ENTREVISTA Maria Escalas
ENTREVISTA Maria Escalas

Cugat Comas

Maria Escalas: "Tienes que ser honesta contigo misma cuando escribes"

Hablamos con la escritora y música Maria Escalas, flamante Premi Ciutat de Palma de novela y persona muy activa y presente en el día a día cultural de la ciudad

Maria Escalas está de enhorabuena. Su nueva novela 'A su sombra', que aún se hará rogar unos meses para estar en las librerías, le ha valido el premio Llorenç Villalonga de los prestigiosos Ciutat de Palma. En el texto, esta músico, antigua profesora y bien presente en el día a día de la ciudad y la cultura mataroninas, toca temas como la violencia machista a partir de la historia de una compositora mallorquina silenciada por el hecho de ser mujer. El título se suma a novelas de éxito, como 'Antes de que tu recuerdo vuelva ceniza', 'Sara y los silencios' o 'Estimada Mirta', que han consolidado la trayectoria de esta mataronina que decidió que la literatura sería su vida. Trabaja diariamente en un coworking donde todo son pintores plásticos y ella, que va escribiendo con el ordenador. Imparte clases, lleva clubes de lectura, hace de lectora editorial y colabora en medios como 'Catorze' y 'Valors', además de ser instrumentista y cantante en conjuntos como el Cor Ciutat de Mataró.

Es la protagonista de la Entrevista de Capgròs de este mes de marzo.

Empezamos por el final: ganadora del Premio Ciutat de Palma. Suena muy bien.

Me han premiado por una novela que publicaré después del verano. Es un premio del que estoy muy contenta porque es totalmente limpio, literario con jurado independiente y que se hace a ciegas. El jurado leyó mi obra sin saber de quién era… ¡y la eligieron! Es un premio bastante prestigioso porque se premia la calidad literaria y ganarlo es una gran satisfacción.

¿Cómo es recibir una noticia como esta, cómo lo viviste?

Me llamaron y me dijeron eso de "no se retire, que ahora hablará con el Consejero de Cultura del Ayuntamiento de Palma" y yo ya empecé a llorar al ver de qué iba. Es una alegría muy grande pero claro, no lo podía decir. Iba por la calle como cuando estás embarazada y aún no se lo has dicho a nadie, con una sonrisa de oreja a oreja.

El acto de los Premios Ciutat de Palma ha estado rodeado de polémica, sin embargo.

El Ayuntamiento de Palma ahora es del PP y Vox y querían hacer que el premio fuera también en castellano y eso generó mucha controversia. Finalmente se han hecho dos premios. El acto fue algo muy oficial, con la Presidenta y el Alcalde, eso sí.

Tú eres mallorquina y también mataronina.

Una mallorquina continental que he vivido siempre en Mataró y siempre he hecho la vida aquí. La verdad es que tengo el corazón dividido porque siempre he sido mallorquina y siempre me he sentido.

¿Sales?

Claro. ¡Y hasta hemos hecho sobrasada en el piso de Mataró! Yo con mi marido hablo catalán pero con mis hijos hablo mallorquín. Este premio, sin embargo, no me lo han dado precisamente por mallorquina.

Cuando escribes, ¿cómo decides si sales o no sales?

Hago lo que cada personaje me pide. La primera novela que hice tenía dos arcos temporales: uno en Filipinas y otro en Mallorca. Lo que hice es que el narrador hablaba en catalán central pero los personajes hablaban en mallorquín. Estaba inspirado en mis abuelos y obviamente yo no podía hacer que mis abuelos no hablaran mallorquín. Los personajes hablaban tal y como recuerdo que ellos hablaban. Al principio era algo que me daba miedo, porque piensas si eso puede echar para atrás a una editorial, este pequeño punto de dificultad, pero el editor me dijo todo lo contrario. Hay que ser honesta cuando escribes. No pensar en si gustará sino en cuál es la mejor manera de contar una historia. De historias buenas hay a montones, la diferencia es encontrar la buena manera de contarlas. Saber contar una historia es como aquella gente que sabe contar mejor un chiste, que te partes de risa y en cambio contado por alguien otro no te hace ni gracia.

¿Es una cuestión técnica, pues, explicar bien las historias?

No, pero hay ayudas. Por ejemplo, no te quedes nunca con la primera manera como explicas algo. Hay que mantener la intriga, trabajar con orden, decidir cómo contarás las historias y los pasos que darás. Una cosa es escribir una historia y otra es redactarla, que es cuando viene el trabajón. Y siempre hay que tener un margen para ver qué funciona y qué no. Es importante no encariñarte con ninguna idea inicial y ser bastante crítico contigo misma para ver qué hay que cambiar. Por eso necesitamos gente que nos lea, que nos diga cómo vamos, qué funciona y qué no.

Maria Escalas, cuando publicó la aclamada 'Estimada Mirta', su quinta novela

¿Cuánto tiempo puede implicar una novela?

