Los productos integrales nos ayudan a llevar una alimentación más saludable, con más fibra, a la vez que conservan todas las propiedades que se pierden en el proceso de refinación del gra para conseguir el típico arroz blanco que suele predominar a la hora de escoger uno o la otro.
Aún así, es importante tener en cuenta la variante integral para descubrir una opción diferente y que nos aportará un gran número de beneficios a nuestra dieta semanal, además de saber unos cuántos trucos para cocinarlo de forma adecuada.
Trucos para cocinar arroz integral
Su proceso de cocción es más complejo que el del arroz blanco, pero nada que no podamos solucionar al emprar algo más de tiempo en su preparación. Para empezar, hay que saber que es recomendable lavarlo muy bien antes de cocinarlo. Un golpe lo tengamos, preparamos una olla con abundante agua y mientras tanto podemos saltar en crudo el arroz a una paella durante un par de minutos con óleo de oliva virgen extra, para poder potenciar así su sabor.
Cuándo el agua de la olla esté hirviendo ya podemos añadir el arroz poco a poco. Lo dejamos hervir durante unos 30 minutos aproximadamente y en caso de que el agua se evapore añadimos más porque el arroz no se quede suele a la olla. Finalmente, cuando acabe el tiempo de cocción, lo retiramos y probamos para descubrir si tiene un sabor tierno pero ligeramente crujiente al centro, cómo en el caso de la pasta "al dento". Vaciamos el agua de la olla y volvemos a meter allá el arroz durante unos 5 o 10 minutos hasta que se plazo de cocer y toda la humedad se evapore. Ya podemos comerlo, suele o bien acompañado de cualquier ingrediente que preferimos!
Beneficios del arroz integral
- Aporta vitaminas: sobre todo del grupo B (B1, B2, B6) y E, además de grasas saludables (una cantidad más baja que la otros tipo de arroz).
- Contiene proteínas y minerales, especialmente potasio, fósforo y magnesio.
- Fuente de energía: para aportar hidratos de carbono complejos, que proporcionan glucosa al organismo y así se elevan los niveles de azúcar a la sangre.
- Sensación de saciedad más prolongada: puesto que su tipo de cereal es de absorción lenta y tardamos más al digerirlo, así que la sensación de estar tips dura más.
- No contiene colesterol ni gluten: es apto para celiacos.
En líneas generales, el arroz integral conserva mejor que el blanco sus propiedades, puesto que en el proceso de extracción hasta que llega a nuestra tabla no se elimina del todo la suya càscara dura que lo protege cuando se encuentra a la espiga (por este motivo tiene un aspecto más marrón que el arroz blanco). En cuanto a su consumo, los expertos aconsejan comerlo un par de golpes por semana, pero si nos fijamos en las culturas asiáticas vemos cómo lo comen casi cada día (como nosotros el pan), por lo cual no es perjudicial aumentar la cantidad de arroz que consumimos si el resto de alimentos se presentan de forma equilibrada a nuestra dieta.
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