Los de Héctor del Pino jugaron la primera final en la cursa hacia la permanencia en una pista tan complicada como la de la Ibiza. Estos últimos ya no son el equipo débil y perdido de la temporada pasada y el salto cualitativo ha sido muy positivo, como demostraron durante los primeros minutos del partido. Con un juego muy rápido y serio, El Todo Mataró, pero, impuso su ritmo de juego ante un Ibiza que perdía bastante a medida que transcurría el primer tiempo. El marcador (10-15) reflejaba el buen trabajo realizado por los amarillo-y-negros, que se mostraban como un equipo totalmente diferente a jornadas anteriores. Con la motivación de haber ganado el Barça días atrás, no querían dejar escapar el partido y salieron a por todas.
A la repressa, el Juventud no bajó el ritmo y dominó claramente un Eivisa totalmente perdido. La impotencia de ver como se le escapaba el partido, hizo optar los locales por el juego sucio y agresivo que los árbitros dejaron hacer. En cuanto a los árbitros, su actuación fue lamentable y parcial, dejando en muchas ocasiones los mataronins con uno y dos hombres menos. Aún así, los de De el Pino continuaron con el juego sólido en defensa y, a pesar de que la diferencia se redujo, El Todo se impuso 30-32.