La Unió Esportiva Mataró hizo aquello que hay que hacer cuando un equipo es muy superior al otro: jugar con la misma intensidad durante todo el partido. Bajar el nivel es condescendencia y falta de respeto, en contra de la opinión a menudo generalizada que atribuye a los equipos que superan al rival con contundencia cierto afán de humillarlo. Es a la inversa. Humillarlo seria cambiar tu comportamiento, en este caso en la pista, porqué te sientes superior.
Respetar al rival es jugar hasta la bocina final al máximo de tus posibilidades. Es cierto que el equipo local hizo la diferencia, principalmente, en los primeros dos cuartos. De todos modos, el Homs no perdió ningún parcial y mantuvo la tensión competitiva hasta el final. La victoria era evidente desde hacía rato pero en el último cuarto, por ejemplo, los de Giralt firmaron un 25 a 20.
Los párrafos anteriores explican, en parte, cómo es posible que la UE Mataró acabara clavando un +47 al Calvià, su rival de este fin de semana. El colista de la liga no pudo hacer nada para frenar el potencial del conjunto de la capital del Maresme, que es tercero con un balance de siete victorias y dos derrotas. La armonía colectiva que respira el equipo de Mataró, unida a la estabilidad del proyecto, hace pensar que la temporada puede volver a ser muy buena.
Jordi Juanola hizo 30 puntos y fue el jugador con mejor valoración el partido. Omaru Toure (14 puntos y 12 rebotes) también destacó. Marc Traver (16 puntos) y Pol Cánovas (13/8) se sumaron al espectáculo. Al final, todos los jugadores de la plantilla mataronense aportaron puntos en esta nueva victoria del equipo.
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