Sergi Ventura, director en la pista y en la sala

Cerrar la discoteca cuando sale el sol y a jugar. Podría ser la rutina de Ronaldinho durante su estancia en el FC Barcelona, pero no. El deporte tiene golpes escondidos y, en el caso de Mataró, esta ha sido la dinámica durante el último lustro de un deportista responsable y comprometido de manera inequívoca. Sergi Ventura deja el baloncesto y la Unió Esportiva Mataró porque jugar a nivel EBA y trabajar por la noche se ha acabado convirtiendo en una relación incompatible. Hace cinco años que es el director de sala de la discoteca Miracle: "Cerraba a las 7, iba a entrenar niños a La Gàbia y después en ruta hasta Igualada o no sé dónde para jugar allá partido liguero. Me he cuidado al máximo y no he tenido lesiones musculares ni nada grave, pero al final se ha convertido en una relación tóxica y angustiosa. Si fallaba un tiro libre pensaba que era porque no había descansado bastante."

Ciertamente, cinco años sin dormir durante el fin de semana tienen que pasar factura si además quieres mantener el ritmo que requiere la competición deportiva. Sergi Ventura lo ha conseguido durante suficiente tiempo pero ahora, con 29 años y después de la experiencia en las fases de ascenso, este ejercicio de sinceridad con él mismo le ha conducido a tomar una decisión dura pero consecuente. Punto y final a un camino que empezó hace dos décadas.

Un ídolo en casa

El apellido ya daba ciertas pistas de por donde iría la cosa. Su padre, Joan Ventura, presidente del club durante veinte años, y su hermano, Jordi Ventura, base histórico del primer equipo: "Era mi ídolo, y por eso dejé el fútbol cuando tenía 9 años." Sergi jugaba en el CE Mataró y tenía madera de buen futbolista pero el eco de la alcurnia pesó, y eso que nunca sintió ninguna presión para que jugara a baloncesto: "Mi padre, como ahora que me retiro, solo me dijo: tú, donde seas feliz."

Inspirado en su hermano, Sergi Ventura ha compartido con él trayectoria, posición e, incluso, experiencias en el primer equipo: "El día que debuté con el primer equipo y pude jugar con él... era mi sueño, y cuando era pequeño lo veía muy lejos." Este día, los campeonatos de España con el infantil y las dos fases de ascenso con el senior son, seguramente, sus mejores recuerdos de estos veinte años.

Ahora necesita un par de semanas de no pensar en baloncesto pero tiene claro que seguirá vinculado de alguna manera al club, aunque solo sea como forofo. Mientras tanto, el baloncesto puede ser virtual; son legendarios los duelos entre jugadores del Mataró al NBA 2K, pero también al Call of Duty o al FIFA. En este último seguro que puede emular la elástica de Ronaldinho.