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Perejaume homenajea a la vez a Tàpies y Domènech i Montaner

El artista maresmenc Perejaume expone a la UPF un fragmento de la segunda cruz de Pedracastell que el arquitecto la erigió el 1901 a la cumbre de la montaña

El artista y poeta del Maresme Perejaume ha expuesto este miércoles 'Fer voltejar una creu', una obra formada por uno de los fragmentos que se conservan de la segunda cruz de Pedracastell. Se trata de una pieza de 12 metros de altura que el arquitecto Lluís Domènech i Montaner erigió en 1901 en la cima de Pedracastell, en Canet de Mar (Maresme). Perejaume la ha colocado en la misma posición y altura en la Sala de Reflexión del Campus de la Ciutadella de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), un espacio diseñado por Antoni Tàpies que reúne algunas de sus obras. Con la presentación de esta cruz, Perejaume da el pistoletazo de salida a las jornadas 'Arte y Espiritualidad', unas sesiones dedicadas a reivindicar la obra de Tàpies, Miró y Picasso y coordinadas por la UPF.

Perejaume ha explicado que la cruz se erigió en la cima del Puigcastell en 1901, pero que fue derribada hasta tres veces. De esta circunstancia nace, precisamente, el nombre de la obra, 'Fer voltejar una creu'. "Todo es un juego sobre esta cruz que cae y gira en la cima de la montaña, y que no deja de caer y levantarse y hasta parece que haga un gesto de campanada, como si tuviera que sonar", ha subrayado el artista.

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El fragment de la creu
El fragmento de la cruz


La pieza, que hasta ahora se conservaba en el Museo Domènech i Montaner de Canet de Mar, se ha colocado en la misma situación en que se encontraba la cruz original, respetando el espacio de la UPF. "Creo que en esta sala funciona bien, porque no podíamos clavar nada y la hemos sostenido a través de puntales que la soportan, tanto en el techo como en el suelo, y que generan otra cruz", ha matizado Perejaume, quien también ha dicho que la piedra original queda en suspensión en el cuadro que Tàpies pintó para la sala, protagonizado por una campana.

Con la utilización de la cruz, un elemento constante en la obra de Tàpies, Perejaume pretende homenajear la figura del artista coincidiendo con el conjunto de actos programados en el marco del Año Tàpies. Sin embargo, según ha detallado, ha concebido la cruz a través del contraste entre la idea de una cruz "como un árbol yermo" y la utilización de los elementos ornamentales florales que Domènech i Montaner reprodujo en el diseño original.

Así, el artista también ha remarcado su obsesión con las cimas con una cruz en la cima, que representan, según ha expresado, "la idea de que la tierra muere en el cielo en cada cima". "Y la cruz es aquella señal de que la tierra se acaba, que muere", ha agregado.

La instal·lació, in situ, en alçada
La instalación, in situ, en altura


'Arte y espiritualidad'

La presentación de la obra de Perejaume ha inaugurado las jornadas 'Arte y Espiritualidad' de la UPF, un conjunto de conferencias, debates e interpretaciones musicales que girarán en torno a la espiritualidad de las obras de Miró, Picasso y Tàpies.

En concreto, desde este miércoles hasta el viernes, expertos del mundo del arte, teólogos, lingüistas y arquitectos conmemorarán los aniversarios de las vidas de los tres artistas con la voluntad de generar un debate intelectual y artístico en torno a ellos. Así lo ha explicado su directora académica, Victòria Cerlot, quien ha destacado las ponencias de Emily Brown, Xavier Meloni o Jordi Garcés.

La celebración de estas jornadas es fruto de una colaboración inédita entre el Museo Picasso, la Fundación Tàpies y la Fundación Joan Miró, organizada por la UPF. Así, en la inauguración de este martes han asistido los máximos representantes de los museos organizadores, el concejal de Cultura e Industrias Creativas del Ayuntamiento, Xavier Marcé, y otras autoridades del Gobierno como Sònia Hernández, directora general de Patrimonio Cultural.

 

Perejaume
Perejaume, con una imagen de la cruz original

 

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