"Cuando tenía tres años mis padres me pusieron los patines. Mis hermanas hacían patinaje artístico. Yo y mi hermano empezamos a jugar a hockey. Al principio procurabas no caerte...". Siempre resulta fascinante para alguien de 36 años, como quien escribe estas líneas, escuchar las primeras experiencias de los jugadores de hockey sobre patines. Sobre todo porque, con 36 años, muchos no sabríamos ni atarnos los patines ni mucho menos hacer cuatro pasos sin besar el suelo. Àlex Cantero ha hecho de los patines y el stick una pasión que le ha guiado durante toda la vida.
Tiene 27 años y esta es su quinta temporada en Mataró: "Somos una piña, una familia. El vínculo con el club, los compañeros de equipo y el staff es extraordinario. Si ahora tuviera que irme sería para sumarme a un proyecto mucho más competitivo, pero se me rompe el corazón si pienso en el momento de dejar a este grupo." Cantero, natural de Palafolls pero con residencia en Barcelona, nunca había jugado de manera tan continuada en un club. El suyo, no obstante, ha sido un viaje de muchos kilómetros hasta llegar a la capital del Maresme. Abrochaos el cinturón, que vienen curvas.
Cuando era un niño empieza a jugar en Malgrat, junto a casa. Después, con 6 años va al Blanes. En la próxima estación, en Tordera, celebra los campeonatos de Cataluña y de España de la categoría. Pasa un par de temporadas entrenando en el CAR de Sant Cugat, hecho que supone un paso más hacia la alta competición, y lo aprovecha para seguir evolucionando en Girona con el GEiEG. Con 16 años vuelve a Blanes y debuta, con 17, en la máxima categoría estatal. Cuando termina el bachillerato recibe una oferta para jugar en la primera división francesa. Con el Ploufragan crece como jugador pero sobre todo como persona: "Me ponen sueldo y casa. Me hice adulto." Y de la Bretaña, a Andalucía. Ficha por el Burguillos y los ayuda a subir a segunda división. Marcó 13 de los 17 goles del equipo en la liguilla de ascenso. Su rol era tan determinante que entrenaba a Blanes y el club andaluz se hacía cargo de un vuelo, cada fin de semana, porque pudiera jugar con ellos. Después de esta experiencia absolutamente alucinante, vuelve a competir con el equipo de la Selva. En Blanes se convierte en el máximo goleador histórico en una temporada de OK Plata (52 goles) y, después de otra parada en Tordera, acaba en Mataró. 27 años y más kilómetros que un coche de carreras.
Àlex Cantero suma goles y kilómetros con la misma facilidad que puede operar con los números. Es economista y desde tercero de carrera trabaja en una oficina de Barcelona de una reconocida entidad bancaria. Los horarios son ideales: "Termino a las tres, voy al gimnasio y, después, a disfrutar del entrenamiento en Mataró." Tiene tiempo de todo y planifica las rutinas del gimnasio con el preparador y la nutricionista de su club. El CH Mataró perdió ayer 5 a 3 ante el Caldes. Cantero hizo un gol y suma ocho en la liga. Es el máximo goleador del club mataronense, que no puede pensar en la permanencia a la OK Liga porque parece una quimera. Bajan más equipos que nunca y apenas ahora el CHM empieza a desentrañar los secretos de la categoría: "Es un juego mucho más directo. En Plata se especula más. Ahora empezamos a entender como madurar este tipo de juego, pero nuestro proyecto es a largo plazo." De momento, Àlex no ve motivos para pensar en nuevas experiencias pero no sería él, precisamente, alguien con miedo a afrontar nuevos retos en la vida.