La organización considera que la dolencia es ahora "un problema de salud que no constituye preocupaciones a escala global"
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decretado el fin de la emergencia internacional por la covid-19, más de tres años después -concretamente 1.221 días- que se detectaran los primeros casos a la ciudad de Wuhan, a la Xina. En un comunicado publicado este viernes, la organización considera que la dolencia continúa siendo "un problema de salud", pero añade que no constituye "una emergencia de salud pública y preocupación internacional". En este sentido, defiende que ahora es momento de una "transición" para impulsar mecanismos de gestión sanitarios centrados a hacer frente al virus "en el largo plazo".
La decisión anunciada este viernes llega después de que el Comité de Emergencia de la OMS recomendara levantar la situación de emergencia a raíz de la evolución de los datos epidemiológicos de los últimos meses. Según el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus, "hace más de un año que la pandemia ha tendido a la baja, con una inmunidad creciente gracias a la vacunación, una mortalidad decreciente y una menor presión en los sistemas de salud". "Hemos sido analizando los datos con detenimiento y consideramos que es el momento adecuado para reducir el nivel de alarma", ha añadido.
A la práctica, el anuncio de la OMS implica que la covid-19 dejará a tratarse cómo una emergencia y pasará a tratarse cómo una dolencia cómo el resto. "Es momento que los países hagan la transición del modo de emergencia a gestionar la covid-19 junto con otras dolencias infecciosas", ha indicado Ghebreyesus.
Prohibido bajar la guardia
A pesar del mensaje, la OMS continúa advirtiendo de los peligros vinculados a la pandemia y subraya que no es momento para relajarse. "El peor que puede hacer un país es utilizar estas noticias cómo un motivo para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que se han construido o mandar un mensaje a la población que la covid-19 ya no es motivo de preocupación", ha destacado el director general, asegurando que el virus "ha llegado para quedarse".
De hecho, Ghebreyesus no descarta convocar de nuevo el Comité de Emergencia si la dolencia volviera a convertirse en una amenaza global y ha recordado que continúa habiendo defunciones. "La semana pasada, la covid-19 provocó una muerte cada tres minutos, y estas son solo las que conocemos", ha advertido.
Hasta veinte millones de muertos
Durante su intervención, el máximo responsable de la OMS también ha querido posar de manifiesto los estragos que ha causado la covid-19 durante los últimos tres años. Según datos de la misma organización, en todo el mundo se han registrado más de siete millones de muertos por la pandemia de forma oficial, a pesar de que se sospecha que la cifra es mucho más elevada. "Podría llegar hasta los 20 millones", ha asegurado Ghebreyesus.
"Pero la covid-19 también ha sido mucho más que una crisis de salud", ha aclarado. "Ha generado graves consecuencias económicas, eliminando trillones de crecimiento económico, distorsionando el comercio y la movilidad, cerrando negocios y conduciendo a millones de personas hacia la pobreza", ha lamentado.
También ha hecho mención a los problemas "sociales" derivados de la pandemia, como por ejemplo el cierre de fronteras, la restricción de movimientos, la parada de las escuelas y "la soledad, aislamiento, ansiedad y depresión que han sufrido millones de personas".
Según la OMS, la covid-19 "ha exacerbado las debilidades políticas" y ha "erosionado" la confianza entre los ciudadanos y las instituciones. Es por eso que la organización ha querido trasladar un mensaje de optimismo y ha animado a todos los países a hacer "un cambio" a partir de las "lecciones" extraídas de los últimos tres años. "Si volvemos a actuar cómo lo hacíamos antes de la pandemia, habremos fracasado en el aprendizaje y a nuestras futuras generaciones", ha concluido.
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