El Departamento de Territorio y Sostenibilidad invertirá 8,5 millones de euros en la transformación de las 'playas' de los antiguos peajes de la C-32 y la C-33, en Vilassar de Dalt, Arenys de Mar y Santa Susanna (Maresme) y Mollet del Vallès, en grandes plantas fotovoltaicas.
La superficie ahora en desuso que ha dejado la liberación de los peajes es de 11 hectáreas, un espacio equiparable a 22 campos de fútbol y capaz de generar 20.000 MWh anuales.
La electricidad verde resultante de estos espacios servirá para que toda la red viaria catalana sea energéticamente autosuficiente, según ha detallado el vicepresidente de Políticas Digitales y Territorio, Jordi Puigneró.
La previsión del Gobierno es redactar el proyecto el 2022 y ponerlo en marcha el 2023.
Comentarios (1)