Capgròs
La oliva es, tal y cómo sabemos, el fruto de uno de los árboles más emblemáticos de nuestra cultura, el olivo, y un alimento indispensable en la Dieta Mediterránea. En nuestro país se cultivan más de 200 variedades diferentes, destinándose prácticamente, el 90 % del total producido, a la elaboración de óleo.
Aunque se puede pensar que las olivas verdes y las olivas negras son diferentes, en realidad son las mismas, siendo el grado de maduración, lo único que las diferencia. Por lo tanto, las olivas verdes son aquellas que se recolectan cuando el fruto todavía no ha madurado, y para su consumo, tienen que ser tratadas con soluciones alcalinas en base de salmueras, que retiran su amargura y hacen que su sabor sea agradable.
Las olivas negras, en cambio, son frutos mucho más maduros. Al ser recolectadas de forma más tardía, su sabor es ahumado y más dulce y su tamaño suele ser más grande, porque ha habido tiempo de que crezcan más. Por el mismo motivo, suelen ser más tiernos que las verdes, las cuales tienen una textura más firme.
Pero no todo son diferencias. Ambas, son ricas en nutrientes, vitaminas (sobre todo la E), minerales (calcio, hierro y magnesio) y ácidos grasos, al mismo tiempo que contienen muchas propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Entre ellas:
- Previenen dolencias cardiovasculares.
- Regulan los niveles de colesterol.
- Son antioxidantes.
- Mejoran las nuestras defiendas.
- y tienen propiedades antiinflamatòries, entre otras muchas.
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