Un nuevo estudio realizado por el Institut de Recerca Sant Pau arroja luz sobre el papel de la calidad del colesterol en el pronóstico del riesgo de ictus. Aunque tradicionalmente se ha considerado el nivel cuantitativo de colesterol como el principal indicador de riesgo cardiovascular, esta investigación revela que la composición y las propiedades cualitativas del colesterol son igualmente determinantes, especialmente en pacientes que ya han sufrido un ictus.
El colesterol, imprescindible pero con control
El colesterol es un elemento esencial para el buen funcionamiento del cuerpo humano. Las células lo necesitan para producir hormonas, vitamina D y digerir alimentos. Pero cuando el colesterol está presente en exceso en la sangre, puede depositarse en las paredes de las arterias, causando aterosclerosis. Según Sònia Benítez, investigadora sénior del Instituto de Investigación Sant Pau, "este exceso incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares como el infarto o el ictus".
Aunque mantener unos niveles adecuados de colesterol es fundamental, esta investigación pone de manifiesto que no basta con medir únicamente su cantidad. También es necesario tener en cuenta la calidad de las lipoproteínas que lo transportan.
La calidad del colesterol: un factor crítico
El colesterol viaja por la sangre a través de lipoproteínas, que popularmente se conocen como "colesterol bueno" (HDL) y "colesterol malo" (LDL). El primero ayuda a eliminar el exceso de colesterol de los tejidos, mientras que el segundo puede contribuir a la acumulación de este en los vasos sanguíneos.
Según el estudio, las propiedades cualitativas de estas lipoproteínas son determinantes para evaluar el riesgo cardiovascular. Entre estas propiedades se incluyen aspectos como la composición molecular, la carga eléctrica, la susceptibilidad a la oxidación y la capacidad de agregarse. Estos factores pueden influir en si las lipoproteínas quedan atrapadas en las arterias, aumentando así el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
Predecir el riesgo de recurrencia de un ictus
El equipo de investigación siguió a pacientes que habían sufrido un ictus, analizándolos una semana después del episodio y un año más tarde. Los resultados mostraron que las alteraciones cualitativas en el colesterol son cruciales para predecir la probabilidad de sufrir un segundo ictus.
Un dato esperanzador es que estas alteraciones pueden revertirse. Según explica Benítez, en muchos casos, después de un año de seguimiento, las propiedades del colesterol se habían normalizado. "Creemos que esto se debe a la adopción de hábitos de vida saludables y un tratamiento farmacológico adecuado", afirma la experta.
Hábitos saludables para un colesterol equilibrado
Este estudio refuerza la importancia de adoptar un estilo de vida saludable para mejorar no solo los niveles de colesterol, sino también su calidad. Una dieta equilibrada, el ejercicio físico regular y el cumplimiento de los tratamientos médicos pueden ayudar a reducir el riesgo de recurrencia de ictus.
A pesar de los avances, el equipo investigador subraya la necesidad de continuar explorando nuevas terapias que ayuden a controlar estas alteraciones cualitativas. El estudio, publicado en 'The Journal of Lipid Research', marca un punto de inflexión en la comprensión del colesterol como factor de riesgo cardiovascular, más allá de la cantidad.
Este avance abre una nueva perspectiva para el tratamiento y la prevención de ictus, destacando la relevancia de una visión más integral de la salud cardiovascular.
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