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Una operación controvertida para salvar las playas del Maresme
En que consisten las polémicas obras estatales contra la pérdida de arena a las playas del sur de la comarca, con la mayoría de ayuntamientos a favor y la oposición de entidades medioambientales?
El Maresme sufre un problema muy importante de erosión del litoral, que se traduce en la pérdida de la arena de las playas a muchos de sus municipios, en especial al sur de la comarca. Este fenómeno, que se debe de en gran parte a la proliferación de los puertos en este sector, no solo deja los municipios sin un activo muy importante a nivel social, económico y de recreo, sino que supone una amenaza para todas las construcciones e infraestructuras del litoral ante efectos del cambio climático cómo el aumento del nivel del mar y de los temporales marítimos.
El proyecto a Premià de Mar será el modelo que seguirán el resto de municipios en los próximos años
Después de muchos años de inacción, finalmente el Ministerio para la Transición Ecológica y lo Rindo Demogràfico (MITECO) ha iniciado esta primavera las obras de estabilización de las playas del Maresme. El polémico proyecto se centra en la ampliación de los espigones existentes y la creación de nuevos, sobre el mar y también sumergidos, de cara a proteger la arena de aquellos tramos donde suele desaparecer por efecto de la presencia de los puertos, así como para consolidar durante más años los nuevos vertidos de arena que se realizarán, y que hasta ahora desaparecían demasiado rápido . El proyecto, que ha generado controversia en el territorio por su impacto ambiental y paisajístico, cuenta con el apoyo de la mayoría (pero no todos) de los ayuntamientos implicados y la oposición de entidades mediambientalistes. Los trabajos se han iniciado a Premià de Mar, y en los próximos años se actuará a las costas de Vilassar de Mar y, posteriormente, de Cabrera de Mar. El Masnou, que estaba incluido en lo proyecto original, ha quedado fuera por voluntad propia. De este modo, se empieza a hacer realidad, a pesar de que con cambios destacables, el proyecto inicial que se presentó el 2015 por parte de la Dirección general de Costas del Estado y que entonces preveía una inversión de hasta 50 millones de euros y 15 años de obras. Los números y el calendario han cambiado, se ha circunscrito al Bajo Maresme, donde hay municipios que han bajado del carro, y la Plataforma Preservamos el Litoral sigue furibundamente en contra, asegurando que es ilegal y un desastre para la comarca. Pero las obras ya avanzan.
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Un camino largo y tortuoso
Jordi Mir, hasta este 2023 alcalde de Cabrera de Mar, conoce el proyecto de bien cerca, como edil de uno de los municipios afectados y como uno de los miembros del Consejo Comarcal que ha liderado el seguimiento desde su gestación. Mir recuerda que este se remonta al año 2011, cuando lo entonces secretario de Territorio de la Generalitat, Ricard Fuente, convocó los seis alcaldes del Bajo Maresme (de Mataró a Montgat) para hacer un frente común de cara a solucionar el problema de la pérdida de arena de las playas. El año siguiente, un golpe identificados los tramos que había que recuperar (la mayoría al sur de los puertos existentes), la Generalitat pidió a la Universitat Politècnica de Catalunya que elaborara un proyecto de ingeniería que lo solucionara. "El objetivo era, y así sigue siendo, encontrar soluciones duraderas, pero no definitivas, esto no se puede", señala Mir. En todo caso, que al menos sirviera para frenar la frecuencia de aportaciones y trasvases de arena. Finalmente el proyecto escogido se trasladó al Ministerio de Medio ambiente, que en 2015 sorprendió todos los agentes implicados presentándolo cómo si fuera un proyecto propio. Además, lo extendió al conjunto de la comarca, también a la zona norte, y estableció un calendario de ejecución de 15 años, con una inversión estatal de 30 millones de euros que se tendría que completar con 20 millones de euros que aportarían los ayuntamientos y otros organismos, como por ejemplo los agentes turísticos. "Ya dijimos entonces que los consistorios no podíamos financiar un proyecto para resolver un fenómeno del cual eran víctimas, en un ámbito las competencias del cual son 100 % estatales", recuerda el exalcalde de Cabrera.
"El problema es tener cinco puertos en 25 kilómetros de costa"
A pesar de presentarse a bombo y plateret, la iniciativa quedó guardada en un cajón hasta el 2018, cuando la crisis del Proceso empezó a enfriarse y se produjo un cambio en el gobierno estatal, que pasó a manso del PSOE. En paralelo se constituyó el comisionado para la preservación de las playas del Maresme, integrado por todos los partidos y liderato por el propio Mir. Este organismo retomó las conversaciones con el gobierno central, con el cual se llegó al acuerdo de empezar a tramitar las obras al Bajo Maresme y dejar el resto de la comarca por otra ocasión. "La realidad al Maresme central y sur es muy específica: tenemos cinco puertos en menos de 25 kilómetros", señala Mir, recordando que estas infraestructuras son las grandes causantes de las pérdidas de arena, puesto que hacen de barrera a las a salto de mata naturales y erosionan los litorales de su banda sur. La Generalitat también se comprometió a contratar una empresa que supervisara que los dragados de arena para abocarla a las playas no malograra el fondo marino.
