Cirurgia i males praxis
Cirurgia i males praxis

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Cirugía estética y mala práctica médica: qué podemos hacer?

Colectivo Ronda explica qué podemos hacer con problemas sobre las malas prácticas médicas que están muy presentes en la actualidad de las últimas semanas.

Anualmente, en el Estado español se realizan más de 200.000 intervenciones de cirugía estética solo en el sector privado, sin tener en cuenta las cirugías reparadoras que se hacen a la sanidad pública. En su gran mayoría -alrededor del 85%- las personas que se someten son mujeres, con especial protagonismo para las intervenciones de aumento de mamas y de liposucció.

Desgraciadamente, en paralelo al crecimiento exponencial del número de cirugías estéticas que se realizan cada año, también están aumentando los casos en que estas intervenciones no acaban con los resultados deseados o, incluso, comportan consecuencias físicas y de riesgo para la salud absolutamente indeseadas. Un hecho al cual no es ajeno que, según la Sociedad Catalana de Cirugía Plástica y Reparadora (Sccpre), alrededor del 50% de las cirugías estéticas son realizadas por médicos que no son cirujanos plásticos especializados, cosa que incrementa los riesgos de complicaciones graves o resultados insatisfactorios. El 90% de los cirujanos plásticos a Cataluña han tenido que corregir intervenciones fallidas hechas por profesionales sin la formación adecuada.

Cuando hay mala praxis?

En estos casos, es fundamental entender en qué casos podemos hablar de mala praxis médica. La mala praxis ocurre cuando un médico no sigue el que se denomina la Lex Artis, los estándares profesionales de su especialidad y la diligencia propia de la profesión. Este incumplimiento puede derivar en daños al paciente que eran previsibles y evitables si el profesional hubiera actuado de acuerdo con estos estándares. En cambio, hay situaciones en que, a pesar de seguir los procedimientos adecuados, el médico no puede evitar un resultado adverso. Un ejemplo podría ser una complicación quirúrgica imprevista que surge incluso cuando se siguieron todos los pasos correctos. Cuando se actúa con diligencia y atendiendo los procedimiento adecuados, no existe responsabilidad legal pero, en cambio, la carencia de seguimiento de estos procedimientos o de diligencia, generan una responsabilidad y el derecho a ser debidamente compensado por parte de quien sufre las consecuencias. También se genera responsabilidad cuando el profesional médico incumple el deber de ofrecer a su paciente con antelación información clara y suficiente sobre las características y, sobre todo, los riesgos del tratamiento a seguir.

Compensación por los daños

Cuando un paciente ha estado víctima de mala praxis, tiene derecho a reclamar y recibir compensación por los daños sufridos. Esto incluye el coste de tratamientos adicionales, la pérdida de ingresos económicos a causa de la incapacidad para trabajar y el sufrimiento físico o emocional que pueda derivar.

Para presentar una reclamación, hay que recopilar documentación que apoye el caso, como por ejemplo registros detallados del tratamiento, historial médico, informas otros profesionales que confirmen el daño, facturas de los gastos generados y todo aquello que pueda acreditar el perjuicio sufrido. Además, una peritación médica es esencial para comparar las acciones del médico con los estándares profesionales y determinar si hubo negligencia. Si el perito concluye que el médico no actuó de acuerdo con los estándares aceptados, la reclamación por mala praxis tiene mucha más solidez.

En resumen, los pacientes que sufran daños a causa de una mala praxis médica tienen derecho a reclamar, pero es esencial contar con pruebas adecuadas para demostrar que el médico no actuó de acuerdo con los estándares esperados en su especialidad. Este proceso puede resultar complejo, pero permite a los pacientes reclamar por los derechos vulnerados y obtener una compensación por los perjuicios sufridos.

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