Con la llegada del verano y las subidas de temperatura, muchos de nosotros nos sumergimos en piscinas y playas para refrescarnos. Esta práctica, a pesar de ser muy agradable, puede provocar la entrada de agua a las orejas, lo cual incrementa los casos de tapones de cera, infecciones y otras lesiones leves. Pero, cómo podemos mantener una buena higiene auditiva y evitar estos problemas?
La premisa principal es que la limpieza de la oreja externa tiene que ser "simple y sencilla", según el doctor Albert Colina, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Sant Pau. Esto significa evitar productos especiales y palillos. Basta con el agua y jabón que llega a las orejas durante la ducha.
Los palillos, en particular, pueden ser peligrosos. Muchos otorrinolaringòlegs no los recomiendan porque a menudo empujan el cerumen para adentro del conducto auditivo, lo cual puede ser contraproducente. En el peor de los casos, el uso incorrecto de los palillos puede causar infecciones o incluso pequeñas perforaciones al tímpano. Para limpiar los pliegos exteriores de la oreja (el pabellón auricular), se puede utilizar una toalla o un pañuelo.
Tapones de cera: se pueden evitar?
Nuestro conducto auditivo expulsa cera de manera espontánea, un proceso esencial para proteger la flora bacteriana interna. Aún así, algunas personas generan más cera que otros y tienden a tener tapones. Esto depende de factores personales y no es previsible ni evitable.
En verano, cuando nos bañamos al mar o a la piscina, el agua puede ser absorbida por la cera, aumentando su volumen y provocando taponaments. La mayoría a veces, las gotas de agua acabarán saliendo por el conducto o evaporándose. Si la sensación de taponament persiste el día siguiente, hay que ir al centro de atención primaria o a un especialista.
Higiene auditiva para los niños
Una buena higiene auditiva es tan importante para los adultos cómo para los niños. "Los tenemos que hacer la misma limpieza que nos hacemos los grandes", dice el doctor Colina. Esto implica frotar con cuidado el pabellón auricular con una toalla o una gasa, sin acercarse al conducto auditivo. Los padres no se tienen que preocupar si ven cera a las orejas de sus hijos; solo hay que actuar si la criatura nota una obstrucción o no siente bien.
Intercambiar auriculares, una práctica a evitar
Compartir auriculares, especialmente los que se introducen dentro de la oreja, puede ser una práctica de riesgo. Cada cual tiene una flora bacteriana única que vive dentro de la cera. Cuando se comparten auriculares, se pueden intercambiar bacterias, cosa que puede provocar infecciones cómo la otitis externa. Para prevenirlo, hay que limpiar los auriculares antes de dejarlos a alguien otro, utilizando un trapo húmedo o un poco de alcohol etílico.
Además, escuchar música a un volumen demasiado alto puede causar pérdida de oído precoz. Se calcula que más de mil millones de personas de entre 12 y 35 años están en riesgo de pérdida auditiva.
Fuente: ccma.cat
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