Capgròs
Ni el mapa de equipaciones culturales de la ciudad es especialmente prolífico ni el ecosistema creativo local va sobrado de espacios como el que ha visto nacer la Muralla de la Prisión y que lleva por nombre La Múndia. Definirlo no es fácil: no es solo un espacio de cotrabajo, no es una galería, no es un espacio polivalente ni un salón de actos, ni un café-tertulia ni una sala de debates y a la vez sí, es todo esto. La Múndia expone, programa, acoge y concibe para decir cuatro verbos que pueden ser parientes o hermanos. Y supone una intersección entre perfiles, generaciones y movidas con muchas posibilidades. Mucho campo para correr.
Mataró ha dado la bienvenida a La Múndia, un innovador espacio polivalente que combina galería, taller y coworking, diseñado para apoyar a proyectos creativos de todo tipo. Ubicado en un local con dos plantas, La Múndia se ha concebido como un lugar donde la creatividad puede florecer y donde se pueden desarrollar actividades artísticas diversas. Un espacio de trabajo y de cultura con el impulso de Pere Fradera y Àngels Jubany -una generación, la suya- y el artista Carla Aledo, la diseñadora Anna Fradera, el director de cine Pol Ponsarnau y la fotógrafa Clara Ballesta. Si haces la mise-en-place de La Múndia encuentras estos 6 nombres como 6 ingredientes a partir de los cuales cocinar cultura de calidad.
Exposiciones y mucho más
La Múndia no es solo una galería; es un espacio que busca promover la colaboración entre artistas y creativos. Según las impulsoras del proyecto, "no somos una galería convencional, sino un espacio donde buscamos apoyar a iniciativas que encajen con nuestra visión". Con un ámbito en la planta baja para exposiciones y un espacio polivalente en la parte superior, La Múndia ofrece las condiciones ideales para la realización de actas y actividades.
Desde su apertura, La Múndia ha acogido una serie de acontecimientos, incluyendo charlas y conferencias sobre temas tan variados como la joyera africana, así como exposiciones colectivas que la de 17 artistas locales, amigos y cómplices, que se insertó en la Bienal de Pensamiento Manifiesta 15. Justo enfrente de La Presó, la Múndia es como un contrapunto o un apéndice en su sala pública. Debajo hay el espacio de cotrabajo. Este local que había sido Can Prims y después una botoneria ahora se convierte en un ecosistema creativo.
La Múndia busca crear una red de amistad entre los artistas, promoviendo el trabajo en equipo y el apoyo mutuo. "Somos como una pequeña familia", comentan sus responsables que destacan que el espacio ha ido brotando de las necesidades de los creativos que trabajaban en casa y que ahora buscan un ambiente más colaborativo. La Múndia no acogerá cualquier iniciativa, sino que busca propuestas que aporten valor y creatividad. Las seis partes que comparten espacio, la familia Múndia, apenas ha empezado su aleteo pero quiere tener un listón y un criterio propio a la hora de contribuir crear vida cultural en la capital del Maresme.
El nombre de La Múndia
Si se busca Múndia en el diccionario no encontrará nada concluyente, razón por la cual seguramente cuando las impulsoras del espacio le buscaban nombre se cautivaron. La Múndia era un juego infantil en el cual se escondía un pequeño tesoro y días después se iba a buscar -con éxito asegurado, está claro- y el hallazgo era concelebrada como mucho importante. El mensaje es que el tesoro que hay que cuidar más recae, precisamente, en aquel que tú puedes encontrar y como dentro de cada persona o colectivo hay algo que, desvelat, puede ser lo más importante de los tesoros. De jugar al juego homónimo a crear La Múndia como un espacio diferente y necesario hay un camino concreto: el de hacer valer aquello creado por tú mismo.
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