Era un partido realmente complicado. El Elda llegaba a Mataró con una tarjeta de presentación temible; 8 victorias, 1 empate y 1 derrota. A la hora de la verdad, el Hapo Joventut fue capaz de competir ante un rival que siempre que ha ganado esta temporada, menos en una ocasión, lo ha hecho por más de tres goles de diferencia. Es cierto que el conjunto del Vinalopó llevó la voz cantante desde los primeros instantes del partido, pero como mínimo el Joventut supo caer con dignidad.
En los primeros cinco minutos el marcador solo se movería para registrar un gol visitante (0-1) pero a partir de aquí el Elda incrementó su dinámica ofensiva (1-4 a los diez minutos). Al Hapo le resultaba francamente complicado perforar la muralla defensiva del equipo valenciano. Al ecuador de la primera mitad el 3 a 7 ya indicaba una clara tendencia. El Elda mantuvo, hasta el descanso, una cierta regularidad en ataque mientras el conjunto local continuaba mostrando claras carencias ofensivas (6-13).
La proyección de hacer solo doce goles era francamente penosa, pero el Hapo supo rehacerse en la segunda mitad para afrontar el duelo con renovadas energías. Después de unos primeros compases sin un cambio de ritmo evidente (7-15), el equipo del Maresme empezó a jugar con cierta fluidez en sus posesiones. A partir de aquí, las diferencias empezaron a enjugarse. Del menos 8 pasamos al menos 4 a diez minutos del final (16-20).
El Hapo había hecho 9 goles en un cuarto de hora y aprovechó el tramo final para acercarse algo más en el marcador. La remontada ya era imposible porque faltaba tiempo y el Elda gestionó bien los momentos más calientes del partido, pero el 23-26 es una buena prueba de la capacidad de resistencia de las mataronenses. Clara Poo, que hizo 10 goles, volvió a ser la jugadora más determinante en ataque del conjunto de Mataró. Alisa Forné, que marcó 7, también hizo un partido muy destacado en este sentido.