Ha estallado el verano, el mercurio del termómetro va hacia arriba, la noche ya empieza a avanzarse y lo Maresme entra de pleno en su temporada alta, de más movimiento. Dicen que por el verano toda cuca vive y dan fe sectores cómo el gastronómico. Llega la época en qué más gente quiere ir afuera a comer, a tomar algo. En terrazas, guinguetes, espacios especiales. Buscando la complicidad del anochecer y confiando en la extensa, variada y polivalente oferta gastronómica de la que puede hacer gala Mataró y toda la comarca. La restauración ha ido recuperando músculo y se dispone a levantar la temporada con los atributos de siempre, pero revalorizados.
Es curioso cómo lo Maresme libera la temporada alta de verano de citas clásicas gastronómicas. Se acaba el tiempo de fresas y cerezas y todavía falta por la vendimia y derivados. El verano es para valorar el que se hace, para mirar de cara al mar y para disfrutar del tiempo, del litoral, del aire libre, del tiempo más pausat. El Maresme mira a mar y al producto propio que nos provee el Mediterráneo y nos pescan los pescadores, confía en los nombres de siempre y en las nuevas tendencias, se equilibra entre tradición y modernidad y despliega un amplio catálogo que convierte este territorio en un gran escaparate gastronómico en paralelo a la línea de la costa.
El verano tiene como protagonistas una gastronomía más frugal, poco contundente. De aire libre y compartir, que prioriza el maridaje y la experiencia de compartir por encima de otros elementos. De valorar mucho el producto, de apostar por la calidad, de cambiar sin apriorismos y de aprovechar la gran diversidad de tradiciones, orígenes y culturas gastronómicas representadas.
Los grandes protagonistas del verano
Pez y marisco de calidad
La cocina del mar es una de las mejores cartas de presentación por fruir del potencial gastronómico del Maresme. En todo su abanico, desde el pez freído a los platos más refinados, la apuesta por el producto de lonja local y los platos más estivales de marisco conforman uno de los activos indudables de este tiempo.
Terrazas y espacios con encanto, al atardecer
Están en linde los exteriores, buscando la placidez del anochecer, si somos cerca de mar con la brisa y si estamos más adentro los espacios con encanto. La pandemia ha hecho apostar el sector por terrazas más generosas, con más encanto. La mediterraneïtat se acentúa: queremos hacer calle, quedar, comer, beber y disfrutar.
Bebidas para pasar la calorada
En consonancia con la sensación de sofocarse, si una cosa caracteriza las comidas de verano es el dominio y protagonismo de los líquidos. Desde los propios platos, en los que sopas y cremas frías tienen mucha entidad a los cócteles, bebidas o zumos (fríos cuando no son incluso granizados) que pueden tener o no alcohol y que son un sustent imprescindible por la conversación.
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