Fue un partido extraño. El Santo Andreu es mostró como un equipo muy incómodo, llevar y disciplinado y con estas armas fue cómo se llevó los tres puntos de la piscina municipal.
Después de un comienzo errático donde el equipo barcelonès cogió la iniciativa en el marcador, los de Dorin Costras trenzaron jugadas colectivas que acababan en goles espectaculares y marcaban unas diferencias que parecerían definitivas. El 3-0 del segundo cuarto parecía decidir el que tendría que haber sido una victoria del CNM Quadis.
Pero no fue así. El equipo visitando va apretar muchísimo en defensa, dichosos por una serie de decisiones arbitrales incomprensibles en contra de los mataronins, ahogando las pocas ideas ofensivas de nuestros jugadores y aprovechando el que está aconteciendo una verdadera cree esta temporada, los errores en las jugadas de superioridad numérica. Mica en mica, se fueron recortando las distancias. Del 6-3 de la segunda parte se llegó al último periodo empatados a siete goles. Empezaba otro partido.
Los de Costras no se sobrepusieron a la dureza del Santo Andreu, que marcó su ritmo y aprovechó los excesivos errores locales para dar la vuelta al marcador ante un público incrèdul. El gol de la victoria vino precedido de una clarísima falta en ataque que los arbitras no quisieron pitar y, todavía en el último aliento, el CNM Quadis volvió a desaprovechar una nueva jugada de superioridad numérica.
