La ansiedad y la depresión son dos de los trastornos que más afectan a la población actualmente. De hecho, sentir ansiedad de manera ocasional es una parte normal de la vida. Sin embargo, hay personas que los sufren con más frecuencia e intensidad, cosa que se produce a raíz de tener preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias. A menudo, estos trastornos de ansiedad crónicos llegan a unos límites demasiado elevados y producen ataques de pánico. En estos momentos, una de las sensaciones es la de no poder respirar y sentir que nos ahogamos.
No hay que decir que actualmente, dada la situación global causada por la pandemia de la COVID-19, cualquier problema respiratorio nos dispara una alarma. Por este motivo, a continuación os ofrecemos una distinción entre la ansiedad y los síntomas que produce y las dificultades relacionadas con la respiración que pueden ser causadas por el coronavirus o cualquier otra razón.
Ansiedad; tipo y diferencias
Tal y cómo hemos mencionado, tener síntomas leves de ansiedad es una cosa normal a la vida diaria. Aún así, el problema empieza cuando no somos capaces de controlar los síntomas que este trastorno nos genera. Además, hay que dejar claro que podemos tener más de un trastorno a la vegada, pueden ocurrir a cualquier edad y que a menudo la ansiedad surge de una enfermedad que requiere tratamiento profesional. Se pueden establecer varios tipos de ansiedad en función de su regularidad, intensidad y otros parámetros:
- Trastorno de ansiedad generalizada: se caracteriza para presentar un nivel de preocupación desproporcionada respecto a la situación actual, es difícil de controlar y afecta la forma en que te sientes físicamente. A menudo viene acompañado otros trastornos de ansiedad o con la depresión.
- Trastorno de ansiedad social (fobia social): implica altos niveles de ansiedad, miedo o rechazo a situaciones sociales debido a sentimientos de vergüenza, inseguridad y preocupación para ser juzgado o percibido de manera negativa por los otros.
- Trastorno de pánico: implica episodios repetidos de sensaciones repentinas de ansiedad y miedo o terror intensos que llegan a un nivel máximo en minutos (ataques de pánico). Este tipo es el que está más relacionado con la dificultad para respirar, el dolor al pecho o los latidos rápidos, fuertes o como una sensación de aleteig (palpitaciones cardíacas).
- Trastorno de ansiedad por separación: es un trastorno de la niñez que se caracteriza por una ansiedad que es excesiva para el nivel de desarrollo del niño y que se relaciona con la separación de los padres u otros familiares o personas que cumplen una función paternal.
- Fobias específicas: se caracterizan por una notable ansiedad cuando la persona se ve expuesta a un objeto o situación específicos, y un deseo para evitarlos. En algunas personas, las fobias provocan ataques de pánico.
Diferencias de la ansiedad con los problemas respiratorios
Cómo podéis comprobar, los problemas respiratorios derivados de la ansiedad tan sólo aparecen en situaciones concretas y específicas. Por lo tanto, podremos determinar si se trata de un problema grave y caso independiente si la dificultad para respirar se alarga con el paso de las horas y los días y no acaba pasando, como si ocurriría en el caso de que estuviera producida por un ataque de ansiedad. Sea como fuere, si tenemos cualquier duda y nos encontramos verdaderamente mal, el más recomendable es acudir al médico o bien hacer una consulta en un profesional para salir de dudas.
Font: Mayoclinic
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