COCEMOS Elena Muere Optometrista

Contenido Patrocinado

Una entrenadora personal por la vista de hijos, padres y abuelos

Elena Muere, con 25 años de experiencia al campo de la optometría comportamental, ofrece a COCEMOS un servicio especialidad de calidad, confianza e innovación

La optometría comportamental tiene el problema de tener un nombre poco conocido o común, un poco enrevesado. Pero en sí misma es la rama de la optometría que puede tener la respuesta exacta a las preguntas y problemas sobre la función visual desde un punto de vista integral. Para hacerse una idea de que trabaja, hay que entender que va mucho más allá del ojo y trabaja con todas las conexiones e interacciones que se establecen desde el sistema visual con todo el cuerpo. Estudia holísticament la relación del ojo con las interpretaciones, el cerebro, la rapidez, la coordinación con manso, pies y cuerpo. Suena complicado? No lo es. Entramos a COCEMOS y encontramos Elena Muere.

Muere es conocida y respetada en todo Mataró, el Maresme y la demarcación de Barcelona como una optometrista comportamental de referencia. A COCEMOS, su centro, aplica por igual junto a su equipo de profesionales los conocimientos de una rama de la optometría en la que poca gente en este país acumula una experiencia superior a los 25 años. A Elena Muere, además, se le nota la experiencia y la pasión que le genera su ámbito de conocimiento y vive cada nueva persona, cada nueva alteración visual ante la que se encuentra como un reto. Por COCEMOS pasan desde los hijos (la edad escolar, los años de aprendizaje son tiempo en que la detección de disfunciones visuales son más importantes) a los padres (cómo por ejemplo la rama de entrenamiento visual asociado a determinados deportistas o la recuperación ante determinadas lesiones) o los abuelos, cuando después de determinados síntomas o patologías se puede recuperar la propia visión. "Trabajamos detectando en cada caso qué son las alteraciones de la función visual de cada persona, no sólo como percibe la imagen sino como la interpreta o como reacciona el cuerpo integralmente. La vista, el ojo, está conectado con todo y hay que trabajarlo como este todo", razona Muere.

 

Una entrenadora de la vista

En cierto modo, el rol del optometrista comportamental viene a ser la de un entrenador de la vista. Un conocedor de toda la estructura visual que a partir de detectar donde es la disfunción plantea los ejercicios necesarios para recuperarla o ejercitar campos que la persona no había trabajado. Las instalaciones modernas y diáfanas de COCEMOS en la calle de Altafulla tienen desde un espacio de evaluación y observación a una sala de rehabilitación dónde con elementos, juegos o realidad virtual, las personas de toda edad que son entrenadas por Muere mejoran visita a visita (en tratamientos determinados y acotats en el tiempo) su función visual.

Elena Muere mujer toda la importancia al método y a la profesionalidad. Cada nueva persona que entra a COCEMOS para mirar de resolver alguna disfunción visual detectada recibe un primer examen, una evaluación completa que servirá para detectar exactamente cuál es el campo en el que habrá que trabajar. Esta primera visita, de cerca de una hora, permite a Muere estudiar con detenimiento (cada persona es un caso diferente, he aquí el valor de la especialización y la personalización, que forman parte del ADN del Centro) qué es el ámbito a trabajar. A partir de este examen (del que el interesado recibirá un informe detallado y por escrito a posteriori, a fin y efecto de tener el report exacto del que se ha detectado) se establecen las opciones de tratamiento. El plan de entrenamiento de la entrenadora. En cierto modo el optometrista comportamental es un tipo de entrenadora personal de la vista.

Elena Mor Optometrista. Foto: R.Gallofré

Elena Muere Optometrista. Foto: R.Gallofré

 

Por los hijos: una revisión a los 8 años y pocos meses de tratamiento

Uno de los perfiles más propensos a necesitar los servicios que ofrece COCEMOS (de hecho es una de sus especialidades) corresponde a la edad infantil. Hay muchos niños que quizás no tienen una patología visual concreta pero sí un trastorno de la función visual que, en manso de una revisión optométrica comportamental se puede detectar. A menudo este es el motivo de determinados problemas de coordinación, dificultades de lectura o incluso problemas de aprendizaje. Por suerte, profesionales como Elena Muere cada vez son más presas en consideración, recibiendo derivaciones por parte de logopedas, psicólogos u otros profesionales. "El 80 por ciento del que se aprende entra por los ojos por lo tanto hay que evitar el riesgo que con un trastorno el aprendizaje a determinadas edades se ressenteixi. Pueden presentar problemas de aprendizaje entre un 10 y un 20 por ciento de los alumnos de primaria y aquí los podemos ayudar", explica la responsable de COCEMOS.

