendo que la ciudadanía vea el edificio con recelo, pero en relación a estos edificios y proyectos no hay verdades absolutas sino que depende de la implementación de cada caso", señala Camps. "La cuestión es la relación de esta tipología de edificación respecto a la ordenación urbana y la gestión del territorio; es decir, la cuestión es si hay o no hay equilibrio".

'Un skyline en altura es una cuestión estética ni buena ni mala por sí misma; lo importante es si hay equilibrio"

Camps defiende que los nuevos sectores en desarrollo, como la ronda Barceló o Iveco, crezcan "con densidad", siempre y cuando se compense con espacios públicos y zonas verdes. "Es vital que estos espacios se encuentren en un ámbito cercano e influencia de las nuevas edificaciones", señala, algo que, en teoría, está previsto así en la planificación mataronense. Al colocarse en la confluencia de la avenida Maresme con Torre Barceló, y frente a la Estación, el arquitecto apunta que se resuelve bastante adecuadamente una de las grandes necesidades de proyectos como estos, la gestión de la movilidad en su entorno: "Tendremos cientos de personas en un perímetro de fachada muy corto, lo que genera mucha necesidad de servicios e infraestructura vial, y creo desde el punto de vista movilidad urbana aparentemente no es un mal lugar para hacerlo".

Respecto al objetivo del Ayuntamiento de crear un hito arquitectónico de referencia con esta torre, Camps considera que más importante que su altura es "el encuentro del edificio con el suelo". "Si logras un entorno de servicios, equipamientos, zonas verdes, locales comerciales y espacio públicos que, sobre todo, estén integrados con la ciudad, la altura que tenga no es tan importante", recalca. Proyectos como este, añade, corren el riesgo de convertirse en "nodos aislados que densifican sin aportar nada a su entorno". Si se cumplen todos estos objetivos, sin embargo, la altura acaba siendo una cuestión principalmente estética. "Se apuesta por un punto de referencia en el marco de un skyline de edificios altos, una decisión de imagen que no es ni buena ni mala por sí sola; será mejor o peor en la medida en que la fachada marítima sea armónica en su conjunto, si mantiene una coherencia como estructura urbana, si no está aislada de su entorno y si la densificación del sector se compensa con espacio verde y público", concluye.