La tercera edad es un momento de la vida de aparente tranquilidad, en el cual las personas disfrutan de un descanso más que merecido después de muchos años de llevar trabajo y en el cual se pueden desarrollar aquellas actividades o entretenimientos que no se pudieron llevar a cabo por carencia de tiempo en el pasado. Y realmente puede ser así si la salud, tanto física cómo mental, no falta.
Sin embargo, para algunas personas, el proceso de envejecimiento se complica debido de a los cambios que se suceden y que no se gestionan correctamente: la falta de actividad, pérdida de salud y de autonomía, la defunción del cónyuge o de amigos próximos, o la necesidad de dejar el domicilio para ir a una residencia, y hacen que deriven en una depresión de la cual a veces es difícil salir.
Esta depresión los lleva a situaciones de:
- Pérdida de ilusión e interés por las cosas.
- Falta de apetito o trastornos en la alimentación.
- Alteraciones del sueño.
- Tristeza la mayor parte del día.
- Irritabilidad.
- Sensación de vacío.
- Falta de energía.
- Falta de autoestima.
- Pesimismo.
- Pensamientos suicidas.
- Dolores físicos.
- Falta de concentración y atención.
Algunas acciones que pueden realizarse para actuar frente a la depresión son:
- Seguir una dieta saludable.
- Realizar ejercicio físico.
- Apuntarse a talleres o actividades grupals.
- Acompañarse de una mascota.
Cuándo esto no sea suficiente, el mejor es comunicar abiertamente nuestros sentimientos a familiares y amigos, así como posarse en manso de profesionales para iniciar un tratamiento específico que ayude a mejorar nuestra calidad de vida.
Comentarios (2)