Los episodios de conducta suicida en menores de edad han crecido un 27,1% el 2020 en Cataluña. Según datos del Código Riesgo Suicide a las que ha tenido acceso el ACN, los niños y adolescentes son la franja de edad donde hay más incremento de tentativas de suicidio. De hecho, al global de la población los datos han bajado en comparación con el 2019, con un 4,7% menos. Los expertos señalan, pero, que esta caída en los registros podría ser por las reticencias a ir a urgencias por miedo a infectarse del coronavirus, y apuntan que con la pandemia han aparecido más factores de vulnerabilidad emocional y de estrés. Un claro ejemplo se encuentra en las llamadas al Teléfono de Esperança, que se han disparado un 77% este año. Recientemente destacábamos que los atendidos por depresión en el Maresme llega a los mil casos anuales.
En global, las tentativas de suicidio han bajado un 4,7% en comparación con el 2019. En declaraciones a la ACN, el director del Plano Director de Salud Mental y Adicciones, Jordi Blanch, atribuye la bajada al hecho que mucha gente ha optado para no ir a urgencias por miedo a infectarse, de forma que podría ser que algunas tentativas hayan quedado sin registrar. De hecho, indica que el último trimestre del año han detectado un repunte en las cifras, que han ido aumentando a medida que ha avanzado la pandemia.
Los datos apuntan que donde ha habido el aumento más marcado es en los menores de 18 años. El último año, las tentativas registradas han subido un 27,1%, y el porcentaje escala hasta casi el 30% si se compara con los datos de los últimos tres años. Según Blanch, estos datos no implican necesariamente una voluntad real de suicidio, sino que en algunos casos las conductas autolesives son un síntoma de sufrimiento emocional. La época del año en que se ha concentrado más casos ha coincidido con el inicio del curso escolar, que es cuando los niños y adolescentes han sufrido más estrés emocional.
Por su parte, la psicóloga adjunta del Programa de Prevención al Suicidio del Hospital Santo Pau, Thaïs Tiana, expone que desde el programa han detectado más personas "con desesperanza y dificultades para ver la luz en un futuro cercano". Según cruz, este incremento podría ser porque ahora hay "más factores de vulnerabilidad emocional". La psicóloga asegura que han detectado más pacientes que sufren "tedio vital" y notan que "los cuesta la vida".
Las consultas caen un 40% pero crecen los trastornos
La pandemia también ha dificultado la atención a las personas que empiezan a sufrir trastornos de la salud mental. Las primeras visitas a la atención primaria y en los hospitales se han reducido considerablemente el 2020, con un 40% menos que el 2019. Todo y esta disminución, sí que se ha detectado un incremento en las personas diagnosticadas con ansiedad, del 2,4% en adultos y del 2% en niños y jóvenes, así como de los trastornos de la conducta alimentaria, de cerca del 1,6%.
El doctor Josep Antoni Ramos-Quiroga, ninguno del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall de Hebrón, explica al ACN que la pandemia también ha contribuido a un empeoramiento de los pacientes que ya tenían trastornos de base. Un ejemplo puede ser el de niños que tenían trastornos de neurodesenvolupament o de déficit de atención, a quien las clases telemáticas y la eliminación de actividades extraescolares ha perjudicado mucho, por ejemplo, o las personas que ya sufrían depresiones o ansiedad, que han tendido a recaer.
Uno de los factores de riesgo para la salud emocional han sido los lutos complicados. Según Ramos-Quiroga, antes entre el 2 y el 5% de los lutos eran complicados –es decir, implicaban un trasbals emocional intenso que se podía complicar y generar depresión o ansiedad-, mientras que ahora esta cifra aumenta hasta entre el 20 y el 25% de los lutos. También han detectado casos de estrés posttraumàtic después de estancias intensas en UCI o en hospitalizaciones.
El 90% de los suicidios son de personas con una depresión grave
Aunque los trasbalsos emocionales o los trastornos no tienen porque desencadenar en una situación autolítica, Ramos-Quiroga sí que apunta que el 90% de los suicidios son de personas con una depresión grave. Según señala, un factor "esencial" para desarrollar depresión es no tener personas de confianza con quién poder hablar y tener una socialización baja.
Otro indicador de la vulnerabilidad emocional durante la pandemia son las llamadas al Teléfono de Esperança. El teléfono (682 300 003 | 682 900 500 | 681 10 10 80) atiende personas que se encuentren en situación de crisis emocional y necesiten ser escuchadas o contenidas. Este 2020 han tenido un 77% más de llamadas que el año anterior, con un total de 55.000 atenciones. "Concluimos que hay mucha más necesidad de apoyo emocional y psicosocial", apunta el psicólogo de la Fundación Ayuda y Esperança Sergi Garcia. De hecho, durante la primera oleada de la pandemia ya notaron que recibían más trucadas, con un aumento del 25% de marzo a mayo, pero en el global del año han visto cómo se disparaban las cifras.
Garcia recuerda que desde agosto del 2020 hay un nuevo servicio además del Teléfono de Esperança, el Teléfono de Prevención del Suicidio (900 92 55 55), que está encarado sólo a personas que directamente manifiesten ideación suicida más allá de requerir apoyo emocional. La iniciativa, puesta en marcha conjuntamente con el Ayuntamiento de Barcelona, ya ha recibido más de un millar de llamadas desde su nacimiento, con las personas de entre 20 y 40 años como perfil mayoritario.
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