Uno de las principales ventajas de la globalización es la posibilidad de conocer culturas de cualquier rincón de mundo . Para los sibarites, una de las mejores maneras de acercarse a maneras de vivir diferentes es hacerlo a través de su gastronomía. En un momento en que el minimalismo culinario parece ser la mejor vía hacia una salud de hierro, vale la pena recordar que un poco de salsa puede cambiar por completo un plato y hacerlo más atractivo.
El América Latina es uno de los lugares en que las salsas tienen un peso más importante y han conseguido hacerse un lugar en el imaginario de los amantes de la buena comida. Quien no ha sentido hablar del guacamole o el chimichurri? De hecho, estas salsas son un elemento imprescindible en algunos menús de los restaurantes de la ciudad... Pero no son las únicas. Entre las especialidades de los países latinoamericanos encontramos otros acompañamientos que vale la pena tener en cuenta, como la salsa criolla o la de chiles .
Las salsas son vida
Cada una de las salsas tiene tantas variantes como cocineros pero siempre tienen ingredientes compartidos. Las características comunes de este tipo de salsas son el color, las hierbas y las especies y el inconfundible toque de picando que tanto las distingue.
Si nos fijamos en detalle con sus ingredientes vemos que, por ejemplo, el guacamole, de origen mexicano, tiene como base el aguacate, el tomate y la cebolla, y el chile tiene pimiento y zumo de lima. También se puede añadir cilantro, pero según la receta tradicional no es imprescindible. Todo ello se tritura hasta obtener una textura que no es del todo homogénea y acompaña el que últimamente está de moda decir dips o elementos para mojar, como natxos, palillos o cómo es típico en México los llardons. También sirve como acompañamientos de carnes y otros platos.
Otra salsa también típicamente mexicana es el mole. Quizás con menos uso que el guacamole en otros países pero igualmente apreciada. Para algunos es el plato típico de México, a pesar de que existen varias variantes del mismo. El mole acostumbra a acompañar carnes cocidas y combina entre una veintena y una treintena de especies e ingredientes.
Imprescindibles de Argentina
Otro imprescindible, en este caso de Argentina, es el Chimichurri. Salsa típica para acompañar las carnes más sabrosas y potentes, como el churrasco. Una combinación sencilla donde los elementos básicos son: el vinagre, el zumo de limón, la cebolla morada, la pimienta roja, el ajo, la pimienta negra, el laurel, el perejil, el orégano, el aceite de oliva y un toque de sal.
También con denominación de origen en Argentina, encontramos la salsa criolla. Una salsa muy fresca que acostumbra a acompañar carnes cocidas y que está preparada con cebolla muy fina, tomate, vinagre, ajos, pimientos, aceite, sal, pimienta y otras especies como el perejil o el cilantro.
México y Argentina se llevan en este caso la palma de algunas de las salsas más típicas y sabrosas pero también encontramos, por ejemplo, en Venezuela, con la guasacaca, en Perú con la salsa Ají o la también venezolana salsa cátara, que se hace con colas de un tipo de hormiga de grandes dimensiones. Todo un mundo para descubrir y que nos ayudará a poner un poco de salsa a nuestros platos.
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