Tenía que ser Peter Sagan y ha sido Peter Sagan. El gran corredor eslovaco, uno de los mejores ciclistas de la historia era el gran reclamo de la Vuelta del Centenario más allá de los favoritos para llevarse la prueba ciclista y su presencia por primera vez en Cataluña era la que generaba más ilusión. La Volta no había tenido ningún esprint canónico y el piloto sabía que mañana Montjuic será más selectivo. Mataró estaba subrayado a la agenda de los equipos con hombres rápidos y de entre todos ellos ninguno tiene el bagaje y el nombre de Peter Sagan. Faltaban diez minutos por las cinco de la tarde cuando el campeón ha hecho el Camino de la Giganta más rápido que nadie. Victoria de etapa y el nombre de Sagan vinculado por siempre jamás a la ciudad.
La Volta ha llegado a la capital del Maresme como una exhalación, cumpliendo con el horario más rápido de los tres que prevé la organización y con centenares de personas a la parte del recorrido que no era vetada al acceso general. El dispendi en vallas, pulías y vigilantes ha sido generosa y la Covid-19 y sus protocolos han hecho perder temperatura de calidez humana, de afición, a la llegada. El piloto ha comparecido yendo a todo gas por el Sorrall y un golpe ha dejado atrás los especialistas ha hecho toda Ronda O'Donnell a un ritmo que el resto de mortales no podemos hacer ni en motocicleta sin incumplir fuerza normativas. Los equipos de las llegadas rápidas tensionaven y era el esprint estaba cantado puesto que durante toda la jornada el gran grupo había mantenido la escapada, con gente de la calidad de Harold Tejada o Matej Mohoric, bajo control. Tampoco han dejado hacer a Remy Cavagna, bajando el Collarín.
⏪ Revive el último kilómetro de la etapa 6⃣ a @matarocat con la victoria de @petosagan (@BORAhansgrohe) al esprint!
— Vuelta en Cataluña (@VoltaCatalunya) March 27, 2021
⏪ Relieve the last kilometer of the stage with the soberbio victory of @petosagan (@BORAhansgrohe)!@continental_esp #VoltaCatalunya100 pic.twitter.com/bquvjyrsbx
El forofo mataroní que lo seguía por televisión ha visto que el Bora, el equipo de Peter Sagan, ha sido al timón del gran grupo. Por lo tanto se anticipaba que su gran líder, el hombre que sorpresivament a la Vuelta cuando el resto de classicòmans con los que se batirá a los próximos monumentos ya son haciendo este tipo de competiciones, llevaba piernas de victoria. Tanto buen punto se ha entrado al Camino de la Giganta, último medio kilómetro, se ha visto claro que la cosa era por Sagan. Daryl Impey lo ha hecho sudar, no ha sido un triunfo regalado. Pero Sagan ha cruzado el primero, ha situado Mataró al atlas de topónimos que componen su mapa de triunfos y ha enaltecido la edición del centenario de la Vuelta con una victoria que será recordada.
Al podio, con muy poco público, ha recibido hasta cuatro obsequios diferentes. Después de él se ha visto Adam Yates que mañana domingo se proclamará ganador de la Vuelta, a menos que el ascenso hasta arriba de todo de Montjuic, incluido el trozo más selectivo del Castillo, invoque la más grande de las sorpresas. Mañana se acaba la Vuelta que 29 años después ha tenido Mataró de final de etapa. La edición que ha unido Tarragona y la capital del Maresme a toda velocidad. El día que Sagan justificó su participación con un triunfo más por su colección, pero la más especial de las jornadas para la afición ciclista local.
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