La reversión de Las Santas en un formato totalmente diferente al habitual y condicionado por la crisis de la Covid-19 que ha acordado Mataró no es un fenómeno excepcional en el calendario festivo catalán. Desde hace semanas, son décimas los municipios que han habido o bien de suspender la Fiesta Major o que han optado por alternativas forzosas a los actos habituales.
Esta semana, de miércoles hasta domingo, Berga tenía que acoger la Patum , la fiesta más conocida y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por primera vez desde la Guerra Civil no se hará en motivo de Corpus por el que los patumaires se tendrán que consolar con celebraciones caseras, recuperar antiguas retransmisiones televisivas o con un concierto en streaming, desde el Castillo de Berga de todas las músicas de la fiesta. Viernes, día de Patum Infantil, se hará un 'challenge' a través de las redes sociales en el que se pide a los niños y niñas berguedanos que se monten su propia Patum a casa. Ayer, primer día de la fiesta, se pudieron ver saltos improvisados por los ciudadanos por las calles del centro de la localidad, todo y las advertencias municipales de no incurrir en ninguna actitud que pueda ser propensa al contagio.
La elección de cada municipio
Suspender o reversionar. Esta es la diatriba a la que se han tenido que enfrentar la práctica totalidad de municipios. Incluso aquellos que tienen su cita de Fiesta Mayor pasado el verano ya trabajan conocedores que en la 'nueva normalidad' las aglomeraciones siguen singularmente prohibidas y la distancia entre personas será norma. Entidades y ayuntamientos tienen que echar de imaginación para sustituir buena parte de los rituales o actas en su formato habitual. Hay fiestas mayores que han suspendido todo su ámbito presencial y se limitarán a hacer programación virtual. Es el caso de Terrassa , que celebra Sant Pere en inicios de julio, y que decretó la suspensión de la Fiesta Mayor hace semanas. La co-capital vallesana optará por una 'Fiesta del Reencuentro' en otoño como sustitutivo de su Fiesta Mayor. La lista de municipios que han optado por una suspensión total es larga como los casos de Vilassar de Mar, Masnou y Premià de Mar a la comarca, La Garriga, Parets o Granollers en el Vallès o Badalona, el mes pasado, en plena pandemia.
San Pedro es sinónimo de verbena y antes y más sonada viene la cita de San Juan. Es cuando Valls hace Fiesta Mayor y la capital de la Alt Camp ha tenido que reinventarse prácticamente todo el programa. Han tenido que renunciar a actas como la salida de Completas o las dos fiestas castelleres importantes de la celebración y los grupos de música que tenían que actuar lo harán por streaming. El programa mira de mantener algunos de los actos rituales como los oficios religiosos, el baile del águila o los repiques de campanas y morterets para no perder del todo la Fiesta Mayor. En Reus, de San Juan en Sant Pere están habitualmente de Fiesta Mayor. Este año no habrá apariciones del Cortejo festivo ni se encenderán cabeza de las icónicas Tronades a la Plaza del Mercadal.
Las fiestas de agosto empiezan a moverse
Si Las Santas pueden considerarse la última gran Fiesta Mayor de julio, el agosto es tiempo de gran concentración de citas festivas y algunas de ellas ya han empezado a moverse para adaptarse a los condicionantes de este año. La más drástica quizás ha sido la Fiesta Mayor de Granollers que comunicó su suspensión, poniéndose de acuerdo el Ayuntamiento y las dos pandillas de Blancos y Moratones que vehiculan y protagonizan la fiesta. En la capital del Vallès Oriental se ha preferido suspender la fiesta como tal y trabajan en una programación cultural alternativa por finales de agosto, en coincidencia de fechas con su cita.
También Tarragona celebra Santo Magí, Fiesta Mayor pequeña, alrededor del 19 de agosto. Para la ocasión ha readaptado el programa, cambiando ubicaciones pero mirando de mantener actas como la llegada y la repartida de agua. Buscarán alternativas simbólicas como proyectar los castillos en vídeo y el Ayuntamiento tarraconense asegura que trabaja porque el Cortejo salga "de una forma o de otra" en esta ocasión y un mes más tarde, por Santa Tecla.
La última de pronunciarse ha sido Vilafranca del Penedès, que bautiza su Fiesta Mayor como "La más típica" y se celebra entre el 29 de agosto y el 2 de septiembre, en honor de Santo Fèlix. Esta semana el Ayuntamiento ha anunciado que se hará y ha dejado claro que será "atípica" y "irrepetible" y que el formato definitivo se irá perfilando de manera "modular", es decir, acto por acto, en función de las restricciones que imponga la nueva normalidad. El consistorio también ha garantizado que será una Fiesta Mayor "segura" donde "no harán ninguna tonteria ni nada que no puedan hacer".
Fiestas mayores importantes como Vilanova i la Geltrú, Sitges o Igualada mantienen sus preparativos en silencio y pendientes de la evolución de protocolos sanitarios a seguir.
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