12 derrotas seguidas. Una victoria y dos empates en diecisiete jornadas. 32 goles a favor (segundo equipo menos goleador) y 85 en contra (equipo más goleado). Las cifras no invitan precisamente al optimismo pero, más allá de esto, la sensación es que se ha desvanecido aquella competitividad que mostraba el CH Mataró en las primeras jornadas de liga. En los últimos cuatro compromisos de esta larga racha de doce derrotas seguidas, el conjunto que entrena Albert Larrea ha perdido por diferencias notables. Como este sábado ante el Palafrugell.
Nada hacía prever una caída de esta magnitud. El CH Mataró empezaba el partido fuerte en defensa y entonado en ataque. Oriol Lladó sería el encargado de premiar este buen inicio del conjunto local con dos goles que situaban al Mataró con un cómodo 2 a 0. A partir de aquí, todo empezaría a rechinar. Sergi Canet recortaba diferencias y una tarjeta azul a Erik Gual sería el preludio del empate, obra del mismo Sergi Canet (2-2).
Todavía antes del descanso, Mikel Abeal cambiaba el marcador (2-3). El gol sería todo un golpe de efecto porque el Mataró ya no volvería del paso por vestuarios con la misma robustez. El Palafrugell lo aprovecharía para dejar el partido prácticamente sentenciado con dos goles más. El ex del Mataró, Marc Figa, y nuevamente Sergi Canet, serían los autores (2-5). Gerard Cusachs recortaba diferencias, pero respondía otra vez Sergi Canet (3-6).
Franco Ceschin hacía el séptimo del Palafrugell (3-7) y, ya en el tramo final, Marc Figa marcaría dos más después de un gol estéril de Eric Florenza. En resumen, un 4 a 9 que deja tocado a un conjunto mataronense que, de momento, se muestra incapaz de levantar el vuelo. Los de la capital del Maresme son colistas con solo cinco puntos, la mitad que el penúltimo clasificado. Para más inri, el Vic ha jugado dos partidos menos.
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