Buen año sea de bien! Con esta expresión, con estas cuatro palabras es tradicional de saludar el advenimiento a tabla de un nuevo fruto, cuando despunta la temporada. El primer golpe al año que te lo comes, ante la desazón, la ilusión y la esperanza que sean buenos, tal y cómo los recuerdas, formulas y compartes un deseo tan simple cómo incluso redundante o inocente: buen año sea de bien!
Esta costumbre a tabla, que viene de antiguo y haríamos bien de no dejar perder, lo formulamos por último golpe la semana pasada, en el caso particular que incumbe a quien está escribiendo esto. Comparecían los primeros caquis de la temporada y bien es verdad que hace ilusión. Contra la tendencia infantil y azucarada de venerar el verano y renegar del otoño, hay que optamos para ilusionarnos con el mejor que cada mes nos pueda ofrenar y del mismo modo que con la granada, ver que había caquis por postres bien es verdad que puede arreglarte la tarde.
(* Antes de proseguir, una aclaración por incomodidad. En casa nunca hemos comido caquis. En casa impera el 'palussantu' como manera de referirse a este fruto que tiene devoción transgeneracional. Que claro, si nos tuviéramos que referir por escrito de forma reiterativa a los 'palo santos' o 'palussantus' seguramente haríamos daño hecho, pero ni que sea por sinceridad también es guapo de mantener esta etimología. Porque caqui viene de la Xina, tampoco es que sea una palabra que viene del latín, pero tanto es.)
La cita con Todos Santos
Que al caqui se lo conozca también en castellano como 'palo santo' tiene que ver, precisamente, con su naturaleza otoñal. Porque viene de "para los santos" en el sentido que se asocia a Todos Santos (1 de noviembre) el inicio de la época propia. Cómo las peras de San Juan, vaya. Los caquis ahora ya llegan antes de la Castañada, ya tenemos en plaza a pesar de que un labrador de estos que dicen las cosas más por la comisura que no por la boca me decía la otro día que no deben de ser de bien cerca, los de ahora.
El caqui es una fruta de una pulpa seductora y llefiscosa y un gusto excelso. De hecho parece que muy bien no sea una fruta en sí, sino un tesoro hecho de algún tipo de mermelada o confitura. Una fruta de cucharilla, que algunos padres incluso preparan en boles para los menuts de casa, que garantiza para quien los guste un estallido de dulzura al alcance de muy pocos rivales. Es más, en estas semanas a nivel de gusto y efecto, desengañémonos: no hay competencia posible con el caqui.
No todo es, pero, color de rosa. Y nunca mejor dedo. Un caqui que todavía es verde puede emitir un efecto especialmente desagradable, un regusto que te siente los contornos de la lengua y el interior de la mejilla. Seguro que si nunca habéis pillado uno de estos sabéis del que hablamos. Te deja el área bucal que parece hecho de papel de vidrio. Otro pero que tiene. Mancha y ensucia. En casa, de siempre, la abuela hace retirar la servilleta corriendo y saca el de papel cuando hay "palussantu' de postres. Por el que pueda ser.

Los caquis se tienen que comer muy maduros!
El caqui te lo haces con cucharilla, y hay varias tipologías. Mejor preguntar. Algunos tienen huesos y otros un tipo de lamines más carnoses en medio de la pulpa que nos vuelve a recordar la confitura. Hay quién le decapita el sombrero y prefiere chuparlo con fruición fácilmente malinterpretable o quién es más de pelárselo.
En definitiva, que es del mejor de esta época del año, que entiendes que todos los santos en quieran según el nombre consuetudinario y que al País Valenciano, borde lo Júcar, tengan su variedad protegida y reivindicada cómo el que es: un tesoro.
El que lleva
Cómo que hasta aquí la cosa ha quedado poco canónica, aprovechamos y copiamos y enganchamos el que no sabría cómo explicar por desgarbat e ignorante. Dicen que el caqui "destaca, principalmente, por el contenido en provitamina A y también de vitamina C. Dos componentes antioxidantes que benefician el organismo en la resistencia ante las infecciones. También refuerzan el sistema inmunológico y hacen la función de prevención de resfriados, tan comunes en esta época del año". Que "es rico en potasio y bajo en sodio, una combinación perfecta para las personas que sufren de hipertensión arterial, hecho que hace de esta fruta un alimento del todo recomendable" y que "también es una fruta energética, con 65 calorías por cada 100 de producto consumido. Las calorías del caqui están estrechamente relacionadas con la aportación en hidratos de carbono, cifrados en 16 gramos por cada 100 en esta fruta. Es por este motivo que el consumo de caqui es especialmente indicado en jóvenes y niños en edad de crecimiento, deportistas, personas con desgaste energético, gente mayor, etc".
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