El alcalde Marc Bosch. Foto: ACN

El alcalde de Dosrius exige que se aclare "quién ordenó las cargas policiales el 1-O"

El pequeño municipio de Dosrius fue uno de los que sufrieron la visita de la Guardia Civil y el propio alcalde recibió golpes de la policía

El alcalde de Dosrius (Maresme), Marc Bosch (ERC), pide que se aclare "quién ordenó las cargas policiales del 1-O y por qué con esta contundencia". Bosch lamenta que el PSOE se opusiera a que se hiciera una Comisión de Investigación sobre esta cuestión al Congreso de los Diputados, y advierte que por los ciudadanos de Cataluña es una necesidad saber "qué pasó". En una entrevista con la ACN, el alcalde, que vivió en primera persona una carga que la Guardia Civil llevó a cabo en la Escuela El Castillo de Dosrius, reconoce que "fue un choque brutal" que la policía española se desplazara para "vapulear" sus ciudadanos. Lamenta el momento "mucho llevar" que viven las familias de los encausados, tomados y exiliados, pero advierte que "hacer el referéndum era un derecho", y que todo el que se ha vivido en Cataluña desde el 1-O "formará parte del relato histórico por el día en que la República catalana es materialice".

El pequeño municipio de Dosrius fue uno de los que sufrieron la visita de la Guardia Civil durante la jornada del 1-O. A pesar de que las votaciones pudieron arrancar a las nueve de la mañana tal y como estaba previsto, en pocos minutos llegaron al centro cívico del núcleo de Canyamàs diversas furgonetas de la policía española. "Iniciaron una carga desproporcionada contra ciudadanos indefensos", afirma Marc Bosch, alcalde del municipio, que recuerda que muchos vecinos tuvieron que ser atendidos por los servicios médicos.

"Esta primera carga puso en alerta la población y estimuló que muchas personas que no tenían intención de participar votaran que sí", señala el alcalde, que explica que él se encontraba en la escuela El Castillo del municipio cuando a mediodía varios vecinos los informaron que las furgonetas de la Guardia Civil que habían sido aparcadas en un polígono en las afueras de la población salían del pueblo en dirección hacia Argentona.

"Nos relajamos, mucha gente marchó a comer o descansar", relata el alcalde que afirma que de repente los vehículos hicieron media vuelta y se dirigieron a este centro educativo. "Nos recogimos los que éramos a la puerta del lugar de votación y un pelotón de la Guardia Civil entró cruzando todo el patio con porres y martillos". En aquel momento Bosch decidió acercarse a los agentes con los brazos levantados para identificarse y pedir una orden judicial. "Quería evitar daños materiales y personales, pero no sirvió, me empujaron contra el resto de gente concentrada y empezamos una carga en la cual recibí igual que el resto de ciudadanos que había".

A pesar de que los miembros de mesa escondieron la urna a la cocina de la escuela y cerraron la puerta con clave, los agentes forzaron la cerradura y se la llevaron. Después de la sacudida, se buscó un recipiente alternativo y las votaciones se retomaron.

Pide explicaciones

Bosch lamenta que nadie haya asumido la responsabilidad del que sucedió. "Por el gobierno español de aquel momento era el mes normal del mundo y no desproporcionado", afirma el alcalde, que reprocha en el Estado que trate Cataluña "como una colonia". En esta línea, considera que para el ejecutivo español "era impensable no reprimir un acto de segregación". Él alcalde remarca que muchos ciudadanos quedaron esparverats con los hechos y exige "que se aclare quién ordenó las cargas y por qué con esta contundencia". En este sentido, recuerda que se pidió que se hiciera una Comisión de Investigación al Congreso para esclarecerlo y que el PSOE votó en contra.

A pesar de que reconoce que muchos catalanes "quedaron con mal regusto de boca" por el que pasó, y sobre todo por la declaración fallada del 10 de octubre y el que sucedió después el 27, que no se sabe si se declaró o no", se muestra convencido que "hacer el referéndum era un derecho y una necesidad porque no se sabía cuánta gente era partidaria de la independencia". Así mismo afirma, que volvería a hacerlo "tantos golpes como haz falta". Con todo, reconoce que no pensaban "que la reacción de la Sido fuera tan violenta". Rechaza que algunos quieran "minimizar las cargas" y afirma que "fueron del todo desproporcionadas" porque "se presentaron los antiavalots con escudos como si se tratara de una guerra".

Escribiendo la historia

Por todo ello, y viendo el que ha pasado a nivel judicial y político, cree que todavía queda más justificada la necesidad de hacer el referéndum. "Todo el que está pasando formará parte del relato histórico por el día en que materializamos la República catalana", afirma. Bosch reconoce que el momento que vivimos a nivel personal y familiar de encausados, tomados y exiliados "es mucho llevar", pero se muestra convencido que "tener presos, exiliados y encausados visualiza todavía más la injusticia del Estado español".

Un choque brutal

Bosch recuerda que Dosrius es un pueblo con poco más de 5.300 habitantes donde "nunca pasa nada". Por eso reconoce que "recibir la visita de unos guardias civiles que vinieron a vapulear los ciudadanos fue un choque brutal". Las semanas después de los hechos trabajaron con personas que necesitaban atención psicológica en grupos de trabajo y nació la Asociación de Afectados por el 1-O, que se ha estructurado a nivel de todo Cataluña.

En cuanto al procedimiento judicial, Bosch relata que todas las personas que sufrieron lesiones, incluido él mismo, han presentado denuncias ante los Mossos d'Esquadra. "Nuestra defensa será un ataque a las cargas desproporcionadas de la Guardia Civil", dice. A banda, el alcalde y el regidor de Promoción Económica están investigados por un posible delito de desobediencia y resistencia grave a la autoridad. La previsión es que Bosch declare este otoño ante el juez.

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