Can Fugarolas: "En Mataró hacen falta cambios estructurales en las políticas de vivienda"

El pasado jueves, día 5 de octubre, se acabó el plazo que la Sareb dio para parar el proceso de venta del solar de Can Fugarolas. Los colectivos de este espacio denuncian: "La Sareb es el banco malo, y además, la Sareb somos todos. Se fundó con los 60.000 millones de euros públicos para rescatar la banca, comprando los artilugios financieros tóxicos que la banca no quería. Es más, el verano pasado, la Generalitat pidió la cesión de todos los pisos de la Sareb, y varios ayuntamientos piden (y algunos municipios lo han conseguido) recuperarlos para utilizarlos como pisos sociales".

El pasado mes de junio la Sareb puso en venta el solar de Can Fugarolas: "Sin avisarnos (señalan los colectivos), a pesar de tener un contrato legal de uso del espacio hasta el año 2026. Después de una movilización multitudinaria en defensa del espacio, y con la mediación del Ayuntamiento de Mataró, el cual cree en el proyecto que se desarrolla, se consiguió un plazo de tan solo 3 meses de moratoria".

Los colectivos de Can Fugarolas piden un replanteamiento profundo en materia de vivienda: "Creemos que en Mataró no hacen falta más pisos, sino cambios estructurales en las políticas de vivienda. Las regulaciones actuales solo consiguen que la propiedad se concentre cada vez más en menos personas. En Mataró hacen falta más espacios culturales y sociales, cómo Can Fugarolas, que dan respuesta a necesidades sociales y colectivas esenciales de la ciudadanía. Nosotros llevamos 10 años trabajando conjuntamente por el barrio y por la ciudad de forma autogestionada".

El espacio de Can Fugarolas, en el barrio de l'Havana de la capital del Maresme, es utilizado por más de veinte colectivos: "Somos un taller para la transformación social, cultura y sostenible. Esto entra en coherencia al buscar soluciones para mantener este proyecto en el espacio actual".

Varios colectivos de la ciudad, como la Unión de Cooperadores y las Asociaciones Vecinales apoyan a Can Fugarolas y creen que la ciudad necesita un espacio social y cultural como este. Ante la situación actual, el colectivo estudia varias opciones que van desde la compra colectiva a pedir la cesión del espacio y, en cualquier caso, con iniciativas encaminadas a presionar para que se reduzca el precio del suelo.