La covid-19 sigue sin mostrar un patrón de estacionalidad claro cinco años después del primer caso detectado en Cataluña, el 25 de febrero de 2020. Después de las siete grandes olas pandémicas, la última de ellas en el verano de 2022, el virus ha tenido picos durante las cuatro estaciones del año, aunque solo superando los 100 casos por cada 100.000 habitantes una vez. En una entrevista con la ACN, la investigadora del BIOCOMSC Clara Prats explica que el SARS-CoV-2 sigue siendo "impredictible" un lustro después. Durante los primeros tiempos de la pandemia, varios estudios apuntaban a un comportamiento similar al de la gripe, con más casos en los meses fríos. Sin embargo, el último pico fue el pasado verano y este invierno prácticamente no ha habido incidencia.
Uno de los estudios que afirmó que la covid-19 era una infección estacional, publicado en octubre de 2021 por 'Nature Computational Science' y liderado por ISGlobal, explicaba que la expansión del virus está asociada a temperaturas y humedad bajas, similar a la gripe estacional. El artículo académico subrayaba la considerable contribución de la transmisión por aerosoles y la necesidad de adoptar medidas que promuevan la "higiene del aire".
Más de tres años después, sin embargo, Prats afirma que "aún no se puede saber" si el virus es estacional como la gripe o el virus sincitial respiratorio (VRS), o bien si no tiene "un comportamiento tan marcado, tan estacional" que permita prever cuándo habrá una nueva ola. Según ella, en la dinámica de un virus, cinco años sigue siendo "un tiempo corto" para determinar sus patrones, así que todavía no está claro si la norma será un pico al año, dos, o comportamientos más irregulares.
En cuanto a las condiciones meteorológicas, cree que es "complicado" determinar una posible correlación entre temperatura, humedad u otros parámetros con los que el virus "se pueda transmitir mejor". Para ella, el factor humano también debe tenerse en cuenta, ya que, por ejemplo, cuando hace frío se tiende a pasar más tiempo en entornos cerrados y con menos ventilación. En cualquier caso, recuerda que durante la desescalada de la primavera de 2020, se esperaba que el verano ayudaría a frenar la propagación del SARS-CoV-2 hasta el otoño o el invierno, pero, en cambio, los casos se dispararon en los meses más calurosos.
La gripe se impone cada invierno y la covid es irregular
Así, desde el inicio de la pandemia en Cataluña, en marzo de 2020, la covid tuvo una incidencia más alta que la gripe de manera ininterrumpida hasta diciembre de 2022. Debido a la eclosión del coronavirus, los diagnósticos de gripe en los inviernos de 2021 y 2022 fueron irrisorios en comparación con otros años. Desde entonces, con las siete olas pandémicas ya superadas, ambos virus han seguido evoluciones distintas la mayor parte del tiempo: la gripe ha registrado tasas más altas en los tres últimos inviernos, y la covid se ha impuesto el resto del año.
En algunos de los picos de las primeras cinco olas pandémicas, hasta el verano de 2021, la incidencia superó los 500 casos por cada 100.000 habitantes. En la sexta, resultado de la variante ómicron, se disparó hasta los 2.749 alrededor de Año Nuevo de 2022. Y en la séptima y última, se alcanzó una incidencia de 585.
Casi siempre por debajo de los 100 casos por cada 100.000 habitantes
Desde entonces, las cifras solo han superado los 100 diagnósticos por cada 100.000 habitantes en una ocasión, en noviembre de 2022. La covid ha fluctuado desde entonces a niveles muy inferiores a los tiempos de la pandemia, registrando solo ligeros picos a finales de otoño y principios de invierno en 2022 y 2023, así como en la primavera de 2023 y los veranos de 2023 y 2024.
Desciende la vacunación contra la covid-19
Por otro lado, la cobertura de la vacunación contra la covid-19 en la población mayor de 60 años y de riesgo ha disminuido notablemente tras la pandemia. En la primera campaña convencional completa de vacunación (2022-23), se alcanzó un 47% de cobertura en este grupo de población a finales de invierno de 2023. En 2024, en marzo, el porcentaje de vacunados cayó 14 puntos porcentuales, situándose en el 33%. En invierno de 2025, con datos hasta la tercera semana de enero, los vacunados mayores de edad y de riesgo vuelven a disminuir, situándose por debajo del 30%.
Por franjas de edad
La vacunación de ambas enfermedades varía por franja de edad. En general, el porcentaje de vacunados de la covid en 2025 entre la población menor de 60 años es inferior al 10%, cuando al final de la pandemia había llegado al 15%. En mayores de 60 años, la cobertura también ha disminuido: del 59% en la primera campaña, al 37% actual.
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