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A pesar de que todos los partidos con representación al Consejo Comarcal, excepto la CUP, apoyaron inicial al proyecto, finalmente ERC se hizo atrás, sacando sus ayuntamientos. El más directamente implicado era lo del Masnou, donde por ahora no se hará cabo de las actuaciones que sí que se llevarán a cabo al resto de municipios del Bajo Maresme. "Se descompuso el comisionado y volvimos a aquellos tiempos donde cada ayuntamiento velaba tan solo por sus intereses individuales, dejando de banda el interés colectivo de la comarca", lamenta Mir.
La transformación a Premió
El proyecto que se está empezando a ejecutar a Premià de Mar será el modelo que seguirán el resto de municipios en los próximos años, y que transformará la fisonomía del litoral del Maresme Sur de cara a intentar contener la pérdida de arena. Se trata, sin duda, de unas obras ambiciosas y complejas, que tienen que ayudar a evitar los daños que los temporales ocasionan al paseo Marítimo y a la vía del tren debido a la carencia de arena y la protección que esta ofrece, puesto que las oleadas posan en peligro tanto a los peatones como la integridad de la estación de Cercanías y las infraestructuras ferroviarias. Las obras, que se llevan a cabo entre la bocana del puerto y el espigón de ante la Estación de Trenes, tienen que dar como resultado una playa estable y de unos 65 metros de anchura de media en este tramo, cubriendo una distancia continua de unos 860 metros.
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El operativo del Ministerio prevé la extracción de unos 350.000 m³ de arena de procedencia marina de la zona situada entre la estación de tren y El Masnou, que se abocará en las playas de Bellamar y del Plan del Hueso. Un golpe acabadas las obras, la anchura mediana de estas playas será de unos 65 metros.
El alcalde de Premià de Mar, Rafa Navarro (de Juntos) celebra el inicio de las obras. "Estamos, como mínimo, ante un intento serio para proteger nuestro litoral", señala Navarro, que recuerda que un tramo del paseo marítimo del municipio "está devorado por el mar a su parte inferior y se nos hunde". A banda, los temporales impactan directamente contra las vías del tren y la estación, afectando el tráfico ferroviario y la seguridad de los pasajeros y de la infraestructura. Navarro defiende que recuperar la playa perdida "no es ningún capricho". "No somos un municipio turístico, no se trata de esto, sino que la arena de la playa, tal y cómo señalan desde el Ministerio, es la primera barrera y la más eficiente para proteger el litoral", constata el alcalde. El edil premianenc no entra a discutir si el proyecto puede ser perjudicial o no a nivel medioambiental. "El único que puedo decir es que es la única solución que se nos ha planteado con presupuesto, calendario y un estudio científico y medioambiental que lo valida, y con apoyo económico de la Unión Europea", señala Navarro, que también destaca que es un proyecto "honesto". "No se nos dice en ningún momento que sea una solución definitiva, sino duradera", constata. Navarro, además, asegura que su "responsabilidad" como alcalde es asegurarse que se salga adelante cualquier iniciativa que sirva para proteger el frente marítimo del municipio: "Algo hacía falta que se hiciera, y que fuera lo más bien posible".
Una solución o un problema añadido?
Ni el defensor más encarnizado del proyecto del Ministerio considera que sea la solución ideal. El problema, según señalan todas las fuentes consultadas, es que esta no existe. Tal y cómo explica Jordi Bonet, técnico de cambio climático del Consejo Comarcal, encontramos diferentes posibilidades de intervención, pero no todas ellas son factibles. "Hay quién defiende que habría que naturalizar las playas porque acontecieran la primera línea de defensa, y esto incluye visiones más radicales que señalan que habría que echar unos 150 metros cabe el interior todas nuestras infraestructuras y construcciones de primera línea de mar", señala Bonet. Es decir, desurbanitzar la costa. Esta medida sería la única que garantizaría que el aumento del nivel del mar y de la frecuencia e intensidad de los temporales marítimos no acabe teniendo, a medio plazo (hablamos de unos 30 años) unos efectos devastadores a la costa maresmenca. "A nivel teórico es una solución que tiene sentido, pero a la práctica parece inviable", afirma Bonet. El técnico del Consejo Comarcal señala que el sistema económico vigente no puede prescindir de la vida urbana vinculada a las playas y los frentes marítimos. "Todos los municipios quieren xiringuitos, hoteles, comercios y playas estables durante todo el año, y económicamente es imposible ahora eliminar los puertos y trasladar la vía del tren y la carretera en el interior", resume.
"El problema viene de cuando se decidió que en 25 kilómetros de costa habría cinco puertos, o de los tiempos en que se escogió la primera línea de costa para hacer el tren o la carretera puesto que a nivel de ingeniería era más fácil y no había que expropiar tierras", señala. Aquellas decisiones, en general defendibles en su momento, tienen graves consecuencias en el presente y futuro de la comarca. El mal ya está hecho, y ahora hay que encontrar una solución de compromiso. Ante esto, la propuesta del Ministerio es "legítima" según Bonet, que recuerda que ha generado "bastante consenso" en el territorio, pero que tiene "ventajas y a la vez inconvenientes". Se trata de una apuesta costosa y que alarga la durabilidad de las playas, "pero ya veremos hasta cuándo", cómo dice el propio Bonet. "Habrá que ver los efectos a largo plazo, ve a saber si todas estas piedras que ahora posamos no las tendremos que acabar sacando algún día por insuficientes".