Hay muchos tiempos. Yo una novela la empiezo por el esquema, decido las piezas del rompecabezas y las redacto por separado. Después lo uno todo en un archivo y a partir de aquí voy haciendo revisiones y versiones. Yo borro mucho. Borro más de lo que escribo. Una cosa curiosa que es menos conocida es el tiempo entre que tú das por acabada una obra y cuando sale publicada. Es un tiempo necesario, porque necesitas alejarte de ella y mirarla con otros ojos. Es un momento para ti, que piensas en otras historias.

Eres una escritora de éxito que ha ido muy paso a paso.

He ido paso a paso pero es que el 99 por ciento de la gente no hace un best seller con la primera novela. Yo estoy muy satisfecha de este camino poco a poco porque también me ha ayudado con mi miedo. El día que me siento y decido dedicarme plenamente a la escritura obviamente que tengo miedo, y eso que ya llevaba tres novelas y bien vendidas. Tenía más de 50 años y un sueldo fijo, me gustaba la docencia… es dar un paso importante y no fue fácil hacerlo. Llegué a volver a la docencia un año pero ya había desconectado, no estaba siendo honesta conmigo misma ni con mi propósito de vida. Escribir es lo que me hace más feliz de todo. Cuando escribo me tengo que poner un temporizador para recordarme moverme porque estoy tan absorta que me quedaría horas. Con la música me tenía que obligar a estudiar y con la escritura me tengo que obligar a pararme. Cuando llega el viernes y cierro, me da pena y el domingo pienso: qué bien, que mañana es lunes. Esto es un lujo.

Has sido profesora y eres escritora. ¿Cómo ves la sociedad y la juventud actual, respecto a la lectura?

Yo soy optimista. De carácter y con todo, también hay que decirlo. Lo aplico a la escritura como a la vida general. Sí que es verdad que vas a Francia, por ejemplo, y en el pueblo más pequeño tienen hasta cuatro librerías que son las que acabamos teniendo en una ciudad como Mataró. Yo querría que hubiera más librerías y más gente que leyera, claro, pero también veo que hay muchos clubes de lectura, mucha gente inquieta y gente que busca en los libros algo. Siempre habrá quien necesite expresarse y siempre habrá quien disfrute leyendo estas historias. Otra cosa es si deberíamos buscar otro tipo de ficción más allá del libro: en Estados Unidos hay muchos escritores que viven de guionizar series y se hace una ficción buenísima. Sí que es cierto que en el tren ya casi no se ven libros y ves a todo el mundo con su móvil pero prefiero ser optimista.

¿Qué reacción recibes de los lectores? ¿Cómo te relacionas?

Que la gente lea lo que tú escribes, por sí solo, ya es una recompensa brutal. Y la fidelidad, que te lean otra vez, y que te lo digan. O los clubes de lectura, que si de por sí ya son sensacionales, ir a un club de una novela tuya y recibir el calor es muy especial. Estoy muy contenta del feed-back de los lectores. Incluso una mujer, un día por la calle, me paró y se me abrazó agradecida por el libro que había leído. Momentos como esos son impagables.

¿Qué camino te imaginas por delante en el mundo de la literatura?

Yo siempre quedaba en las puertas de los premios, segunda o finalista, pero en las puertas. No sé qué me deparará la vida pero he visto que trabajando duro y siendo honesta, voy creciendo. Cada novela vende más que la anterior y ahora he ganado un premio que podemos considerar de primera división. Yo quiero seguir escribiendo y contando historias. Me gustaría por ejemplo que me tradujeran pero viniendo del catalán es difícil que te traduzcan al castellano. Los editores piensan que ya me comprarán en catalán, el círculo que me conoce.

No has ambientado ninguna historia en Mataró.

No, y no será porque los capgrossos no den para unas buenas novelas. No sé si sería novela negra o culebrón. No lo había pensado aunque si quiero tener amigos aquí, no sé si lo haré.

Y ¿dónde tenemos la música, en este día a día tan literario?

La música, como la escritura, las concibo como propias de mi necesidad de expresarme. Con la música soy repetidora, interpreto la de los demás, no creo. Yo siempre he escrito y he hecho música, siempre. Escribiendo soy más solista y con la música toco el oboe y formo parte de conjuntos, o también canto en corales. No me puedo imaginar la vida sin música y de hecho estoy más preocupada por la situación de la música que no por la literatura.

¿Por qué?

No hay una apuesta clara para que la música sea potente, para que haya base para un desarrollo profesional. Yo voy a Granollers y flipo con ese auditorio, con esas salas de ensayo y audición, con el conservatorio. ¿Cómo es que en Mataró no tenemos todo eso y tenemos a las corales ensayando en condiciones que dan pena? La cultura en Mataró está en una situación muy triste. Una vez, un político me dijo que no teníamos tradición musical. Aquí, en la ciudad de la Misa de les Santes o de los Pastorets… Además, que no es excusa. No teníamos tradición de castellers y mira qué colla que tenemos, que bien que lo hace y qué local que tiene, por poner un ejemplo. Tenemos escuelas de música que hacen muy buen trabajo pero la sensación es que todo junto resulta muy difícil. Hay muy pocos conciertos de música clásica, que se aguantan por los pelos. Es preocupante.

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