Es muy habitual pensar que los alimentos se conservan mejor si están dentro de la nevera, sin embargo, no siempre es el mejor método para alargar su vida, ni siquiera en las épocas más calurosas.
Como norma general, hay que continuar manteniéndolos a la misma ubicación que los hemos encontrado en la tienda de alimentación y guardar solo dentro de la nevera aquellos productos que ya venden refrigerados.
Hasta que estos no se tengan que abrir y usar , esta es la forma más conveniente de almacenarlos:
- Patatas: el almidón que contiene se convierte rápidamente en azúcar a la nevera y se echa a perder antes, por lo cual lo mejor lugar para conservarlas es fuera de ella y en un lugar fresco y seco.
- Cebollas: tanto estas cómo las patatas desprenden etileno, una sustancia que estropea todo el que está al suyo cercando. Por lo tanto, juntar estos dos alimentos todavía duplicaría más este efecto. El mejor para almacenarlas es meterlas en bolsas de rejilla, nunca de plástico (en esto coinciden la mayor parte de las verduras) o bien dentro de cajas de madera. Por eso, el primero que tenemos que hacer al llegar a casa es sacarlas de las bolsas donde se han comprado y guardarlas convenientemente. Otro método que podemos usar para alargar la vida de las cebollas es cortarlas en dados y congelarlas para ir usándolas a medida que las vamos necesitando. Si tenemos que meter una cebolla en la nevera porque ya está tajada y nos ha sobrado, es introduïr-la en un recipiente hermético. Con esto, evitaremos que su olor se propague por todo el frigorífico.
- Ajos: el frío hace que le salgan los brotes, así que también los guardaremos fuera. Si por el contrario, ya se han pelado y hay que conservarlos fríos, envuélvelos en papel absorbente e introdúcelos en un tupper o en una bolsa hermética. También se pueden sumergir en óleo dentro de un bote de vidrio porque duren más tiempo .
- Pimiento y tomates: la nevera los hace perder el olor y el sabor, por lo cual también se aconseja conservarlos fuera.
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