Oposición frontal organizada al proyecto: "Va contra la ley europea!"
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La Plataforma Preservamos el Litoral confía que una denuncia a instancias europeas pueda hacer atrás "unas obras del siglo XX que se sabe que fracasarán"
El proyecto para reforzar el litoral maresmenc que el Ministerio impulsa y algunos ayuntamientos cómo Premià de Mar aplauden está muy lejos de ser unánime. Todo al contrario: tiene velats detractores que no se piensan estar mirando las musseranyes mientras avanza el que califican "de obra faraónica que repite los esquemas pasados que se ha demostrado que no funcionan". Quién hablar así es Sergi Galanó, de la Plataforma Preservamos el Litoral del Maresme. Su principal tesis es que el proyecto que se ha empezado a ejecutar y que tiene una primera fase prevista en la zona del Bajo Maresme es contraria a la normativa europea vigente.
Desde la perspectiva de la Plataforma, estas obras se basan "en una mirada anticuada y desfasada, puesto que no incorporan las nuevas normativas, protocolos europeos ni la ley de protección del litoral. A pesar de estar ejecutadas el 2023, estas obras son una obra del siglo XX", aseguran.
La Plataforma se coge a posicionamientos cómo el del Masnou en contra el proyecto
La Plataforma defiende una mirada más ecológica y una mayor protección del medio ambiente y marino, critica "la falta de gestión integrada en estos proyectos y destaca que ninguno de los documentos oficiales relacionados con las obras incluye este enfoque". También señalan la carencia de estudios de impacto ambiental y el incumplimiento de protocolos europeos. Los miembros de la plataforma subrayan que varios ayuntamientos de la comarca se han mostrado contrarios a estas obras y han aprobado mociones en contra, pero el Ministerio no ha tenido en cuenta estas opiniones. Consideran que no hay un consenso real al Maresme en relación con estas obras.
Sergi Galanó se exclama que "se esté financiando estas obras con fondos Next Generation destinados a la adaptación al cambio climático cuando el que hacen es perpetuar modelo de ingeniería del pasado sin tener en cuenta los riesgos para la infraestructura existente, como por ejemplo la línea de tren R1". La Plataforma echa de menos voces cómo la de la Generalitat, reniegan del "papel galdós" hecho por el Consejo Comarcal y querrían parar el proyecto después de iniciarse a Premià de Mar.
Una denuncia a Europa
Galanó sustenta que "quizás el único que podría parar el proyecto sería una denuncia a escala europea, con el texto de la normativa a la mano que no se está respetando ni cumpliendo". En este sentido, pero, la plataforma se ve pequeña para hacer esta pasa, a pesar de que no descarta llegar. "Ya no reclamamos aspectos ambientales, sencillamente que se respete la ley", dice su portavoz en el asunto del litoral.
La plataforma comparte que "hay que actuar en la costa del Maresme con urgencia pero esta obra es un disparate. Un disparate que se suma al que Galanó considera "una serie histórica de barbaridades cómo los grandes dragados, que hicieron un destrozo importante y hacer perder oficios". Cuentan con informes técnicos y científicos que avalan su posición contraria a unas obras que, critican, no garantizan para nada la aportación de sedimentos. Al fin y al cabo, dice el portavoz, "alcaldes cómo el de Premió quiere playa de 600 y 100 metros a toda costa cuándo basta de mirar fotos históricas para ver que la playa no es así. Se ha engañado a la gente diciéndole que podemos fabricar playas, que tener playa es un derecho y no. Las playas son un regalo del mar".
Expertos europeos analizan la erosión del litoral maresmenc
Una delegación del proyecto europeo Mission4Nature visitó el 9 de junio pasado lo Maresme para conocer la erosión costera. Los miembros de la iniciativa científica escogieron la comarca porque está considerada un territorio de elevada vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático.
La delegación europea hizo el viaje de Barcelona a Mataró en tren para reseguir el litoral del Maresme Sur y posteriormente hará una visita a pie por la costa mataronina, de cara a conocer en primera persona y sobre el terreno la erosión que sufre el litoral de la comarca. Previamente, mantuvieron una reunión con el Consejo Comarcal del Maresme, entidad que ha impulsado la Mesa de trabajo por la adaptación al cambio climático (MeTTAC) y que sintoniza con los objetivos prioritarios de Mission4Nature que forma parte del nuevo programa Interreg Euro-MED y que se desarrollará durante 7 años.
El proyecto Mission4Nature, que reúne más de 80 instituciones europeas y tiene como objetivo promover el diálogo abierto del mundo científico con las administraciones para facilitar la toma de decisiones en un contexto de crisis climática.