La opción en este caso? Una revisión integral, recomendada alrededor de los 8 años. "Es el primer momento de la vida en que la lectura es una herramienta de aprendizaje imprescindible, alrededor de tercero de primaria, y recomendamos una revisión si se detecta el más mínimo indicio por parte de la escuela o la familia porque es cuando la función visual está en un momento maduratiu óptimo", explica Muere.

Elena Mor Optometrista. Foto: R.Gallofré

Elena Muere Optometrista. Foto: R.Gallofré

El tratamiento o entrenamiento que se hace se adapta pero pretende desarrollar la visión con estímulos. Las instalaciones de COCEMOS tienen sala de terapia y se hace trabajo muscular, pantalla táctil o con nuevas tecnologías. En cierto modo parece una NASA de la función visual. "Entre 3 y 8 meses damos de alta los niños que venden y que hacen este tratamiento, es realmente suficiente y no se prolonga en el tiempo. Se trata de actuar, de saber como y de hacerlo en el momento oportuno", explica Muere.

Por los padres: si hay problemas detectados, evaluación y respuesta

Saltamos una generación. Pasamos de hijos a padres. La optometría comportamental se adapta casa caso. "En edades a partir de los 20 años y hasta los 50 o 60, mi recomendación es clara: sólo hay que pasar por tratamiento optométrico si notamos síntomas de trastornos visuales que no resuelven las ojeras", asegura Muere. Si se mujer el caso, una revisión a COCEMOS detectará nomalies. "Son años en que sobre todo se dan casos de carencia de eficacia visual en que sólo si hay molestia hay que evaluar". Molestias visuales de los padres se han multplicat los últimos meses, con las horas ante el ordenador y las pantallas, y una serie de malos hábitos de educación visual a los que Muere pone posibles vías de solución (al vídeo).

Como identificar estas molestias? Poniendo en valor la lectura. "La lectura es un goce y si nos produce molestia, si no podemos sumergirnos en un libro por una mala función visual es que tenemos un problema y se tiene que actuar", explica Muere. Si nos encontramos en una situación así, si tenemos de compañeros de lectura la vista cansada, los picores o un tipo de mareos, visita a COCEMOS. Siempre hay margen de mejora.

 
 
 
 



Por los abuelos: siempre se pueden corregir alteraciones

A COCEMOS pueden ayudar a enderezar la visión de toda la familia, y no es un tópico. Obviamente la función visual, como todas las del cuerpo humano, nota el paso del tiempo y al abuelo de la criatura que con realidad aumentada puede entrenar el ojo, el suyo no le hará el mismo servicio. Pero en manso de la optometría comportamental, por ejemplo, se pueden corregir o compensar alteraciones del funcionamiento visual derivadas de enfermedades o accidentes. Una de las más típicas y tendidos, por ejemplo, son los temidos ictus pero también otros lesiones cerebrales, traumatismos o accidentes cerebrales y vasculares. Los optomestristes comportamentals trabajan adaptados en cada caso para recuperar o readaptar en la medida que se pueda la función visual, de forma que mejore el rendimiento de la vista de cada caso caso y reduzca la forma en que se ven afectadas las actividades de la vida diaria. No hacen milagros, pero no dejan ningún caso sin su tratamiento. Y en algunos casos esto permite recuperar funcionalidades y autonomía a personas que la habían perdido. Recuperar buena parte de la vida, en definitiva.

Así pues, se puede decir que la optometría comportamental es una rama en permanente innovación, inconformista por definición que a partir de su enfoque integral de la función humana puede ser a veces la clave de vuelta que complete otras disciplinas y que permita a la persona que mejora su eficacia visual a estar más bien en su día a día. El Centro de Optometría de Elena Muere está reseñado como uno de los de referencia y mantiene un compromiso ético con el territorio, con programas de beca propios y la adaptabilidad y especialización a cada caso y persona.

Cómo ves, tú? Y los padres? Y los hijos? Evaluadlo. Y si hace falta, ya lo sabéis: COCEMOS.

Comentarios