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Redacción

Las alcachofas y sus infinitas posibilidades

La alcachofa es un alimento con notables efectos positivos para la salud y de gran polivalencia a la cocina

Las alcachofas, un alimento que difícilmente deja indiferente a nadie. Las alcachofas te gustan mucho o no te gustan. Pensándolo bien, pero, también hay otra posibilidad; de pequeño o pequeña no te gustaban nada y ahora, a la vida adulta, ya te parecen otra cosa. Sea como fuere, es un alimento con buenas propiedades, un plato con muchas posibilidades y una planta que, cultivada desde la antigüedad, se ha convertido en un producto clásico de la Mediterránea. Durante las siguientes líneas repasaremos algunos de los aspectos más destacados de la Cynara scolymus (así se denomina en lenguaje científico).

La alcachofa es una hortaliza cargada de minerales y de vitaminas. Incluirla en la dieta aporta algunos beneficios notables para la salud. Los podríamos resumir en los siguientes puntos:

  • Mejora la función hepática.
  • Tiene efecto antioxidante y antiinflamatori.
  • Favorece una cómoda digestión de los alimentos consumidos.
  • Ejerce una clara acción diürètica y favorece la necesaria limpieza orgánica en nivel renal.
  • Reduce el colesterol y los triglicéridos de manera natural.
  • Previene la aparición de accidentes coronarios y de enfermedades vasculares.

Podemos encontrar y comprar alcachofas durante todo el año gracias a las nuevas técnicas de cultivo, pero las mejores acostumbran a ser las del otoño y primavera. Las más tiernas y deliciosas son las que están cerradas y muy apretadas. Un buena manera de comprobar si una alcachofa es buena o quizás no lo es tanto, es pesándola. Simplemente cogiéndola con la mano y notando su peso, podremos escoger la que tiene más presencia en este sentido. Si las tocamos y las notamos blandas, es preferible buscar otros. Si no las tenemos que consumir enseguida, las podemos colocar en un recipiente con agua. Si no tienen tallo, las podemos conservar a la nevera en una bolsa de plástico. Y, aunque parezca mentira, de la alcachofa se puede aprovechar todo; las duras hojas exteriores, que hay que sacar para cocinarlas, se pueden hervir, por ejemplo con cebolla y unas ramas de perejil, y nos quedará un magnífico caldo de verduras para arroces, patatas o sopas.

Pero la alcachofa, como plato principal, nos ofrece casi infinitas posibilidades. A continuación una lista, que propone el bloque cocina sana y fácil, por si os sirve de inspiración:

Graellada de verduras, patatas con alcachofas y zanahorias, patatas con calamares, guisantes y alcachofas, pollo con guisantes y alcachofas, alcachofas a la andaluza, alcachofas a la plancha, alcachofas con almejas, alcachofas con jamón, alcachofas con langostinos gratinadas, alcachofas con langostinos y crema de lentejas, alcachofas con salsa de almendras, alcachofas con puré de castañas, alcachofas gratinadas o alcachofas estofadas. Incluso se pueden hacer infusiones, con las hojas externas, o ensaladas crudas, pelando las hojas externas y cortando las puntas duras hasta quedarnos con los corazones.

Las alcachofas se oxidan enseguida en contacto con el aire y cogen un color negrós poco agradable, a pesar de que esto no afecta el gusto. Para evitar que se ennegrezcan, siempre que nos disponemos a pelar alcachofas tendremos que preparar primero un bol con agua y abundante zumo de limón y así las iremos introduciendo a medida que las pelamos o cortamos. Cuando ya las tengamos todas listas, las escurrimos bien y las guisamos según la receta. Las alcachofas tardan a cocer. Si las ponemos enteras, muy bien media hora. Si las partimos en trozos, unos quince minutos. Ya lo sabéis, si os gustan las alcachofas, tenéis un mundo de posibilidades para explorar vuestra creatividad.

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