Los mataronins empezaron dormidos el partido. El equipo de Enric Gurt parecía que no se jugaba nada a la pista del segundo clasificado y la poca intensidad de los blanco-y-moratones hizo que, durante el primer tiempo, el conjunto asturiano jugara a placer. Después del empate a 1 que hizo Ruiz a los tres minutos, sólo existió el conjunto local, que hizo tres goles hasta situarse 4-1 en el descanso. La ventaja, por ocasiones, incluso fue corta.
La charla de Enric Gurt a sus jugadores y los cambios que el mismo técnico introdujo hicieron efecto durante la segunda mitad. De todas maneras, el Oviedo todavía tuvo tiempo de hacer el 5-1 antes de la remontada visitante. Ruiz, Bartrès, Ruiz de nuevo y Ortega colocaron el marcador en un 5-4 que hacía tener esperanzas los mataronins de conseguir, como mínimo, esgarrepar un empate.
Fue en este momento cuando la actuación arbitral fue determinante. Los colegiados se tragaron tres clarísimos penaltis a favor de los interesos mataronins y los de Gurt ya no pudieron hacer nada para buscar la igualada. Al final, el resultado fue de 7-6. La mala fe de los arbitras había dejado en un nada el esfuerzo del GrupClima Mataró.
