El Joventut Handbol Mataró, actual segundo clasificado en Plata Femenina, es uno de los equipos más en forma de la capital del Maresme. El conjunto que entrena Jordi Rubí se deshizo el sábado de la Associació Lleidatana (39 a 32) en una victoria que confirma su buen momento y la importancia de Maria Murillo en los esquemas ofensivos de las mataronenses. Entre ella y sus compañeras Clara Poo y Ona Muñoz, marcaron 26 de los 39 goles del equipo.
Maria Murillo tiene 21 años, ha vivido toda la vida en Cerdanyola del Vallès y ya son cuatro temporadas jugando en Mataró: “35 minutos en coche. Me he acostumbrado. Me apasiona el deporte. Me desplazo para hacer aquello que me gusta.” Hace balonmano desde muy pequeña. Su padre, antiguo jugador en equipos andaluces, la animó a descubrir este deporte: “Fue en un 4x4 que se hacía en Cerdanyola. Me encantó.” Y desde entonces que juega. Era alevín de segundo año.
Cerdanyola, Montcada, Sant Vicenç dels Horts (donde hizo amigas para toda la vida) y Granollers. Durante este periplo por el Vallès y el Baix Llobregat creció como jugadora. Sobre todo cuando, ya de juvenil, formó parte de uno de los clubes con más tradición del país: “En Granollers mejoré muchísimo. No solo a nivel técnico y táctico, sino también por toda la experiencia acumulada en un club de esta dimensión. Me enriqueció mucho.” La estancia en la capital del Vallès Oriental le permitió debutar en la División de Honor y entrar en las convocatorias de la selección catalana.
Ya en Mataró, Maria Murillo ha experimentado el crecimiento del club en todo aquello referente a su división femenina. Además, se ha dado cuenta que como jugadora ha experimentado cambios importantes: “De juvenil tenía unos roles y ahora tengo otros. Antes era más pasadora. Ahora todavía paso y creo espacios pero quizás estoy más enfocada al gol.” Juega de lateral en la derecha pero, en realidad, podría hacerlo en varias posiciones. Empezó de extremo y también ha actuado de central en diferentes etapas.
“Muy nerviosa, impulsiva, necesito gastar energía...” Ya de pequeña era así y ahora vive con un espíritu inconformista que la empuja a buscar nuevos estímulos cuando tiene la sensación que ya ha llegado al límite de algo. Combina el balonmano con la carrera de marketing e investigación de mercados en la UOC. Es domingo y, unos minutos después de la conversación, tiene examen. Mañana, entrenamiento.
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